No hay perdón para Peter Lim

Los peores dirigentes. Si uno repasa los peores dirigentes de los 102 años de historia del Valencia, hay dos muy destacados: Juan Soler y Peter Lim. Al primero cabe achacarle torpeza infinita, embarcarse en un proyecto que no podía abordar (el nuevo Mestalla) y rodearse de todo tipo de buitres en olor del dinero de aquel Valencia proclamado el mejor equipo del mundo según la Federación Internacional de Estadística e Historia del Fútbol, en 2004. En Soler no se apreciaba mala intención ni desprecio por la hinchada, más bien una ineptitud que le pasó factura ¡y cómo! en su propia fortuna. En Lim, en cambio, ha habido mala fe y una humillación al aficionado de a pie, que ahora se piensa si hacerse socio o no de un club tan querido aunque secruestado por los dirigentes asiáticos. La Copa ganada en 2019 no fue una casualidad. Sus protagonistas tenían talento. Queda acreditado al repasar los despedidos por Lim: Marcelino en el Athletic Club, Ferran en el Manchester City, Parejo y Coquelin en el Villarreal y hasta Mateu Alemany en el Barça.

Bordalás, en el momento justo. En Lim se aprecia ahora, a través del testaferro Anil Murthy, cierta disculpa con la boca pequeña. «Entendemos el descontento con el rendimiento deportivo esta temporada», dijo Murthy tras la manifestación de 6.000 personas contra Lim sin haber entendido nada. El fichaje de Bordalás para el banquillo va en esa dirección. El técnico representa todo lo contrario de Anil Murthy: profesionalidad, ambición y máximo respeto hacia una institución como el Valencia, una cima en la carrera de quien llegó a entrenar al Muchavista en la Segunda Regional del fútbol alicantino. Bordalás llega en el momento justo por varias razones: es experto en gestionar escasez de recursos en las plantilla, como sucede, el presupuesto invita a vender jugadores para cuadrar las cuentas y las expectativas deportivas son bajas después del ominoso decimotercer puesto de la pasada Liga. La competitividad está garantizada con Bordalás, otra cosa es convertir a Gayà en una 'quebrantahuesos'. Confío en que no haya necesidad de eso.

Edad de oro del fútbol valenciano. El fútbol valenciano vive una pequeña edad de oro al contar con cuatro equipos en Primera, tres jugadores en la selección que disputará la Eurocopa (Gayà, Ferran Torres y Pau Torres), un árbitro también presente en la cita del verano (Toño Mateu Lahoz) y un recién proclamado campeón de la Liga Europa. El club 'groguet' ha juntado a los valencianos Raúl Albiol (un coloso en la defensa a los 35 años), Pau Torres (el mejor central de Europa en los próximos años), Jaume Costa, Paco Alcácer y Moi Gómez. Fernando Roig ha sabido conciliar la sostenibilidad económica con una ambición sin límites: siendo quinto en la pasada Liga, fichó el verano a un técnico especialista en Europa, Unai Emery, y a un puñado de futbolistas experimentados (Parejo, Coquelin, Rulli, Capoué y Estupiñán, el único que salió rana). El resultado ha sido la puerta grande de Europa. Que aprendan lo que es una gestión responsable el Real Madrid, el Barça y el Juventus, adalides de la Superliga. Y Peter Lim, claro, liquidador de Parejo porque «mandaba demasiado» en el vestuario.

La esperanza son Soler y Gayà. Parejo probablemente sea el más infravalorado de España. Desde los tiempos de Xavi e Iniesta nadie ha dirigido un equipo con esa clase y personalidad, tanto en el Valencia como en el Villarreal. Su nombre, sin embargo, ni siquiera se mencionó en la polémica lista de Luis Enrique para la próxima Eurocopa. El fútbol pertenece a los futbolistas e incluso, entre la nube de tristeza despedida por Peter Lim, han surgido unos cuantos en el Valencia sobre los que se podría edificar otro proyecto: el rendimiento de Gayà y de Carlos Soler ha sido notable en medio de la ciénaga. La esperanza son ellos frente a la maldición de Peter Lim.