Rodrigo lo tiene muy claro

O todos saben fingir muy bien y Rodrigo acabará cambiando el blanco del murciélago por el de Chamartín, o el mercado se cerrará en nueve días y el delantero continuará alimentando de goles al Valencia como ha venido haciendo hasta ahora. Rodrigo, esta vez, ni besó el escudo cuando marcó al Atlético -una lástima porque hubiera sido definitivo- ni corrió a ponerse una peluca naranja en honor a Jaime Ortí. Los dos hechos le hicieron subir enteros entre la afición, antes tan crítica por su rendimiento. En cambio, apostó por no andarse con piruetas fotográficas y se fue directo a recoger el balón de dentro de la portería para marchar a toda prisa al centro del campo.

Ese ambicioso detalle, en un encuentro como el del lunes, significó por un lado el compromiso del futbolista en favor del equipo y, por otro, el convencimiento que tiene el grupo en su capacidad deportiva para ganar a un adversario de la enjundia del Atlético. Que el primer gol de la temporada fuera precisamente del internacional sirvió en bandeja el morbo que faltaba para esa pretensión de Lopetegui de llevarse al Real Madrid a un futbolista que conoce muy bien y al que siempre ha tenido entre sus favoritos (ambos están representados también por Jorge Mendes).

Tras el partido eran preguntados sobre ese futuro incierto tanto Mateo Alemany como el propio Rodrigo. El director general reconoció que no tenía constancia de que hubiera algún contacto por parte del futbolista con el Madrid, rebajando a la mínima la preocupación por un inesperado cambio de aires. Por su parte, Rodrigo y a pie de campo torció el gesto cuando se le volvió a cuestionar sobre su futuro.

Y es que, si algo ha tenido claro el delantero desde hace varios meses es su discurso. Nunca se ha salido del guión. Ha aprovechado cualquier comparecencia ante los periodistas para reiterar que quiere seguir en el Valencia. Para Marcelino, que el sábado apuntaba a la cláusula de rescisión, Rodrigo representa un papel fundamental. Forma parte por así decirlo de la guardia pretoriana del entrenador en compañía de elementos como Kondogbia, Parejo y en menor medida Gabriel Paulista. Ese eje central lo mantiene el asturiano por encima de todo.

Y lo que ha demostrado Rodrigo con ese tanto inicial del curso es que todo lo que se ha dicho este verano sobre él no le ha hecho perder su agradable estado de forma que le llevó a vivir el Mundial desde dentro de la mano de Lopetegui.

Hace dos años, en la 2015-16 (su segunda temporada como blanquinegro), Rodrigo también marcó en el primer encuentro de la campaña (Valencia-Mónaco) pero aquel año para él se fue complicando de mala manera con una lesión de rodilla. El año pasado tardó cuatro jornadas en marcar su primer gol, el anterior tres, y en su primer año en Valencia (2014-15) también necesitó cuatro partidos para estrenarse. Ahora, el único debate es si le acompaña Mina o Gameiro.