Valencia CF. Acaba el año con la petición de la afición para que Meriton se marche. El club, amenazado por la causa de disolución, ve brotes verdes en el campo
pedro Campos/ alberto martínez/ Juan carlos villena
Domingo, 26 de diciembre 2021, 12:58
Meriton todavía no es consciente que el club no es suyo. Tendrá la mayoría accionarial, pero la propiedad es de la afición, de su gente, de los abonados y los socios que cada domingo pueblan Mestalla y dan calor a los futbolistas. El gran problema es que a la empresa de Singapur le da igual estar de espaldas al alma del Valencia. Peter Lim cumple ya dos años sin pisar el recinto de la avenida de Suecia y sus enviados especiales, con Anil Murthy a la cabeza, no actúan para restañar el divorcio. Al revés. El último capítulo fue la junta general de accionistas, en la que para asistir tenías que contar con más de tres mil acciones. Todo un golpe en la línea de flotación de los pequeños poseedores de títulos. Tanto es la desazón de los seguidores que se han echado a la calle para hacer visible la protesta. Miles de valencianistas gritaron el 'Lim Go Home', pero parece que tienen oídos sordos desde la propiedad. Ni sienten ni padecen. Dan largas a la afición y también a las instituciones. El estadio y la ATE siguen pendientes por la falta de interés de Meriton. En las cláusulas de venta ni Aurelio Martínez ni Amadeo Salvo exigieron al grupo que lidera Peter Lim que acabara el estadio. Se quedó en una intención. Y en esas estamos. Sin ninguna intención de acabarlo. En estos momentos crece la inquietud entre los diversos colectivos de oposición. Con el martes señalado en rojo en el calendario, porque es ese día el que tienen que verse las caras Ximo Puig y Anil Murthy (hace nueve meses se dijeron de todo públicamente), las diversas plataformas y grupos han lanzado ya un par de salvas de advertencia al palacio de la Generalitat y amenazan con abrir fuego real si la cosa se tuerce, es decir si no aparta al Valencia de su condición de promotor. No las tienen todas consigo respecto a la posición que va a tomar finalmente Ximo Puig cuando Anil Murthy le presente papeles y supuestamente garantías para acabar el nuevo Mestalla, bajo el paraguas del acuerdo de CVC. Hay que recordar que de los más de 120 millones que recibirá del fondo, 80 se destinarán al reinicio de las obras del nuevo estadio. Eso sí, con ese dinero no se puede acabar, pero la intención del club es ponerse a jugar y con la venta de la parcela del viejo estadio o con un préstamo finalizar definitivamente en años posteriores el recinto de Cortes Valencianas.
La oposición pone en cuestión la versión que dio Sandra Gómez de que se puede aprobar el reinicio de las obras independientemente de que el solar del viejo Mestalla pierda sus beneficios urbanísticos. La conselleria de Territorio no se ha pronunciado públicamente pero también apuesta por esta versión y, por lo que parece y aunque en un primer momento sí estaba citado, Arcadi España no estará finalmente en la reunión del martes. Por su parte, la conselleria de Economía se ha echado curiosamente a un lado y ya no participa en la actual escena, pese a que fue la que hizo más fuerza para darle esa prórroga a Meriton.
Y a nivel económico la situación es dramática. La mayor transacción del fútbol mundial suma unas pérdidas de 135 millones de euros. Siete años después de aquella operación, ni hay Champions ni nuevo Mestalla ni dinero en la caja. El Valencia está en causa de disolución y al rescate con una nueva ampliación de capital y la llegada de más de cien millones del fondo CVC amparado por LaLiga para mantenerse a flote. El Valencia cerró la temporada pasada con unas pérdidas de 31,2 millones de euros, una cantidad similar a la de 2015/16, donde el ejercicio se finiquitó con 31,4 millones en números rojos. El récord, por ahora, está en la temporada 36,2 millones de pérdidas en la 2017/18.
De las siete campañas con Lim al frente del equipo, en seis se ha cerrado con pérdidas y sólo en la 2018/19 hubo un resultado positivo de 1,3 millones de euros. La mala gestión económica se traduce en unas pérdidas totales durante la etapa de Meriton de 134.543.000 de euros, lo que hace insostenible el futuro del club.
