
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Juan Carlos Villena, Javier Martínez e Iván Calatayud
Valencia
Miércoles, 4 de septiembre 2024, 08:11
La jueza de Llíria que instruye la causa abierta por un delito de agresión sexual contra el jugador del Valencia Rafa Mir y el futbolista ... Pablo Jara decretó la libertad provisional de ambos con medidas cautelares. Durante las comparecencias judiciales convocadas de oficio por la magistrada, ninguna de las partes personadas en el procedimiento solicitó la medida de prisión preventiva para los arrestados.
La titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Llíria adoptó las medidas cautelares solicitadas por el Ministerio Fiscal, e impuso a Rafa Mir la retirada del pasaporte y la prohibición de salida del territorio nacional, junto con comparecencias semanales en sede judicial y la prohibición de comunicación y de aproximación a menos de 500 metros respecto de las dos denunciantes. El futbolista del Valencia queda investigado inicialmente, y sin perjuicio de ulterior calificación, por un delito de agresión sexual con acceso carnal recogido en el artículo 179 del Código Penal, según informó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana
Por su parte, el otro futbolista detenido, Pablo Jara, queda investigado por un delito de agresión sexual, pero sin acceso carnal, contemplado en el artículo 178 del Código Penal. La magistrada le impone como medida cautelar la prohibición de comunicación y de aproximación a menos de 500 metros de las dos denunciantes y comparecencias quincenales en sede judicial.
Durante sus declaraciones en el juzgado, los dos futbolistas dieron una versión muy diferente sobre los hechos denunciados por las víctimas, y ambos afirmaron que mantuvieron las relaciones sexuales con el consentimiento de las jóvenes.
Sin embargo, antes de interrogar a los acusados, la jueza tomó declaración a las dos chicas y estas ratificaron sus denuncias por un delito de agresión sexual. Al ser preguntado por los periodistas en la puerta del juzgado, el abogado Jaime Campaner, que defiende a Rafa Mir, dijo: «Sale libre. El partido acaba de empezar».
El jugador del Valencia durmió este martes por segundo día consecutivo en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil de Patraix tras ser detenido el lunes. Pablo Jara fue arrestado el mismo día, y ambos futbolistas están acusados de agredir sexualmente a sendas jóvenes, de 25 y 21 años de edad, que acababan de conocer en una conocida discoteca de Valencia.
A primera hora de este miércoles, el abogado Jaime Campaner se presentó en el juzgado número 8 de Instrucción de Llíria para esperar la llegada de Rafa Mir. Tras ser abordado por un gran número de periodistas, el letrado afirmó que las relaciones sexuales de su representado fueron «por supuesto consentidas».
Los dos acusados, Rafa Mir y el jugador del Alcantarilla Pablo Jara, salieron sobre las diez y cuarto del cuartel de Patraix en los asientos traseros de dos coches, uno con los distintivos de la Benemérita y otro camuflado. En el primero iba el futbolista del equipo murciano, que compite en el grupo 13 de la Tercera Federación, y en el segundo vehículo trasladaron al jugador del Valencia.
A las 13.38 horas, los dos acusados llegaron al juzgado de Llíria, engrilletados y custodiados por un grupo de guardias civiles, después de su espera en el calabozo en las dependencias de la Guardia Civil de Llíria. Mir intentó ocultar las esposas bajo su camiseta para minimizar lo más posible el impacto de la foto. Tras quedar en libertad provisional, el valencianista salió del juzgado sobre las 17:45 horas, subió a un coche que conducía su padre y se marchó sin realizar declaraciones, pero cuando llegó a su domicilio manifestó: «Todo bien, ya hablaré que no tengo problemas».
Poco antes, la madre del futbolista del Valencia había defendido la inocencia de su hijo tras ser preguntada por una periodista del programa 'Y ahora Sonsoles' de Antena 3.
Los hechos sucedieron en el chalé de Mir, en una urbanización de Bétera, horas después del partido que enfrentó a su equipo contra el Villarreal. Una de las jóvenes presentó una denuncia contra Mir y le acusa de agresión sexual con acceso carnal. La Guardia Civil detuvo también a Pablo Jara, inculpado por el mismo delito, tras tomar declaración a una segunda víctima.
Como ya informó LAS PROVINCIAS, una patrulla de la Policía Local de Bétera prestó auxilio a las dos chicas sobre las nueve de la mañana del domingo en las proximidades del chalé del futbolista. Estaban semidesnudas (en ropa interior) y muy nerviosas por las supuesta agresión sexual que acababa de sufrir una de ellas.
Dos vecinos llamaron por teléfono a los vigilantes de la urbanización tras oír los gritos de una de las jóvenes, y el personal de seguridad avisó a la Policía Local de Bétera, que acudió con urgencia al lugar.
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Cuando llegaron los policías locales y los vigilantes, las dos chicas discutían en la puerta del chalé con dos hombres, uno de ellos el futbolista, y una de ellas acusaba a un tercer individuo de haberle propinado un guantazo en la cara. La joven sufrió una crisis de ansiedad delante de los policías, pero se tranquilizó poco después y dijo que un amigo de Mir había intentado abusar de ella.
