Miembros de la Penya Valencianista El Masclet Blanc i Negre de Catarroja, con la leyenda, del mismo pueblo, Ricardo Arias. lp

Un regreso a Mestalla para sentir tots a una veu

Aficionados de los pueblos asolados por la DANA volverán a su asiento, en el partido entre el Valencia y el Betis de este sábado, en memoria de los que ya nunca lo podrán hacer y para dar visibilidad a los afectados por la tragedia

Sábado, 23 de noviembre 2024, 00:48

Gabriel Bellver tiene 71 años y es presidente de la Peña Valencianista de Chiva. Este sábado no faltará a su cita en Mestalla, en el partido que enfrentará al Valencia contra el Betis desde las 14 horas. El fatídico 29 de octubre, como tantos miles ... de valencianistas, vivió en primera persona la angustia. «Mi hermana, de 80 años, estaba en el barrio Hondo Bechinos, una de las zonas más afectadas de Chiva. Intenté salir a por ella y no pude. La frustración que te entra cuando no puedes ayudar a tu hermana y no sabes como está es tremenda. Al final fue mi sobrina a buscar a su madre y la pudieron salvar», relata, aún emocionado, al recordar ese terrible día. Gabriel será uno de los miles de valencianistas que sentirán 'tots a una veu' un regreso cargado de emoción, junto a socios del resto de poblaciones afectadas por la trágica DANA. Por los que ya nunca lo podrán hacer y para seguir dando visibilidad a los afectados.

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«Algunos peñistas que tienen la casa al lado del barranco han perdido todos los muebles. La gente joven lo supera pero se han destruido casas de gente muy mayor y esas ya se van a recuperar para volver a empezar», sentencia el presidente de la de la Peña Valencianista Enrique Asensio Cambra de Chiva: «Tengo más ilusión de los prolegómenos que del partido en sí porque va ser como compartir todos juntos el sentimiento de frustración por todo lo que nos ha pasado. Ojalá los jugadores lo pongan todo en el césped para que nos den una alegría. En Chiva, los tractoristas sacaron toda la maquinaria desde el primer momento y la Guardia Civil salvó a muchas personas, algunas de ellas paralíticas. Se han portado de categoría, como los voluntarios».

Mestalla vivirá el partido más especial de su historia. Nunca antes un regreso había estado marcado por un dolor que nos tiene a todos con el corazón manchado de lodo y barro. Es por ello que los abrazos que se darán en la grada todos esos valencianistas con su vecino de asiento será mucho más que eso. Servirá para suturar, aunque sea un poco, una herida que vertebra toda la provincia de Valencia, de L'Horta Sud a la Ribera, llegando hasta Chiva y Utiel. Un daño en el que también hay rabia. La de no entender nada de lo que ha pasado. «Veo a los políticos señalándose unos a otros la culpa y lo único que les tengo que decir es que no se han hecho bien las cosas. En Chiva nace el barranco del Poyo y que yo recuerde hemos tenido tres grandes inundaciones. En la de 1982 cayeron 300 litros en media hora. Ahora han sido 600 litros y lo denomino un tsunami de la tierra al mar. Se creó una ola de cuatro metros que no se ha visto nunca. El pesar que tengo dentro es ese. Si aquí desde las cinco de la tarde ya se había desbordado el barranco y toda esa agua iba a llegar a L'Albufera ¿Cómo no se avisó a la gente de Picanya, Paiporta o Catarroja? ¿Por qué no se dio la alarma de que esa barbaridad iba hacia abajo?».

Una pregunta sin respuesta. Bien la hubiera recibido Alberto Navarro, miembro de la Penya Gastro Valencianista de Paiporta. En el corazón de la zona cero, puesto que la sede que destrozó el agua marrón está en el casco antiguo y fue arrasada. «Con el agua ya por las rodillas subí con mi padre a la casa de mi cuñada. Estando arriba vimos cómo una chica, que tendría 17-18 años, que venía del instituto de Paiporta, estaba cogida a una tubería. Bajamos a la calle y la salvamos con una cuerda y una escoba», recuerda. Los peñistas que van a acudir al partido lo harán en los autobuses que fleta el Valencia (de Paiporta y Catarroja es de dónde más aficionados subirán a ellos) pero a Alberto le hubiera gustado que el club, es decir Peter Lim, hubiera dado más la cara por los afectados: «El Valencia podría haber hecho mucho más para ayudar. La recaudación por las camisetas o las entradas es dinero que ponen los aficionados. Eso es lo que van a donar. Por sí sólos no han donado nada, como sí ha hecho el Real Madrid. Me ha faltado mucho del Valencia pero con los dirigentes que tenemos no es de extrañar».

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Este valencianista de Paiporta incide que por la calle del local de la Penya, en el caso antiguo del pueblo, los militares llegaron «a la semana y media» y pone el foco en la tragedia, para que nadie apague la luz de las prioridades: «Tengo a una amiga que ha perdido a su padre, un amigo que también y a otro que ha perdido a sus dos sobrinos, que son los niños que fallecieron en Torrente. La gente va a necesitar mucha ayuda psicológica para superarlo. A las administraciones les pido que no nos abandonen, a día de hoy aún hay mucha gente con fango sobre todo en garajes de comunidades y se están rompiendo tuberías con aguas fecales. Falta mucha faena, hay calles donde el barro se ha quedado petrificado y pasas con el coche y parece que vas por la montaña. Paiporta ha perdido toda su esencia, no ha quedado ni un local vivo».

