Ocho meses para esto. El 18 de agosto arrancó una Liga de desarrollo incierto para el Valencia CF: el nuevo proyecto estaba ideado por Mateo Alemany, uno de los que tumbó la apuesta de Alesanco (Quique Setién) para confiarle la resurrección blanquinegra a Marcelino García Toral. Era casi imposible ir a peor después de dos temporadas viviendo más cerca del descenso que de la Champions, pero las dudas existían porque, aún con el mercado abierto, a la plantilla le faltaban piezas y argumentos. Se fijó el objetivo de consolidar al equipo en zona europea, pero tardó tanto en llegar la primera derrota que el valencianismo comenzó a soñar con la opción de volver a la Champions League. «Si cuando fiché me dicen que estaríamos así no me lo creo ni de coña», admitió este viernes Marcelino para, de forma contundente, ensalzar el trabajo de su vestuario durante la presente temporada.
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La de hoy contra el Eibar es la primera tentativa del Valencia y, de no aprovecharla, aún tendría tres oportunidades más. Con tanta ventaja ha llegado el Valencia a esta recta final de Liga. De hecho, sin ese tropiezo en casa contra el Getafe el conjunto blanquinegro se encontraría en plena pelea por el subcampeonato. Han sido «34 finales», según repite Marcelino, hasta gozar del privilegio de poder concretar el pase a Champions en la jornada 35. «Estar a una victoria de la clasificación no es una liberación. Hemos disfrutado del nivel competitivo que ha demostrado el equipo. Se lo ha ganado a pulso a base de muchísimo trabajo y muchísimo esfuerzo», defendía Marcelino, quien espera que esta tarde consiga desplegar el Valencia su identidad: «Debemos ser nosotros mismos y jugar con la máxima intensidad. Todos sabemos lo que nos jugamos».
Un Eibar sin aspiraciones, puesto que prácticamente no tiene opciones de llegar a Europa y está salvado, es el invitado a la fiesta de Mestalla. Del Valencia depende que sea completa o haya que aguardar a las próximas fechas para sellar el objetivo. Con muchos días desde el partido de Vigo, Marcelino ha preparado el choque de forma diferente: el jueves hubo asado de plantilla y cuerpo técnico en la ciudad deportiva de Paterna y el ambiente ha sido más relajado que de costumbre. También la convocatoria deja claro que es un partido especial: el asturiano incluyó en la lista a todos los disponibles (20 jugadores) y tendrá que realizar dos descartes antes de saltar al terreno de juego.
Las únicas ausencias son las de Ezequiel Garay (sanción) y Francis Coquelin (lesión), así que es muy probable que el técnico apueste por su once 'de gala' metiendo a Murillo en lugar de Garay. Enfrente, un rival que en la ida doblegó al Valencia y con jugadores de suficiente talento (Inui, Orellana, Pedro León o Capa) como para dar un disgusto. «Me atrae mucho la forma de jugar del Eibar, nos va a exigir muchísimo», reconocía Marcelino, el entrenador que ha devuelto al Valencia a la Champions. Hoy o más adelante.
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