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Mientras el equipo trabaja para recuperar todo el terreno perdido en la Liga y con el objetivo de pelear Copa del Rey y Europa League, en los despachos valencianistas urge acertar en el mercado de invierno, así como ir solucionando los problemas enquistados que han elevado la deuda hasta los 500 millones. El Valencia CF arranca el año del centenario con la obligación de solventar la complicada papeleta del nuevo estadio, que ya llega demasiado tarde.
Corren las primeras horas del año natural, 2019, del centenario del Valencia. Después de pasar mucho tiempo esperando el cumpleaños de la entidad, el valencianismo afronta, con la sensibilidad a flor de piel, los meses centrales de las celebraciones. El equipo tiene dos meses por delante para reconducir la situación y que el Valencia sople las velas con la grada calmada y los sentidos puestos en disfrutar de los distintos actos.
El 23 de marzo jugará España contra Noruega en Mestalla en un encuentro clasificatorio para la Eurocopa 2020. Tan sólo un día después se celebra el partido de leyendas, sin ninguna duda uno de los eventos más esperados por la parroquia valencianista. Mario Alberto Kempes confirmó su presencia aunque no jugará, pero sí la gran mayoría de los héroes del doblete: Albelda, Ayala, Marchena, Vicente, Cañizares o Baraja, entre otros.
Es el momento de aclarar qué va a ocurrir con el traslado al nuevo Mestalla. Según explicó Mateo Alemany, unas 25 empresas se interesaron por las parcelas del actual campo, cuya venta es innegociable para pensar en la mudanza a Cortes Valencianas. El director general aseguró que hasta finales de 2018 la consultora Deloitte -cuyo trabajo para el Valencia no es precisamente económico- escucharía las distintas propuestas y el club debe escoger teniendo en cuenta la cantidad y las formas de pago. Al Valencia se le acaba el tiempo en este asunto porque está firmada con el ayuntamiento la fecha para levantar el nuevo Mestalla (durante la temporada 2021-2022) y la demolición del viejo, prevista para 2023. Mientras tanto, el Valencia fue trabajando para abaratar el proyecto y el arquitecto Mark Fenwick admite que cuesta 60 millones menos que el anterior.
A finales de noviembre, Bruselas asestó un duro golpe al Valencia con su decisión de castigar al club con una multa de 24 millones de euros. El Alto Tribunal de la Unión Europeo desestimó el recurso de casación y aunque la lucha judicial continúa, el Valencia está obligado a hacer frente a un pago que Bruselas no considera peligroso para la estabilidad financiera de la entidad por el músculo económico que garantiza Lim. Esa contingencia sigue vigente, como la de Porxinos. El ayuntamiento de Ribarroja comunicó oficialmente al Valencia que no va a pagar los 25,1 millones que reclama el club por el fallido segundo plan de actuación urbanístico de Porxinos. Alemany mantiene su posición: el Valencia tiene razón y ganará en los tribunales.
La Liga está tan apretada que el Valencia, pese a sus pobres números, está a siete puntos de la zona Champions, aunque el Real Madrid tiene su partido pendiente contra el Villarreal. Alemany aún sigue empeñado en que el objetivo es estar entre los cuatro primeros y para ello necesitará el Valencia una segunda vuelta estratosférica.
Mejorar en la Liga significa la vida para el proyecto; en la Copa del Rey y la Europa League reposa la ilusión del valencianismo de conseguir un trofeo en el centenario. En una semana llega el cruce con el Sporting y en febrero, el del Celtic.
Los 40 millones recibidos por Cancelo el pasado verano dieron una tregua a la planificación deportiva, pero en el club saben que de cara a la próxima temporada vuelve a apretar la necesidad de vender futbolistas. El Valencia, necesita recaudar, como mínimo, 42 millones por jugadores. La cifra será más alta si no se llega a Europa.
La guinda de la plantilla fue Gonçalo Guedes, el futbolista más caro de la historia del club. Cerró el acuerdo el Valencia por 40 millones y en agosto asumirá el primero de los seis pagos del fichaje. Guedes está en el dique seco -falta algo más de un mes para su regreso- y Marcelino necesita mucho más del jugador estrella del vestuario. Hasta la lesión jugó catorce partidos y no consiguió ningún gol.
Hay varios futbolistas que han mantenido o mejorado el nivel pese a los malos resultados del equipo. Neto, Gayà, Carlos Soler o Gabriel Paulista se han convertido en imprescindibles.
El Valencia Femenino oficializó ayer la rescisión de contrato de Nadya Karpova, que estaba apartada del equipo desde hace dos meses y no contaba para el técnico Óscar Suárez. El conjunto blanquinegro está obligado a reaccionar porque está muy lejos de los mejores en la Liga Iberdrola y fue eliminado de la Copa de la Reina.
Una mala racha de resultados que parece no tener fin ha llevado al filial del Valencia a la zona de descenso de Segunda B. El conjunto de Miguel Grau arrancó bien el campeonato, pero en las últimas diez jornadas no ha ganado (siete empates y tres derrotas) y el Mestalla debe frenar la tremenda caída.
El plan de negocio que Meriton desarrolló tras adquirir la mayoría accionarial del Valencia sigue sin cumplirse. El listón se puso muy alto (tanto en lo deportivo como en lo social) y cuatro años después de la llegada de Peter Lim, el club de Mestalla cifra en 500 millones de euros sus números rojos. A la deuda a largo y corto plazo de la entidad se suma la adquisición de futbolistas hasta el 31 de agosto de 2018 por valor de 71 millones.
Este último proyecto vino acompañado del apoyo incondicional de la afición valencianista. Desde 2010 no se alcanzaban los 40.000 abonados en una temporada, tope que sí se rebasó de cara a la 2018-2019. Mestalla respondió con creces al trabajo desarrollado -principalmente- por Alemany y Marcelino el curso anterior y la incógnita, aunque todavía es pronto, pasa por saber si el Valencia conseguirá repetir o mejorar la cifra de abonados para competir en la 2019-2020.
En apenas unos meses pasó el conjunto blanquinegro del éxtasis de la clasificación para Champions a recibir alguna pañolada. A la última victoria (apurada) contra el Huesca y ese gol de Cristiano Piccini en el último suspiro del choque se enganchan Marcelino y los futbolistas como un punto de inflexión en la temporada del centenario.
En la última jornada se pidió desde la grada donde se ubica la Curva Nord la dimisión de Marcelino. Era la primera vez que la grada joven señalaba de forma tan clara al entrenador. A lo largo de esta temporada, la Curva Nord ha centrado su disconformidad en la figura del presidente, Anil Murthy. La relación entre la cúpula del club y la grada joven está rota.
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