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Esperaban unas cifras que cumplieran sus previsiones iniciales. Y así ha sido. El Proyecto 112 que impulsó De Torino a Mestalla, con Juan Martín Queralt ... a la cabeza, ha publicado el dinero que ha recaudado en quince días con el objetivo final de comprar el Valencia a Peter Lim. Desde el 23 de noviembre hasta el 11 de diciembre se han adherido a la iniciativa 793 personas con un montante total de 16.968.957 euros. La plataforma se comprometió a hacer públicas las cuentas cada medio mes y están certificadas en la notaría de Luis Calabuig.
Se trata del primer pase de un camino de muchas semanas de trabajo y de exposición pública y mediática, con el objetivo de captar la atención del aficionado valencianista en general. Deben transformar el cansancio y las protestas de la afición en algo mucho más tangible, como es saber cuánto estaría dispuesto a pagar cada valencianista para comprarle las acciones a Meriton. De momento, y eso algo que en algún planteamiento se había hecho, este grupo ha superado el siempre difícil trámite del arranque con unas cifras que supera los mínimos. Eso sí, por ahora se trata de un compromiso verbal, todavía no hay dinero líquido disponible, a la espera de que pudiera fructificar el proyecto.
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El Proyecto 112 lo forman juristas de prestigio –en activo y retirados–, economistas, políticos, algún empresario... Tiene un único objetivo: echar a Peter Lim del Valencia. No es la primera iniciativa de este estilo, pero se diferencia de los anteriores por el poso de valencianismo que tienen acumulado sus integrantes en el DNI, en especial quien encabeza la causa, como Juan Martín Queralt, que en su día fue directivo y también presidente de la Fundación del Valencia. Hay un intenso trabajo realizado en la sombra, con reuniones por ejemplo con Caixabank (fue en abril y en concreto con Ignacio Redondo, director jurídico que falleció en un accidente en julio) y con gestiones de gente como Alfonso Fernández (Espíritu del 86) que prefieren quedarse en la sombra.
Este grupo se ha sentido obligado a dar un paso adelante y apostar por lo que consideran la única forma viable para convencer a Lim en dos vertientes: la económica y la global, con esa pretensión acuñada en su día por García-Fuster de no darle más oxígeno a Meriton. A Lim posiblemente le motiva más el dinero que el oxígeno. Justo cuando se ha sabido que el fondo estadounidense Arctos Partners se ha convertido en nuevo accionista del París Saint-Germain al comprar el 12,5% de las acciones, en una operación que valoraría al club en unos 4.200 millones de euros, las pretensiones del proyecto que lidera Queralt circulan a muchos ceros de distancia.
El jueves es la junta de accionistas y Layhoon reiterará, como siempre, que Lim no quiere vender pero nadie duda de que el empresario puede haber iniciado ya ese proceso por todo lo que envuelve hoy en día al club.
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