El Real Madrid calla ante los insultos racistas a Nnaji tras la campaña contra el Valencia

El Barça condenó este jueves «enérgicamente» los insultos sufridos por Nnaji y anunció que ya ha puesto en conocimiento de la competición el episodio racista y que espera «una respuesta firme y ejemplar por parte de la ACB, en contra de cualquier abuso racial o verbal». «Negro de mierda», gritaron algunos aficionados del Real Madrid al joven pívot africano de 18 años cuando se bajaba del autocar del equipo culé y se disponía a entrar en el pabellón del conjunto blanco.

«Más importante que el título es la lucha contra el racismo», llegó a proclamar el técnico del Barça, Sarunas Jasikevicius, tras denunciar públicamente en conferencia de prensa el episodio sufrido por James Nnaji. «Escucho mucho hablar de Vinícius y ahora tenemos que hablar nosotros de lo que ha pasado con James Nnaji. Esto no va con lo que decís aquí con los valores del Real Madrid y los seguidores del Real Madrid y tenemos que estar muy enfadados con ello», lanzó el entrenador lituano del Barça.

«Me da igual que sea un jugador del Real Madrid, del Barcelona o de cualquier otro equipo. Es una cosa lamentable. No puede ser. El racismo tiene que parar ya. Hay que pelear contra esto y vamos a pelear», aseguró Jasikevicius, afectado por lo sucedido.

Horas antes de que el Barça se adjudicase la Liga Endesa, entre gritos de «hijos de puta» a los jugadores de baloncesto del Barcelona se llegó a escuchar a un seguidor del equipo blanco cantar incluso «Barça, racista, España es madridista», en el mismo momento en que otro insultaba a Nnaji. A Nikola Mirotic, víctima de la ira de los hinchas del Real Madrid desde su fichaje por el Barça, también le insultaron de nuevo seguidores del que fuera su equipo, en este caso no en la cancha, sino a las puertas del pabellón de la capital, con gritos de «hijo de puta» y «rata apestosa».

A pesar de la gravedad de lo sucedido, al cierre de esta edición el Real Madrid no se había pronunciado. Ante las palabras de Jasikevicius y el comunicado del Barcelona, el club presidido por Florentino Pérez ha optado por obviarlas. Contrata con lo ocurrido con Vinícius. El brasileño recibió insultos racistas de tres seguidores del Valencia y justo al acabar el partido ya orquestó una campaña contra todo la grada de Mestalla, que avivó el propio Ancelotti en la rueda de prensa posterior al choque al señalar que todo el estadio había llamado «mono» al brasileño. En base a esa mentira, que tuvo que rectificar días después, construyó el Real Madrid un relato que nada tenía que ver con la realidad.

El Valencia tomó las medidas pertinentes para expulsar de por vida a los autores de los insultos como medida ejemplarizante mientras el árbitro De Burgos Bengoetxea modificó el acta para señalar que un aficionado había llamado «mono, mono» al jugador del Real Madrid, pero en ningún caso apuntó que había un insulto coral por parte de la grada del estadio valencianista. Pero nada frenó al Real Madrid, que decidió trasladar el expediente de lo ocurrido a la Fiscalía. La intención del club madridista era que el Estado tomara cartas en el asunto por lo que consideraba un «delito de odio» para que se «depuren responsabilidades». La presión fue tan que el Comité de Competición quiso ser ejemplarizante y cerró la grada de animación de Mestalla durante cinco partidos, que quedó reducida a tres tras la queja valencianista.