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«El club, pese a haber realizado ajustes importantes en su plantilla del primer equipo durante el mercado de verano para adecuar su coste de plantilla deportiva a los ingresos de la 20/21 y cumplir con el fair play financiero, presenta unas pérdidas de 26,431 millones de euros en su presupesto. El club espera compensar dichas pérdidas y equilibrar su cuenta de resultados con la obtención beneficios por venta de jugadores antes del 30 de junio de 2021». Cita textual en las cuentas del Valencia. Más claro, el agua. Pero esta previsión ya se ha quedado obsoleta.
Conforme pasan los días la cifra va aumentando. Un concepto que habrá que compensar en el presupuestos es el de abonados y socios. La entidad fijó una entrada de dinero de 7,9 millones. La pandemia se ha encargado de sacrificar la aspiración de la vuelta del público a Mestalla. Por tanto, habrá que resarcir esta cifra. ¿Cómo? Está claro, con la venta de más jugadores o con la obtención de más dinero en alguna transacción. Pero ahora ya son 34 millones, al menos, los necesarios (aquí habrá que sumar los sueldos de Piccini, Oliva y Ferro; Cutrone no porque se compensa con el de Sobrino, que le paga el Cádiz). Eso sí, no vale con vender a Maxi Gómez por 30 millones.
El Valencia necesita un beneficio neto y para ello hay que descontar las amortizaciones pendientes (lo que falta por pagar al club del que proviene). En el caso del uruguayo, por ejemplo, todavía falta por abonar 18 millones. Una cifra similar es la de Cillessen y algo más –unos 20 millones– la de Guedes. Son los jugadores con un buen cartel europeo, aunque en los tres casos su temporada no beneficia sacar la tajada necesaria para taponer la vía de dinero. ¿De quién se obtendría el dinero necesario? Sin duda, de Gayà y Carlos Soler, pero fuentes del club ni se plantean esta opción. Son los dos futbolistas sobre los que edificar el proyecto presente y futuro.
Pero las necesidades apremian y habrá que ver cómo respira Lim. Porque cuadrar las cuentas es obligado para el fair play financiero –si no lo consigue puede ser penalizado– y porque el Valencia podría entrar en causa de disolución. Los expertos consultados fijan en 29 millones la cifra de pérdidas que abocaría al club a un concurso. Juanma Romero, hijo del que fuera miembro de la directiva del doctor Tormo, lo dejó muy claro en LAS PROVINCIAS: «Con 26 millones de euros de pérdidas como presenta este año, el club estaría rozando la causa de disolución».
Pero es que los pagos a corto plazo estrangulan al Valencia. Uno de ellos será al magnate de Singapur. Meriton tiene previsto ejecutar los dos préstamos que tiene concedidos al club por valor de 54,5 millones de euros, que vencen en septiembre de este año. Porque no los va a perdonar. Ya lo advirtió Anil Murthy en la junta. Hablamos de uno de 38 millones y otro de 16,5. En el primero la garantía son los derechos económicos de cuatro futbolistas de la primera plantilla y el 20% de los derechos de televisión.
El segundo está avalado por los derechos de otros cuatro jugadores y se concedió cuando el club tuvo que recurrir a una entidad financiera para pagar las fichas de los jugadores. Pues bien, los 54,5 millones, más la ficha de los futbolistas y la cuota de Bankia plantean un oscuro panorama al Valencia. Y Juanma Romero ya lanzó un aviso: «A Peter Lim le queda un año de vida en el Valencia. Cuando se le acabe de pagar toda la deuda en septiembre de 2021, esos 38 millones que había y los 16,5 que ha dejado a0hora, ya podrá vender el club. Cancelado ese crédito tiene vía libre con el dinero ya asegurado. Ya prepara la retirada», afirmó el economista.
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