Renovaciones a contrarreloj

El tiempo se ha convertido en un factor que parece jugar en contra de Anil Murthy y por añadidura también del Valencia. La despedida de Mateo Alemany hizo que el presidente asumiera, dentro de su nuevo rol, las negociaciones con los futbolistas que quiere el club renovar. Y si hace unos días el dirigente se veía con el representante de Ferran en lo que pudo significar la primera toma de contacto seria para encauzar su vinculación de futuro, ayer lo hizo con los representantes de Carlos Soler. También están pendientes los casos de Kang In y Ezequiel Garay (cada uno se afronta desde un prisma muy diferente ya que el argentino tiene 33 años). Los dos futbolistas valencianos, por ejemplo, terminan en 2021 sus respectivos contratos y son a día de hoy dos de los jugadores con más proyección dentro de la entidad. Tanto uno como otro son internacionales sub-21 y dentro de la estrategia marcada por el club, el deseo es que se vinculen más años alejando además las posibles tentaciones exteriores.

Ya lo dijo Murthy semanas atrás: "Tenemos jugadores jóvenes en el equipo que van a ser muy importantes en el Valencia, como Carlos Soler, Ferran Torres o Kang In Lee. Estoy convencido de que todos ellos renovarán más de una vez sus contratos". Pero el convencimiento del presidente hay que transformarlo ahora en hechos. Y si puede ser antes de la Junta de accionistas del 13 de diciembre, mejor que mejor.

Al interés que puede tener Murthy en presentarse ante los accionistas habiéndose apuntado el tanto de anunciar dichas renovaciones, hay que sumarle lógicamente el factor que tiene que ver con la propia empresa. El Valencia no puede dormirse en los laureles. Ya ha pasado algunas veces y es el riesgo que corren siempre los clubes, que cuando se quieren dar cuenta ya es demasiado tarde. No han sido pocas ya las veces que se ha comentado el interés de algunos equipos en Soler, un futbolista plenamente asentado en Primera y al que sólo le falta dar el salto a la absoluta para plantarse a nivel top. Pero ahora el que ha subido como la espuma es Ferran Torres. Y eso despierta como siempre pasa la atención de clubes. A Ferran siempre le han tentado incluso los grandes de la liga española. Tras la última renovación contractual, el Valencia tiene la baza de su cláusula (100 millones de euros) para evitar riesgos, pero el mercado es el mercado y sólo hay que recordar que Rodrigo Moreno llegó a tener este verano casi los dos pies en el Atlético de Madrid a pesar de esos 120 millones que contemplan su cláusula. Todo tiene un precio y Lim aceptó que Rodrigo saliera por la mitad de su blindaje.

El Valencia, como así sabía Alemany, no podía llegar al verano próximo sin haber firmado un nuevo contrato (con subida salarial incluida) con los Carlos Soler y Ferran. Llegar a junio así hubiera significado el harakiri, ya que con solo un año por delante hubieran podido jugar su propia baza: no renovar y marcharse casi a coste cero a otro equipo. Ahora, los jugadores –al menos estos– tienen la sartén por el mango y están en una posición de fuerza. El Valencia sabe que ellos representan –incluido Kang In– algo más que jóvenes con futuro.