Gabriel Paulista (derecha), en su último partido con el Valencia. AFP

Peter Lim debilita aún más al Valencia al forzar que Gabriel Paulista se marche gratis al Atlético de Madrid

Rubén Baraja insistió en que contaría con el central pese la renovación del contrato si jugaba 20 partidos y Meriton decidió darle salida

Marc Escribano

Valencia

Miércoles, 31 de enero 2024, 01:14

Los últimos meses de Gabriel Paulista en el Valencia se recordarán con afecto debido al buen rendimiento que estaba dejando el central hispano-brasileño bajo las órdenes de Rubén Baraja. El veterano zaguero se había erigido como el líder de la defensa, como el ... padre entre tanto niño, y estaba llevando al equipo por el que sangró y lloró a la zona noble de la clasificación.

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Hasta que Peter Lim se enteró de que si alcanzaba los 20 partidos jugados en Liga con más de 45 minutos —llevaba 16—, renovaba automáticamente por un año más conservando el salario de cinco millones brutos, el segundo más alto del equipo. Fin de la historia. La orden desde Singapur fue clara y directa: sáquenlo de aquí. La agencia del futbolista buscó soluciones y se encontró al Atlético. Así, un emblema del club en el último lustro, de los últimos supervivientes del equipo que levantó la Copa del Rey de 2019 y de los pocos de la plantilla que sabían lo que era jugar en la Champions League, se va. Ya queda cada vez menos. Lim se empeña en seguir debilitando el equipo con el mantra del recorte de gasto.

Y encima, el daño colateral es que sigue reforzando, como ya hizo con Wass y con Kondogbia, a un eterno rival por ese tercer escalón como es el Atlético de Madrid. No hay por dónde cogerlo. Con prisas, corriendo y a última hora se cerró la salida de uno de los pocos jugadores extranjeros que ha pasado por el club en la era Meriton que ha sentido ese sentimiento de pertenencia valencianista. Por la puerta de atrás, rescindiéndole el contrato y deseándole la mejor de las suertes por ahorrarse un salario. Así es este Valencia. Otro emblema que sale gratis. Como Parejo.

Baraja insistió en que iba a seguir utilizando al central. Que no le importaba el tema de la renovación automática y los 20 partidos. Que iba a poner a los mejores. Y Paulista lo estaba siendo. Junto a Mosquera, una de las mejores parejas de la Liga en cuanto a número de disparos permitidos. Lim, por otra parte, no quiso complicarse y ante la decisión del técnico decidió acabar con el problema arrancándolo de raíz.

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Salida a marchas forzadas y a otra cosa. Porque ni con el espacio salarial que genera la salida del hispano-brasileño se va a reforzar más el equipo. Para qué, dirá Lim. Si tiene cuatro centrales ya: Diakhaby, Mosquera, Cenk y Yarek. Que Paulista sobraba de cara al futuro era algo claro. Pero no debía ni merecía salir de estas formas. Podía haber terminado la temporada y despidiéndose de la afición, algo que hasta que no se vuelva a cruzar con el Valencia si el destino así lo quiere, no podrá hacer.

Se marcha al Atlético, donde Simeone ha apostado por él para paliar con la salida de Soyuncu y las lesiones de Azpilicueta y Giménez. Paulista volverá a jugar en Champions. Tendrá la oportunidad de volver a ganar la Copa del Rey. Y competirá por quedar entre los cuatro primeros en la Liga. Lo que hacía en el Valencia cuando llegó y estaban Marcelino y Alemany al mando.

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Antes de la llamada colchonera, todo apuntaba a que el central haría las maletas a Turquía. Al Besiktas más específicamente. Finalmente no fue así. También tenía opciones de volver a su Brasil natal, pero cuando desde el Metropolitano le propusieron ponerse la camiseta rojiblanca, no lo dudó. Allí, donde sí me van a querer, me voy, debió pensar. Firmará hasta final de temporada. A sus 33 años y con un conocido historial de lesiones, no se la quieren jugar en el Manzanares. Si rinde bien y se mantiene en forma, tendrá opción de renovar por una temporada adicional. En el Atlético no se encontrará con Moise Kean, el delantero italiano que estuvo en el palco presenciando el 2-0 que se llevó el Valencia. No pasó las pruebas médicas, algo que sí hizo sin problemas Paulista.

El Atlético ha realizado en invierno una especie de reconstrucción de su plantilla. Varias salidas y un par de fichajes. Veteranos como Paulista y jóvenes como Vermeeren. Todo para seguir compitiendo. Un club que hace las cosas bien y sigue apostando por un proyecto. En el Valencia no hay un rumbo definido. Se va dando tumbos. Día a día. Dependiendo de cómo venga el viento.

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¿Y ahora qué? El Valencia tenía como objetivo evitar el descenso esta temporada y lo está cumpliendo. Además, los de abajo no ganan y la salvación está más barata que nunca. No hay presión por reforzar al equipo. Llega Peter Federico, y dejen ya de contar. Ni con las lesiones de Almeida, Canós o Thierry se buscará un refuerzo extra. Para eso ya está la cantera, pensarán desde el sureste asiático. El objetivo de clasificar a Europa se dificulta con la marcha de Paulista, evidentemente. Todavía es posible, claro. Pero sin tu mejor central, va a ser complicado. Además, tus competidores directos, es decir, Betis y Real Sociedad, se refuerzan en invierno en vez de debilitarse. Como dijo una vez Marcelino, «sólo los cangrejos van hacia atrás». Los cangrejos y el Valencia. Ni las palabras de Baraja en Movistar, instando al propietario a apostar por el crecimiento del equipo, cambiaron la idea de Lim. A seguir recortando gasto. Fuera Paulista y a seguir con lo puesto. Equipo más barato y que termine la temporada fuera del descenso. Eso es lo único que importa en Singapur. Y aquí, Corona y compañía, tampoco van a hacer nada para remediarlo. No depende de ellos. No tienen ni voz ni voto. Así es el Valencia.

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