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Salió llorando del Ciutat –el jugador más afectado por el pinchazo del ascenso del Levante– y pocos días después ya parece un valencianista más. José ... Luis García Vayá (11-8-1998) parece decidido a no entrar en batallas con aquellos aficionados granotas que se sienten de alguna manera heridos por la marcha de quien iba a ser su futbolista emblema. Hasta le han llamado traidor, calificativo que parece haber masticado ya lo suficiente para no afectarle lo más mínimo. En su puesta de largo como jugador del Valencia, acompañado por sus familiares y tras darse su primer 'baño' con los niños del Campus, Pepelu desterró cualquier intento de disputa con esos levantinistas que se sienten heridos. «La opinión de la gente me da igual, no me siento traidor porque el año pasado todos sabíamos la situación del club. No salió como se esperaba y este verano ya se sabía nuestra situación. En esta operación salimos ganando todas las partes».
Pepelu es verdad que deja de alguna manera huérfano al Levante de un referente claro, pero también ha llenado la caja fuerte con esos cinco millones de euros de su cláusula que abonará el Valencia a plazos. En esa dualidad se mueve todavía esta contratación blanquinegra, la 'segunda' del verano si se cuentan esos otros cinco millones que ha pagado el club para quedarse en propiedad a Cenk. «Entiendo cómo se puede sentir la gente, al Levante sólo le pudo dar las gracias, desearles lo mejor a partir de esta nueva etapa, y al Valencia darle también las gracias por la acogida, decirles que estoy aquí para dejarme la piel y conseguir lo que nos propongamos. Y a partir de ahora ser un equipo ambicioso y que la gente esté orgullosa de nosotros».
Lo tiene bastante claro Pepelu. No más respuestas a las guerrillas con el pasado y con las ideas claras de qué futuro a medio plazo le espera. Para que no queden dudas, pese a aquellas palabras tan duras de Quico Catalán que llegó decir que ni lo consideraba en ese momento como jugador del Levante y su convencimiento de que las cosas se iban a hacer mal... ésta es su opinión: «Las cosas se han hecho bien, las tres partes implicadas han salido ganando. Se ha resuelto rápido que es lo que todos buscábamos, al final cada uno tiene su opinión y su punto de vista». ¿Y cuál es la opinión que tiene sobre él el Valencia? La versión la dio Miguel Ángel Corona, en su nuevo rol de director deportivo con plenos poderes (al menos por ahora y en apariencia). «Nos tiene que dar muchísimo rendimiento y estabilidad, es un futbolista no sólo de presente sino de futuro».
¿Y qué piensa Baraja? En estos primeros días, el técnico blanquinegro ha estado bastante pendiente de Pepelu. Eso ha ido directamente a la carga de confianza del centrocampista, en ese debate sobre qué ubicación es la idónea como blanquinegro, si la de '6' haciendo el rol de Nico y Guillamón, o de '8'. «Ya he hablado bastante con el míster, está encima mía. Me siento cómodo de 6 y de 8. Desde que hablé con Baraja, fue muy natural y transparente conmigo. Me conocía como jugador, eso es algo muy importante. Lo que puedo transmitir desde el campo es el equilibrio que puedo dar al equipo, me considero un jugador completo en esos aspectos. Ojalá en otras facetas, el equipo es lo más importante».
A Pepelu se le ve más feliz que unas pascuas. «Que un club grande como el Valencia apueste por tí, pagando la cláusula, dice mucho por este club. Me queda demostrarlo en el campo. Es un reto parar mí volver a jugar en Primera. El Valencia estaba buscando jugadores en mi posición, eso no me genera ninguna responsabilidad extra porque mi trabajo está en el día a día».
Viene de un Levante que tenía la presión de ascender en ese primer año tras el batacazo de Segunda y se encuentra en un Valencia al que la afición le exige abandonar la línea de mediocridad que se ha impuesto en los últimos años. Lo tiene asumido y cuando se le pregunta por ello actúa dentro de unos parámetros de cierta prudencia. «La temporada pasada no estuve aquí, el club quiere crecer y que la gente esté orgullosa de los jugadores, de lo que hagamos en el campo, esa tiene que ser nuestra mejor virtud para demostrar que estamos preparados para hacer eso. Hay que ser un equipo ambicioso, crecer todos juntos, somos gente joven y ese tiene que ser nuestro punto de partida».
Sintió «felicidad» con la llamada del Valencia y admite bastante convencido que se ha encontrado con un «vestuario que es una pasada desde el primer día que llegué, los capitanes me acogieron muy bien. Son mucha gente joven y se ve el hambre y la ambición. Esta camiseta lleva mucha responsabilidad, es un club grande, es un paso importante en mi carrera. El primero que me habló fue Jaume, que me dijo que me tenía el sitio guardado».
La misma sonrisa impertérrita de siempre para las mismas preguntas incómodas. Miguel Ángel Corona sabe que tiene por delante una temporada igual de espinosa que la pasada. Ni su ascenso ni su autonomía respecto a Singapur evitan que el director deportivo del Valencia esté bajo el foco. Por eso ayer cuando las preguntas al responsable deportivo fueron cayendo una tras otra, el nuevo director de comunicación del club cortó de raíz. Muchas manos quedaron levantadas sin la posibilidad de conocer realmente en qué situación están algunos de los jugadores que se sabe que van a salir. «La foto actual es que nuestro entrenador ha renovado para dos temporadas, eso es una demostración de proyecto, se han hecho dos fichajes y además invirtiendo antes de la pretemporada y ajustándonos a nuestros parámetros financieros». ¿Yunus y Mamardashvili? «Están entrenándose con normalidad para ser mejores y ser lo más competitivos».
Sobre su situación personal y los galones que teóricamente le ha concedido Meriton. Ahí es cuando a Corona se le enfría el habla y recurre a un manual que ya tiene más que aprendido y que le hace no temblar el timbre de voz. «Más responsabilidad sin duda, y por tanto con el mayor cuidado posible para hacer las cosas lo mejor. Eso no quiere decir que no haya sido así en el pasado, más ilusión».
¿Por qué no dio explicaciones nadie del club cuando terminó la temporada? «Hemos concedido una entrevista y fuimos muy claros, hacemos autocrítica y somos exigentes para el próximo curso. Los resultados no fueron lo esperados, no se pueden volver a repetir. En cuanto a mí, devolver esa confianza que me han depositado, entiendo que han visto cómo he trabajado estos años».
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