Pepelu ha caído de pie en Mestalla y en cuestión de dos jornadas se ha ganado el cariño de una de las aficiones más exigentes de España. Pese a toda la polémica de su traspaso desde el otro lado de la ciudad, el de Denia se ha mantenido concentrado en lo que ocurre en el césped y está mostrando un nivel espléndido con el balón en los pies. Destaca su forma de controlar el tempo de los partidos, sabiendo encontrar el pase adecuado sin cometer errores, la capacidad de mantener la marca y el cubrir las espaldas a los compañeros que se incorporan al ataque, especialmente al hueco que deja Gayà en el lateral izquierdo cuando se suma a los ataques.
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Además de su faceta ya conocida como centrocampista defensivo, en el Valencia están disfrutando de la nueva evolución de Pepelu, que ha mejorado sus condiciones ofensivas y se muestra mucho más en el balcón del área. Algo que ya se vio durante el tramo final de la temporada pasada con el Levante, donde llegó a marcar su primer gol con la camiseta granota tras dos temporadas en Orriols. En cambio, en Mestalla, ha tardado únicamente dos encuentros oficiales en ver portería. En su primer partido como local ante su nueva afición, tomó la responsabilidad de patear desde los once metros y transformar el penalti que a la postre terminó siendo decisivo para sumar los segundos tres puntos del calendario.
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Una faceta que no se había visto de Pepelu en el fútbol español, pero que sí había mostrado en Portugal. Durante su cesión en el Tondela, anotó una pena máxima que valió una salvación en el minuto 90 de la última jornada ante el Moreirense, en el que su equipo se jugaba la permanencia en la Liga NOS. No le tembló el pulso, igual que ante Las Palmas. En esta ocasión, eligió un disparo fuerte y centrado, que acabó en el fondo de la red después de que Álvaro Valles se decantara por su lado izquierdo.
Pepelu anotaba su primer tanto como valencianista después de que fuese el propio Baraja el que lo designase como lanzador. La lógica invitaba a pensar que Hugo Duro, que anda necesitado de gol, fuese el lanzador del penalti para poner fin a su mala racha. Pero no fue así, quizá por el mal recuerdo que dejó su fallo ante Osasuna la pasada temporada, cuando precisamente se buscaba acabar con su maleficio de cara a puerta que todavía sigue vigente. Baraja no quería que se repitiese el cuento y eligió a su mejor lanzador de los que tenía en el campo, ya que Almeida ya había sido sustituido.
«Solemos practicar penaltis un día antes del partido o dos días antes. Pepelu es uno de los que lanza junto con André Almeida y Hugo Guillamón. Ellos van probando y nosotros vamos viendo. Dependiendo de quién esté en el partido a veces decidimos y otras veces deciden ellos porque tienen confianza. Creo que Pepelu se sentía bien para poder chutar y afortunadamente ha transformado», dijo el Pipo.
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El Valencia además anda necesitado de un nuevo Carlos Soler en el sentido de tener un jugador, en este caso también centrocampista, que sea el encargado de llevar toda la responsabilidad del balón parado. Ya en la pasada temporada, el excanterano valencianista lanzó un penalti y lo convirtió antes de marcharse al PSG, pero dejó un vacío que ni Cavani fue capaz de llenar. El ariete uruguayo —que ya se ha estrenado como goleador este fin de semana con Boca Juniors— lanzó tres penas máximas como valencianista y el larguero evitó que hiciese pleno. Después vinieron otros cuatro lanzadores que tuvieron un intento cada uno. Guillamón y Kluivert no fallaron, pero el mencionado Duro y Gayà no tuvieron la misma suerte.
Pero no sólo se ha convertido en el elegido para los penaltis, ya que también se ha adueñado de las acciones a balón parado, algo que ya ha venido haciendo en las dos primeras jornadas en cuanto a saques de esquina se refiere. Ante el Sevilla el Valencia sólo botó un córner, pero ante Las Palmas fueron seis. Todos esos siete saques de esquina fueron realizados por Pepelu, optando tanto por saques en corto como por centros al área.
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Una faceta que ya dominaba en el Levante y que ahora ha tomado en su nuevo equipo, relevando en el cargo respecto a la temporada pasada a nombres como Almeida (63), Gayà (42), Castillejo (40), Kluivert (31) o Guillamón (16). Por tanto, se extrae una conclusión evidente: el Valencia carecía de un especialista en el balón parado y lo ha encontrado con el futbolista de Denia.
Fichaje más que acertado por parte de la dirección deportiva. Por su coste de cinco millones, un precio que ahora parece incluso barato, se ha adquirido a un futbolista capaz de aportar tanto defensivamente como ofensivamente. Un centrocampista moderno, capaz de llegar a ambas áreas y de dominar con el balón en los pies.
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