Siguiendo el rastro de destrucción del barranco del Poyo se llega a Catarroja. Una de las localidades más afectadas y que casi un mes después de la tragedia sigue necesitando mucha ayuda. No nos olvidemos de ellos. Sería inhumano. «No tengo ganas pero he decidido ir al partido porque ver al Valencia es una de las cosas que más queremos, paso un día con los amigos y me despejo un poco. Igual que nadie se puede olvidar de nosotros, de todos los pueblos afectados, nosotros tampoco nos podemos olvidar del Valencia». La reflexión es de Francisco Martínez, presidente de la Penya Valencianista el Masclet Blanc i Negre de Catarroja y es tremenda. Tremenda.

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Dos miembros del colectivo irán a Mestalla en el autobús fletado por el Valencia. El día de la tragedia no pudieron hablar entre ellos: «En nuestro caso no pudimos hablar porque sobre las ocho y algo ya se fue la cobertura y la luz. Fue a partir del segundo día cuando pudimos ir hablando. Por suerte físicamente todos estamos bien pero como el resto de vecinos de Catarroja hemos perdido coches, plantas bajas y más daños materiales El partido puede ser como un momento de descanso, de desconectar durante unas horas de todo lo que seguimos viviendo porque estoy ni mucho menos se ha arreglado ya. En Catarroja lo que necesitamos es maquinaria de limpieza, para que se acaben de limpiar todos los bajos y los garajes, y pesada para despejar las calles de escombros y coches, además de las vías de entrada por la Pista de Silla o las rotondas. Que la gente pueda volver a circular por la calle con normalidad. No sólo por temas de salubridad sino también a nivel psicológico para los vecinos porque es muy duro a nivel mental convivir todos los días con las imágenes de devastación que tenemos a la vista. Trabajo en Paterna y cuando llegas allí parece que has vuelto a la civilización».

Ángel Martínez, compañero peñista de Utiel, comparte pesar con Gabriel, de Chiva. Como cabecera del río Magro, y su cauce desbordado desde la mañana del martes 29, no se le quita de la cabeza lo que vino después: «Con la información que se tenía se debería haber prevenido a todos los pueblos por donde pasa el río, como Algemesí que se inundó unas horas después. Cuando se desbordó en Utiel seguía lloviendo con fuerza y toda esa agua iba cauce abajo. Hace muchos años no había forma pero ahora con toda la información que hay, y redes, tenían formas para avisar antes a la población». Tras el lamento, la válvula de escape del Valencia: «El ánimo no lo tienes pensando en el fútbol sino en lo que ha pasado y en ayudar pero al final la vida tiene que continuar y como valencianista el deseo ahora es que el equipo remonte un poco el vuelo porque lo vamos a pasar mal este año». Y un último mensaje. «Lo que más me impresionó fue el apoyo de la gente, de los que vinieron de todos los puntos de España desde el primer momento a sacar barro. Gracias a ellos y a la maquinaria agrícola que tenemos aquí, porque hay muchos tractores, se adelantó mucho en la limpieza», evoca. Eso y la solidaridad que llegó tras la tragedia: «Desde el primer momento se volcaron todos los valencianistas que conocemos, sobre todo del Sector 12 de la Agrupación que engloba a todos los pueblos de estas comarcas y compartimos preocupación con los compañeros de Chiva, Bunyol o Siete Aguas. Lo que más me impresionó fue el apoyo de la gente, de todos los que vinieron de todos los puntos de España desde el primer momento a sacar barro. Gracias a ellos y a la maquinaria agrícola que tenemos aquí, porque hay muchos tractores, se ha adelantado mucho en la limpieza porque desde esa primera noche ya se estaba preparando todo».

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Uno de los colectivos más activos es la Penya Valencianista de Benetússer. La de la Senyera infinita. Uno de sus peñistas más icónicos es Toni Almudéver, que nunca pasa desapercibido en las grandes citas con sus looks imposibles siempre con los colores azul, amarillo y rojo. «Estamos todos vivos, que es lo importante», resume. El suyo es de uno de tantos casos de esquivar la muerte por un acto reflejo, como dar volantazo a la dirección del coche cuando ves que una riada se te va a llevar por delante: «Quedé con un amigo en la Plaza de la Fusta y a las siete de la tarde le comenté que me acercara a la estación del AVE porque al día siguiente mi plan era ver el partido de la Copa del Rey en Parla. Me recogió en la puerta de casa, en la Avenida de Alfafar, sobre la siete y media. Ya nos dijo el chico del bar que en Massanassa se había desbordado el barranco. Nada más girar la calle vimos que venía agua y el tráfico se ponía a empezar mal. Al llegar a La Torre ya venía una avalancha de agua y pudimos escapar. El Valencia, mi plan de viajar, me salvó de estar en la calle tomando algo cuando vino la avalancha de agua a Benetusser, estando con un amigo y dos niñas pequeñas».

«Han pasado tres semanas y va todo el mundo andando por las calles como zombies. Nadie ha asimilado aún lo que ha pasado. Se nos ha cortado la felicidad con la desgracia y eso es lo que hay que volver a recuperar», sentencia este actor de profesión. Hoy decenas de miles de valencianistas, tots a una veu, intentarán, por primera vez tras DANA, volver a soñar con la felicidad. En Mestalla. En casa.

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Las aficionados de las localidades afectadas por la DANA, serán los grandes protagonistas. lp
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