Redención y sentencia

El Valencia salió del encuentro frente al Arenteiro del pasado jueves con mucho más que un billete rumbo a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El conjunto blanquinegro ha comenzado a ser testigo del escenario en el que se convierte la competición y de las oportunidades que puede llegar a brindar a aquellos futbolistas que hasta la fecha no han podido dar un golpe sobre la mesa y llamar a la puerta de los planes del técnico alicantino.

Manu Vallejo y Uros Racic se convirtieron en los grandes protagonistas de aquella noche copera, ambos experimentaron en sus carnes el halo de esperanza y la caída sin frenos que es capaz de brindar la Copa del Rey. Ambos protagonizaron actuaciones completamente dispares sobre el terreno de juego, las cuales han acabado por redimir a uno y sentenciar al otro.

Por un lado, Manu Vallejo, delantero descartado, que lleva sufriendo la indiferencia de Bordalás desde prácticamente su llegada en verano, a pesar de no contar con minutos esta temporada, logró sumar su primer tanto en su cuenta particular el pasado jueves frente al Arenteiro. El gaditano logró redimirse y recordarle al técnico alicantino que su intención es seguir luchando por ganarse su confianza.

Racic, por su parte, no aprovechó la oportunidad para volver a ocupar el puesto del cual fue dueño al principio de temporada. El serbio firmó una actuación muy pobre, la cual lo ha mandado a sentarse al final del aula de Bordalás, viéndose obligado a observar como Koba, jugador de la Academia que ha sido capaz de dar un paso al frente esta temporada, lo ha sobrepasado completamente. El futbolista francés se ha convertido en la apuesta firme del alicantino, llegando incluso a ser titular en Balaídos hace dos semanas.