El Valencia, en la era de Meriton, nunca ha realizado una Junta General más allá del 13 de diciembre. Fue la de 2019. El resto ha fluctuado entre el 4 de noviembre y el 11 de diciembre. Teniendo en cuenta que el anuncio debe ... hacerse legalmente un mes antes de su celebración, la de 2021 será la más cercana a final de año. El motivo, obvio, no hay que encontrarlo en las cuentas que se van a presentar del ejercicio 20-21 –que dará más pérdidas– sino en cómo cuadrar el presupuesto de la temporada en curso. Ahí, la financiación de CVC es clave, tanto para la planificación de la plantilla como para la reanudación de las obras del nuevo estadio. Javier Tebas ha convocado a los clubes el próximo viernes 10 de diciembre para cerrar el acuerdo con el fondo de inversión, donde una de las incógnitas que quedan por disiparse es si el Real Madrid, el Barça y el Athletic se unirán al mismo. La negativa de los dos primeros ha sido la que ha impedido firmar aún el montante global de 2.100 millones, puesto que esa cifra (basada en un porcentaje de los derechos de LaLiga de los próximos 50 años) la puso CVC contando con la firma de Joan Laporta y Florentino Pérez.
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La financiación estimada para el Valencia es de 118 millones. Oxígeno puro para Peter Lim, desde el intento de renovación de Gayà y Soler o la reactivación de las obras del nuevo estadio, paralizadas desde febrero de 2009. Si se cumple el primer borrador presentado por LaLiga la primera inyección de dinero está prevista para antes de Navidad, con un 40% del total. Un regalo que le podría suponer al Valencia unos 47 millones. Sería el primero de los dos apuntes contables que el club podrá realizar para el presente ejercicio si se cumple esa previsión presentada en agosto, puesto que el segundo pago (del 20%) llegaría en junio de 2022. Los dos restantes, también por el 20% del total, se ingresarían en la caja de los clubes en los meses de junio de 2023 y 2024.
Meriton necesita la financiación de CVC para salvar su proyecto en el Valencia. Algo que no ofrece debate si se analiza el problema del nuevo estadio. En los próximos días, la Conselleria de Economía va a sepultar la última vía administrativa que le quedaba al recurso del club de intentar prorrogar la actuación urbanística hasta 2030. A la decisión de tumbar la ATE, unánime por todas las negativas que ha ido acumulando el intento de Peter Lim de ganar tiempo pese al incumplimiento sistemático de los plazos, sólo le quedará la vía judicial al Valencia. Además de perder por el camino un mínimo de 15 millones y volver a la casilla de salida, con el fantasma del derribo parcial del actual Mestalla por la sentencia del Supremo de 2005 contra la ampliación del campo en 1999. Algo que iba a subsanarse con la ATE, que incluía el cambio de campo.
El único plan conocido de Peter Lim para el nuevo estadio, y para la financiación del proyecto del polideportivo de Benicalap que ya ha entregado al Ayuntamiento, es el dinero de CVC. El acuerdo indica que el 70% debe ir destinado a infraestructuras pero que puede subirse al 85% si el club renuncia a destinar el 15% para las pérdidas ocasionadas por la pandemia. Con ese nivel máximo, el Valencia podría destinar 100 millones al estadio y todas las obras auxiliares si recibe los 118 estimados por parte de LaLiga. Eso sí, deberá llegar en un plan de ejecución nuevo puesto que la ATE está destinada a ser sepultada administrativamente antes de final de año por su incumplimiento. El plan de Meriton deberá explicarse en una Junta que aún no tiene fecha pero que no puede demorarse más de dos semanas.
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