La confesión de Rubiales: «Villarreal, Sevilla y Valencia son los clubes que peor me caen»

Ahora ya es público y notorio. Rubiales no traga al Valencia. Bueno, en realidad ni al Villarreal, ni al Sevilla ni al Valencia, por estricto orden de repulsión. Si el presidente de la Federación Española era hasta ayer uno de los personajes que más malestar generaban entre la afición blanquinegra por todos los desencuentros -al margen de la buena relación valencianista con Tebas- que a lo largo de los últimos años ha tenido con el club (cambio por la Supercopa, críticas de Ricardo Arias, entradas de la final de Copa, abusiva sanción a Gayà...), a partir de ahora se va a convertir en un personaje que va a tener difícil sentarse algún día por el motivo que sea en el palco de Mestalla sin que el público se gire.

Motivos hay de sobra. El último capítulo en el que ha quedado en fuera de juego Rubiales descubre su animadversión hacia los tres clubes en cuestión. Hasta tal punto que provocó que los tres equipos lanzaran este mismo martes un comunicado como respuesta, exigiéndole además disculpas. El motivo de este enésimo ataque a la entidad valencianista es la conversación privada que por WhatsApp mantuvo con su padre y más familiares y que publicaba 'El Confidencial'. «A ver si nos cepillamos a los palangana (apodo despectivo con el que es conocido el Sevilla) estos», escribía Rubiales durante el partido Real Madrid-Sevilla de Liga (2-1) disputado en enero de 2020 en el Bernabéu, donde el árbitro Martínez Munuera anuló un gol a Luuk de Jong que provocó la indignación del club andaluz, a través de su director deportivo, Monchi, muy crítico con el colegiado. «Son el segundo equipo que peor me cae de todos», señalaba Rubiales referente al conjunto andaluz. Su padre añadía entonces junto a unos emoticonos de risa: «Sí. Y a mí. Valencia y Sevilla». Entonces, Rubiales ponía la guinda. «A mí en este orden Villarreal, Sevilla y Valencia».

Durante la comprometida conversación revelada por este medio, que también destapó el escándalo de la Supercopa en el que estaba implicado Gerard Piqué, el padre de Luis Rubiales lanzaba una dura crítica al presidente del Sevilla, Pepe Castro. «Otro capullo integral. Con la prepotencia de la sevillanía, que se creen que son lo mejor del mundo. Payaso. Que les vayan dando. ¡Que les vayan dando!», escribió. Rubiales respondió riéndose y haciendo referencia a una acción del Real Madrid-Sevilla: «Me estarán poniendo fino por el VAR».

En el Valencia, lógicamente, causó indignación este asunto. Tanto, que a media mañana el club de Mestalla se aliaba con los otros dos equipos implicados para lanzar una respuesta a Rubiales emitiendo el siguiente comunicado: «Desean manifestar su condena de forma conjunta ante los graves desprecios del presidente de la Real Federación Española de Fútbol hacia nuestros clubes. Las conversaciones en las que habla con tal agravio, animadversión y arrogancia hacia las tres instituciones son inaceptables viniendo de una persona que ostenta un cargo de tal responsabilidad y que debe velar por igual por los intereses de todos los clubes del fútbol español».

Además, añadía el escrito: «Valencia, Sevilla y Villarreal condenan el desaire y la falta de respeto de Luis Rubiales hacia nuestras entidades y, lo más importante, hacia el sentimiento de sus aficiones. Asimismo, muestran su máxima preocupación por las posibles consecuencias que pueda suponer su actitud para con nuestros clubes, ya que su comportamiento no contribuye a la transparencia de la competición. Valencia, Sevilla y Villarreal instan a Luis Rubiales a rectificar y pedir disculpas públicamente a las tres instituciones y a sus aficionados». Al cierre de esta edición, la Federación no se había pronunciado en ningún sentido al respecto.

Rubiales, nacido en Las Palmas de Gran Canaria pero criado en Granada, fue futbolista del Guadix, el Mallorca B, el Lleida, el Xerez, el Levante y el Alicante, antes de convertirse en presidente de la AFE donde, al ganar las elecciones el 17 de mayo de 2018, dio el salto a la Federación para acabar con los 28 años de mandato de Ángel Villar. Rubiales denunció que su móvil había sido hackeado cuando empezaron a conocerse las conversaciones sobre la polémica Supercopa.

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