Rabah Madjer, un revulsivo de clase mundial

No es habitual que un futbolista que acaba de levantar la Copa de Europa se marche a jugar a un equipo recién ascendido. Tampoco es usual que una entidad como el Valencia se arrastre por la Segunda División. Los caprichos del fútbol llevaron a uno de los mejores futbolistas del planeta -el talento del delantero argelino Rabah Madjer fue muy codiciado a finales de los ochenta- a deslumbrar, como cedido durante seis meses, en el cuadro blanquinegro, que acababa de ascender del infierno de la categoría de plata. El impacto mediático de la llegada de Madjer se ha visto en contadas ocasiones en el Turia ya que pocos jugadores han logrado colapsar la ciudad deportiva de Paterna en su primer entrenamiento y muchos menos han obligado al personal de seguridad a evitar que aficionados sin entrada se colarán el día de su debut. La expectación estaba más que justificada por el aterrizaje del Balón de Oro africano de 1987.

El futbolista argelino habría brindado al Oporto su primera Copa de Europa propinándole al Bayern de Múnich un tanto de tacón de bella factura en la final de ese mismo año. El año de Madjer. La dupla ofensiva que formó en Portugal con Paulo Futre quedará para la historia. Días antes de firmar por el Valencia, Madjer había ayudado al conjunto luso a levantar la Copa Intercontinental con un gol en la prórroga. Con el Oporto cubierto de gloria, unas rencillas entre el jugador y la directiva provocaron que se le buscara una salida al astro africano. La entidad de Mestalla, presidida por Arturo Tuzón, se adelantó a grandes clubes como Ajax y Bayern de Múnich y se hizo con los servicios de la estrella del momento en el mercado invernal para asentarse en su regreso a Primera División. En el curso 1987-1988 se pretendían ahuyentar los fantasmas del descenso de la campaña anterior y esta ventana de traspasos -habitualmente intrascendente- sirvió como trampolín para relanzar el rendimiento del equipo que entrenaba por aquel entonces Alfredo di Stéfano.

Madjer debutó por todo lo alto estrenándose a los diez minutos de ataviarse la zamarra valencianista aunque su fútbol se diluyó conforme avanzaba la temporada. El atacante puso su grano de arena para firmar la permanencia en aquella campaña con cuatro dianas en catorce partidos disputados en el Turia y se rencontró con el Valencia un año más tarde cuando jugó con el Oporto una eliminatoria de la Copa de la UEFA en la que el cuadro portugués apeó al español. Se retiró con 34 años en el Qatar SC y ocupó el banquillo de la selección argelina en varias ocasiones sin demasiado éxito. El exfutbolista no logró clasificar al combinado africano para el último Mundial de Rusia en 2018 y fue destituido del cargo de seleccionador. Sin embargo, Argelia corrió mejor fortuna con la ayuda del Madjer futbolista ya que participó en 1982 en su primera Copa del Mundo. Además de su periplo como entrenador, también ha seguido vinculado al fútbol al haber colaborado como comentarista deportivo en la cadena de televisión Al-Jazeera.