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Rafa Mir no le da miedo al Sevilla
El delantero cedido por los hispalenses se muestra batallador pero sin ocasiones | El atacante participa en el tramo final de un choque en el que el árbitro vuelve a pitar un penalti contra el Valencia, pero esta vez atiende al VAR
El Sevilla no teme a Rafa Mir. No introdujo la conocida como cláusula del miedo en el contrato de cesión al Valencia y el delantero, ... que atraviesa una de las temporadas más traumáticas de su carrera, pudo participar en el partido de anoche. El de Cartagena empieza a sentirse futbolista después de un curso marcado por una demasiado prolongada lesión muscular y, sobre todo, por la acusación de agresión sexual.
El futbolista, al fin, ha hallado algo de consuelo en el césped. Sin ser titular, pero ha dejado atrás la lesión y Corberán le va dando minutos. Ayer entró en el minuto 74, encadenando cuatro jornadas seguidas compitiendo con el Valencia. Peleó mucho con los zagueros del Sevilla, y aportó al incomodar en la salida del balón del equipo de García Pimienta. También intentó un disparo a puerta desde la frontal que taponaron dos defensores del conjunto hispalense. Mucho trabajo pero poco brillo.
Así puede resumirse el reencuentro de Rafa Mir con el club con el que tiene contrato para la próxima temporada. Este mismo año, en aquel partido que estuvo a punto de ganar el Valencia y que empató por un inesperado fallo de Mamarsashvili, el atacante de Cartagena y que hizo debutar Nuno cuando estaba en la cantera blanquinegra, no pudo jugar por estar lesionado.
Anoche se empleó a fondo. Defendiendo la camiseta del club con el que se estrenó en la élite. Sin pensar en el después, sino en el ahora. Sacando una valiosa falta en terreno de juego del Sevilla pasado el 91. Robando unos segundos al reloj mientras Mestalla cantaba: '¡Sevillista el que no bote!'. Y Rafa Mir no botó porque no es sevillista. No en esta temporada en la que hasta Navidad salió mal casi todo.
Ahora es al contrario. El valencianismo ya no habla de descenso porque todo lo que puede salir bien, sale bien. Hasta en las decisiones arbitrales. Esta vez salió cara. Por segunda semana consecutiva el Valencia ha visto cómo le pitaban un penalti en contra en la primera parte, pero en ninguna de las acciones ha recibido gol en contra. Hace una jornada fue Mamardashvili el que evitó que el Real Madrid empatase en una acción más que dudosa de Tárrega sobre Mbappé, y esta vez al conjunto de Mestalla le salvó por la campana el VAR.
Para ser más precisos, en esta ocasión el colegiado de campo sí que le ha hecho caso a los compañeros que le habían alertado desde la sala del vídeo arbitraje. Pasado el cuarto de hora, Sánchez Martínez señaló un penalti de José Luis Gayà. El capitán blanqunegro se lanzó al césped para despejar a la desesperada un balón cuando Peque se disponía a rematar dentro del área ante Mamardashvili.
El ex del Racing, titular tras muchas jornadas, vio cómo le despejaban el balón y, posteriormente, Gayà se lo llevaba por delante. En principio Sánchez Martínez no había percibido el toque de balón y señaló la pena máxima. Le avisaron desde la sala VOR y, tras acudir a consultar a la pantalla, decretó que no había pena máxima para el Sevilla.
Tanto la actuación como la decisión de Sánchez Martínez contrasta con la de Cuadra Fernández en el Bernabéu. En esa ocasión, el colegiado pidió varias imágenes de la acción hasta que vio una en la que le pareció justificar su primera decisión. Hizo oídos sordos a la recomendación de sus compañeros del VAR y mantuvo el penalti. La parada de Mamardashvili a Vinícius contribuyó a apuntalar la heroica al histórico triunfo valencianista.
En el fútbol, tanto con las decisiones arbitrales como en las inercias, las sensaciones cambian de un lado a otro, de un partido a otro. El Sevilla, al contrario que el Valencia, empieza a mirar hacia abajo. Los blanquinegros ya están por encima de la clasificación del conjunto andaluz, que podría acabar la jornada a cinco puntos del descenso.
Hay preocupación en el conjunto visitante, sólo hay que ver las declaraciones de Nyland. El portero se mostró muy crítico con el árbitro, con el penalti no señalado finalmente sobre Gayà, y por una posible falta previa cerca del área del Valencia antes del tanto de Javi Guerra. «Nos han marcado con muy poco», lamentó. Mordiéndose la lengua, también se quejó el técnico García Pimienta.
Con poco o con mucho, el factor Mestalla ha salvado al Valencia, ya puede decirse aunque no sea matemático. Quitando el borrón ante el Atlético y lo del Barça en Copa, la comunión entre la grada y el equipo desde la llegada de Corberán es proverbial. Ya hay quien se atreve a mirar arriba. Lo que seguro es que no será el final de Liga agónico que se preveía en Navidad.
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