Levante UD: Quico Catalán vive su peor crisis en Orriols
Quico Catalán vivió hace unos días la junta general de accionistas del Levante más tensa de su era. El presidente granota, quien presentó pérdidas por primera vez en once años, escuchó duras críticas a lo largo de la asamblea debido a la situación económica, deportiva y social de la entidad. Parte de los socios reclamaron cambios en la composición del consejo de administración y en la política llevada a cabo. El mandatario mostró su predisposición a analizar nuevas propuestas, aunque defendió firmemente la legitimidad de la actual directiva. Destacó que tiene «mucha fuerza para seguir peleando y para escuchar cualquier cosa que pueda ayudar a que el club sea más grande». Eso sí, lanzó un aviso a navegantes: «Para mí lo más fácil sería irme a mi casa. Me lo he planteado muchas veces y pronto. Pero no me voy a ir a mi casa. Estoy fuerte. Y voy a seguir fuerte».
Pero la situación se complica y mucho. Porque si la economía no funciona como en años anteriores, a nivel deportivo la situación es dramática. El equipo marcha último en la clasificación y el peligro del descenso a Segundo División empieza a visualizarse. Y es que las decisiones que se han tomado han sido más que discutibles. Desde la destitución de Paco López al fichaje de Javier Pereira, sin experiencia en la competición doméstica. Todo un experimento que salió fatal. Tanto que le valió el cese, como también el de la dirección deportiva que avaló el fichaje. Manolo Salvador y David Navarro ya son historia granota. Ahora está de manera interina Lisci a la espera de saber qué decisión toma la directiva. Y qué se puede hacer ahora. En la pasada junta, Quico Catalán, apeló a la unión y a la sintonía entre futbolistas y aficionados. Una conexión visiblemente mermada durante la presente temporada. Sin embargo, el dirigente deposita escasas esperanzas en el mercado de invierno. Asume la extrema dificultad para reforzar la plantilla en enero, por lo que rebaja las urgencias sobre la confección de una nueva secretaría técnica. Las estrecheces económicas y la delicada situación del conjunto azulgrana complican las salidas y los fichajes. Catalán pretende esperar a ver el futuro del equipo para tomar una decisión u otra en las incorporaciones.
El club se apoya ahora en dos hombres de la casa para gestionar los movimientos en un mercado invernal poco halagüeño. Se trata de Juan Luis Mora y José Luis Sancho, antiguos miembros de la secretaría técnica azulgrana. También se tendrá en cuenta el asesoramiento del big data, José Manuel Pardo Gila.
Valencia Basket: Regresar a la Euroliga antes de que termine el Casal España Arena
Cuando arranque 2022 se activará la cuenta atrás para finalizar la construcción del Casal España Arena, la infraestructura que en 2023 pondrá a Valencia en una nueva dimensión en cuanto a los espectáculos en recintos cerrados. También en el baloncesto. La temporada 22-23 será clave para la entidad de Juan Roig puesto que estar dentro de la Euroliga es fundamental para sacar rendimiento al recinto. En la pista, más allá de que el Arena lleve bajo el brazo una posible licencia para disputar la competición, eso sigue obligando a los taronja a ganar la Eurocup para asegurarse esa plaza. Ese debe ser el objetivo principal en la mitad de temporada que resta. Valdría con ser finalista si el Mónaco o el Unics Kazan no se clasifican para el Top 8 del torneo.
El 1 de enero también marcará el inicio del proyecto de Enric Carbonell como nuevo director general de la entidad valenciana, sustituyendo a Paco Raga. Aunque habrá que conocer las líneas maestras que tiene en la cabeza, una de las misiones del nuevo ejecutivo será aumentar la partida de ingresos propios del club. O lo que es lo mismo, rebajar el importe de la factura que los mecenas (Juan Roig y Hortensia Herrero) están obligados a poner para equilibrar las cuentas. En el curso 20-21, esa factura ascendió a 19 millones puesto que la entidad sólo generó 4,32. El presupuesto aprobado para la presente temporada es de 21,8 millones (15,27 para el primer equipo masculino y 2,21 para el femenino) y la inversión prevista de los mecenas es de 15,2. Para evitar que la cifra tenga que subir del 69,7% del total, el Valencia Basket está obligado a volver a una horquilla superior a los 6 millones de ingresos propios, con partidas como la de taquilla que sube hasta los 2,6.
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