Según las víctimas, el agresor se encontraban dentro del chalé, por lo que los agentes de la Policía Local entraron en el domicilio, pero no encontraron al tercer implicado: Pablo Jara. En esos momentos de tensión y nerviosismo, el delantero del Valencia mostró una actitud colaboradora con los policías y les dejó entrar en su casa para que buscaran al presunto autor de los abusos sexuales. El jugador del Alcantarilla ya no estaba en el chalé, pero fue identificado y detenido por la Guardia tras una rápida investigación.
Mientras los policías locales trataban de averiguar si el futbolista y sus amigos habían cometido algún delito, el padre de una de las jóvenes, a quien habían llamado poco antes para contarle lo ocurrido, llegó con su coche a la urbanización Torre en Conill, recogió a su hija y a la otra víctima y se fueron.
Antes de que se marcharan, los policías informaron a las víctimas de sus derechos y les aconsejaron que presentaran una denuncia si los hechos habían ocurrido tal y como aseguraban. En ese momento, ninguna de las chicas acusó a Rafa Mir de haber cometido un delito sexual, por lo que los agentes de la Policía Local no detuvieron a nadie.
Horas después, las víctimas acudieron al cuartel de Massamagrell para presentar sendas denuncias. Una de ellas, la joven de mayor edad, acusó a Rafa Mir de una agresión sexual con acceso carnal. Aunque en un principio habría consentido las caricias y tocamientos, la víctima declaró que le dijo al Mir que parara y este no le hizo caso. La versión del jugador del Valencia es muy distinta, ya que afirma que hubo consentimiento en todo momento de la relación sexual.
Según informó EL MUNDO, una de las víctimas relató la agresión sexual que sufrió en el chalé. Rafa Mir «la introdujo en el baño y cerró la puerta con pestillo». La chica estaba en shock y comenzó a llorar, suplicándole para que la dejara ir. Lejos de aceptar la petición de la agredida, «la sentó encima de un lavabo para introducirle los dedos en la vagina sin quitarle la falda pantalón». Ella nuevamente le suplicó que le dejara irse porque su padre iba a recogerla. pero el delantero siguió sin hacerle caso.
En sus denuncias, las jóvenes explicaron que habían conocido al delantero del Valencia y otro joven en una conocida discoteca de Valencia, y que ellas aceptaron la proposición de continuar la noche de fiesta en el chalé de Mir.
Pero uno de los amigos del futbolista, Pablo Jara, empezó a manosear a una de las chicas en la piscina, y ella le recriminó su actitud. Se produjo entonces una discusión porque ella no consintió los tocamientos, y este individuo le propinó un guantazo, tiró del chalé a las dos jóvenes y cerró la puerta.
Las víctimas se quedaron entonces en la calle en ropa interior. Un vecino de la urbanización escuchó gritos cuando las chicas pidieron que les devolvieran la ropa, que fue lanzada a la calle por encima de la valla, y discutieron con sus agresores.
El abogado Gabriel Esturillo, que defiende a Pablo Jara (amigo del jugador del Valencia desde la infancia), manifestó en el programa 'Y ahora Sonsoles' que su representado ha negado también la agresión sexual. También aseveró que las dos víctimas habían discutido entre ellas dentro del chalé, porque a las dos les gustaba Rafa Mir, y por este motivo les dijeron que se marcharan, según la versión de Pablo J.
«La chica dice que hay una agresión, pero mi cliente dice que no ocurre nada de eso. Niega tocamientos y agresión. Hasta que llegan al chalet, las historias son iguales, pero luego no ocurre lo que dicen ellas. Hubo más de una discusión entre ellas y, en la última, mi cliente le dice que bajen la voz, que van a molestar a los vecinos y las acompaña a la puerta», señaló Esturillo a la salida de los juzgados tras tomar declaración su representando.
Dos noches en el calabozo y horas de angustia en el juzgado. Mir se mostró tranquilo durante las casi 40 horas que estuvo privado de libertad, y negó la autoría de los graves hechos que denunció la víctima con una frase que pronunció en varias ocasiones: «Yo no he hecho nada».
El murciano mostró una actitud colaboradora en todo momento con los policías locales de Bétera, cuando acudieron al chalé del futbolista en la urbanización Torre en Conill, y les dejó entrar en su domicilio para que buscaran al presunto agresor sexual de una de las víctimas. Los investigadores de la Guardia Civil dieron en todo momento credibilidad al relato de las víctimas. En la vivienda está confirmada la presencia de un tercer hombre que no participó en las agresiones sexuales.
La Calle Gerardo Ferrand de Llíria amaneció este miércoles blindada por un imponente dispositivo de la Guardia Civil, que garantizó un perímetro de seguridad de 100 metros sobre la entrada del juzgado para salvaguardar, tal y como pudo confirmar este periódico, la privacidad de las víctimas.
Las horas de espera hasta le llegada de los acusados, que se demoró porque la jueza estaba de guardia y tuvo que atender otro caso, tuvo como novedades la llegada de Jaime Campaner, el abogado de Rafa Mir, con una bolsa con ropa para su representado y una gran tormenta, sobre las doce, que obligó a todos los presentes (guardias civiles, periodistas y curiosos) a resguardarse en las pocas escapatorias de la calle.
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