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Si Peter Lim quiere cambiar el clima irrespirable que con Meriton hay en Valencia y apaciguar los ánimos, faena tiene. Al menos en lo que a las peñas se refiere, el panorama tormentoso que se ha creado desde hace dos años no parece que vaya a escampar así como así. El nuevo rumbo que pretende imponer Sean Bai, de reconciliación general en todos los frentes que tiene en pie de guerra la entidad, choca frontalmente con la herida abierta que ha dejado Anil Murthy en las peñas. El ya expresidente pasará a la historia –entre otras cosas y aunque el mandato pudiera venir en todo caso directo de Singapur– como el responsable de tirar a la calle a Agrupación y declararles formalmente como enemigos. Ahora, con Bai al frente, la predisposición del club es de intentar al menos reconducir una situación que puede ser única en el mundo del fútbol.
De hecho y en ese sentido ya se han producido algunas llamadas desde el club hacia la Agrupación, aunque haya sido considerado como un sondeo previo. Ni Sean Bai ha hablado directamente con Fede Sagreras ni hay cita prevista ya decidida para ello, pero desde las peñas se espera que sea el Valencia quien dé el primer paso en ese sentido.
¿Y es posible que sea suficiente esa reunión para firmar la paz? Pues no parece que vaya a suponer ese cónclave el punto final a este insólito clima bélico, que tuvo su momento más incendiario cuando en la reciente final de Copa disputada en Sevilla, Murthy decidió dejar a las peñas sin entradas agarrándose al hecho de que no hay convenio firmado entre ambas entidades. A día de hoy parece no obstante complicado que se pueda firmar un acuerdo como habitualmente se hacía, sobre todo porque antes hay que reconducir la tensión entre todos.
«Estoy dispuesto a reunirme con quien sea, pero desde luego para decirle lo que pensamos. Con respeto, educación y tratando de hacer una crítica constructiva, pero siempre teniendo en cuenta que vamos a ser muy firmes en nuestras opiniones. Anil nos crucificó pero eso no quita para que tengamos claro que el club no puede estar enfrentado con todo el mundo. El Valencia debe dialogar también con las instituciones para resolver el tema del estadio», confiesa Fede Sagreras.
De hecho, la idea que se maneja desde las peñas es que no se tomen decisiones al respecto de manera individual en esa esperada reunión y que se utilice el mismo procedimiento que sirvió para iniciar oficialmente las hostilidades con el máximo accionista. La idea se parió en una Asamblea (30 de agosto de 2020) y el deseo es que sea esa misma Asamblea la que decida en todo caso qué hacer, si seguir así o aceptar al menos una tregua. «Sería lo más justo», añade al respecto Sagreras
Sean Bai, en las reuniones que ha mantenido con las diferentes áreas del club, ha insistido en ese cambio de rumbo –cosa que los propios profesionales también agradecen–, posición que escenificó verbalmente en el discurso que hizo en la rueda de prensa de Gattuso. «Quiero lanzar un mensaje público: desde el Valencia Club de Fútbol queremos llevar a cabo un cambio de rumbo. Desde la autocrítica vamos a trabajar al máximo para volver a hacer felices a nuestros aficionados y que se sientan orgullosos de su club», manifestó el nuevo director general.
Si Bai pretende volver al anterior escenario va a tener que ingeniárselas. Todo un reto para este singapurense que sabe que las peñas han sido totalmente ignoradas en la final de Copa de La Cartuja. Y eso dolió bastante.
Aquel verano de 2020, cuando las tareas de Bai se centraban en la Academia, en una Asamblea cargada de tensión en una sala de Alzira, más de doscientos colectivos dijeron basta y abrieron fuego contra Meriton. Aquel día y tras someterlo a una votación que registró tan sólo cuatro abstenciones, 226 peñistas confeccionaron el comunicado más duro que se conoce en la relación peñas-club. En ese escrito, lo primero que pidieron fue el cese de Anil Murthy como presidente; lo segundo un cambio en la gestión a todos los niveles de Meriton, y lo tercero la reanudación de las obras del nuevo Mestalla.
De los tres puntos –en realidad hubo un cuarto, que fue el de seguir apoyando al equipo–, tan sólo se ha cumplido uno: la salida de Murthy. El problema con el que se encuentra Meriton ahora es que la situación económica del club y las ventas de los jugadores influye directamente en el ánimo de los aficionados. Gattuso ilusiona pero las ventas de Soler y Guedes, por ejemplo, restan.
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