Peter Lim pone a su hijo Kiat de presidente

Palabras igual de vacías que el mensaje a la masa social del club: «El Valencia mira al futuro con optimismo, reafirmando su compromiso con los aficionados y el desarrollo de la entidad. Juntos, lograremos grandes cosas». Hay que recordar que el nuevo presidente afirmó, el mismo día que fue ratificado como consejero del club, que iba a estar involucrado en el día a día de la entidad para lograr acercarse a una masa social que había cortado todo cordón umbilical con el club tras la nefasto paso de Anil Murthy por la presidencia: «La afición es lo más importante. Ahora que estoy en el consejo, haremos un mayor esfuerzo para conectarnos y demostrarle a la afición que le escuchamos. Espero estar en contacto con los aficionados para ampliar mi perspectiva y aprender escuchando a las peñas. Vamos a arreglar esta situación». Ya no le volvió a ver más por la ciudad.

En lo único que va a cambiar la estructura del Valencia con este nuevo movimiento es en la simplificación de la transmisión de los mensajes. Javier Solís, hasta hora director corporativo de la entidad, asciende a director general del club. Reportará directamente a Kiat Lim, que mantendrá su residencia en Singapur, con lo que el mensaje llegará directamente al núcleo del máximo accionista. Hasta ahora, las necesidades deportivas se pedían a Layhoon Chan para que la presidenta transmitiera el mensaje a la familia Lim. Ahora se saltará un eslabón de la cadena.

Sería lógico que el presidente del Valencia presenciara partidos en directo del club pero la lógica y el universo Meriton no se cogen de la mano. En el corto plazo, no está previsto ni que Kiat Lim esté presente el sábado en Mestalla para presenciar el encuentro contra el Valladolid ni en ningún palco hasta nueva orden. Esa figura representativa como máximo responsable de la entidad en los partidos será para Solís, dentro de su nuevo cargo. Lo que no tendrá el ejecutivo valenciano, que lleva década y media dentro del club ascendiendo desde su primera ocupación dentro del departamento jurídico de la entidad, es firma ejecutiva en decisiones que afecten a los activos de la sociedad anónima, tanto los deportivos como los de patrimonio. Ahí, la firma telemática desde Singapur corresponderá a Kiat Lim.

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El cambio en la presidencia del club llega en un momento clave para el club, con el acuerdo cerrado con el Ayuntamiento para la reanudación de las obras del nuevo Mestalla y la nueva estrategia de financiación que ha convertido a Goldman Sachs como el máximo acreedor del Valencia y con el que se está negociando una segunda línea de crédito de entre 200 y 220 millones de euros. El anuncio del desembarco en la presidencia de la segunda generación Lim llegó, en paralelo, con un comunicado de Meriton en el que negó que la intención de Peter Lim sea la de vender el club. «El Valencia no está en venta», reflejó un escrito transmitido a través del medio singapurense The Business Times, donde también se informó que hubo un interés por parte de un grupo de Indonesia para comprar el club hace dos años pero que fue rechazado por Meriton.

Con cada movimiento del actual máximo accionista de la entidad de Mestalla conviene ser prudente a la hora de valorar su intención a corto plazo. Ni la llegada de Kiat asegura que Peter no vaya a vender el club ni lo contrario. Lo que sí que parece claro es que es una decisión tomada hace poco tiempo. La propia Layhoon Chan aseguró en la última Junta, el pasado diciembre, que el hijo del máximo accionista «primero estaba muy entusiasmado pero luego se interesó en otras partes del negocio». Menos de tres meses después de esa afirmación se convertirá en el nuevo presidente del Valencia. Para conocer cuál es su proyecto habrá que esperar, entre otras cosas, a que él mismo lo explique.