En los últimos minutos de la prórroga y casi que con la ayuda del VAR. Así ha elegido Valencia aspirar a ser sede del Mundial ... 2030. Llega este viernes el pleno decisivo (penúltimo del calendario antes de las vacaciones y de esa fecha fatídica del 3 de agosto) y Partido Popular y Vox han apostado por mantener la incertidumbre hasta el pitido final. Al cierre de esta edición, los dos partidos y socios en el gobierno municipal tenían todavía abiertas las negociaciones –que satisfaciera también al Valencia– con el fin de encontrar una solución que cosiera los tres frentes que, relacionados, tienen como eje el nuevo Mestalla: por un lado resolver el futuro urbanístico del estadio con todo lo que eso conlleva (fichas, licencia, convenio y compromiso de garantía de obra); por otro evitar que el pueblo les pudiera calificar de 'colaboracionistas' con Peter Lim y, por último, arrancar con cierta urgencia la firma del Valencia para que se adheriera aunque fuera casi sobre la bocina a la candidatura conjunta de España al Mundial 2030.
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La expectación era máxima y no sólo a nivel local sino también nacional. Desde la Federación Española nunca han querido que Valencia perdiera el tren. Por ello no les ha importado tragarse sus propios plazos con el fin de dar el margen necesario hasta que la capital del Túria fuera capaz por sí misma de resolver el entuerto del estadio de Cortes Valencianas (parado desde 2009). Con una simple firma de Layhoon estaría ya todo por fin resuelto desde el mes de febrero. Eso sí, si hubiera firmado la presidenta blanquinegra –siempre por orden de Lim– el problema en torno al futuro Mestalla seguiría, aunque evidentemente la aspiración de ser sede mundialista de la ciudad estaría más que solventada.
Para que no falte de nada, mientras en el Consistorio los políticos valencianos debaten –si entra al final por vía de urgencia– el futuro del nuevo estadio y las opciones a ser sede mundialista –si firma es algo que se da por hecho–, precisamente este viernes también se van a reunir los comités de los tres países organizadores. Será en Agadir (Marruecos) y allí deberán concretar la candidatura con las que pueden ser las 20 sedes oficiales para la cita mundialista. Aunque no estaba previsto en principio que acudieran los presidentes de las federaciones (podrían hacerlo por videoconferencia), los que sí acudirán son los miembros de los comités técnicos, que son los que han elaborado los informes. Valencia dará que hablar.
No obstante, el club decidió exprimir su estrategia y dejó a todos en fuera de juego. Se negó en redondo a firmar el documento que sí hicieron Generalitat (rúbrica de Vicente Barrera y Luis Cervera) y Ayuntamiento. Maniobró así el Valencia al no estar negro sobre blanco tanto la licencia como las fichas urbanísticas, en ese constante juego de tensión que ha mantenido con el Consistorio. Fue evidentemente esa doble exigencia de Meriton la que puso todo patas arriba, hasta el punto de llegar a la situación actual, tan peculiar como estresante. Vox ha llegado a estar en más de una ocasión más cercano en sus tesis al PSPV y Compromís que del PP, más tibio en todo lo que envuelve afecta a Meriton.
El Valencia llegó a explicar en su escrito que a pesar de su innegable voluntad de colaborar para traer el Mundial, no podía firmar ningún documento que pudiera acarrear sanciones millonarias en caso de incumplimiento. Todo bajo el argumento principal de la falta de seguridad jurídica y urbanística a la hora de construir el estadio. Curioso que casi siempre el debate gira en torno a las garantías que unos y otros se solicitan mutuamente, ya que por ejemplo tanto PSPV y Compromís llegaron a llevar al último pleno –fue rechazada finalmente– la moción de que Meriton garantizase el coste total de la obra terminada, ligando a esa condición tanto las fichas urbanísticas como el convenio.
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Hay que ir familiarizándose con estos lugares. Son las ciudades y estadios aspirantes y aunque quedan todavía seis años para que el Mundial sea una realidad, las previsiones dejan poco margen para el error. Van a ser once sedes en España, seis en Marruecos y tres en Portugal. El Santiago Bernabéu es el que está previsto para la final. Luego, la lista la pueden formar Camp Nou, Civitas Metropolitano, RCDE Stadium de Cornellà, San Mamés, La Cartuja, La Rosaleda y La Romareda. Posiblemente Las Palmas de Gran Canaria sea sede porque cumple con todo y aún queda elegir entre Balaídos o Riazor, aunque Coruña actualmente está por delante de Vigo. Luego está lógicamente el caso tan sorprendente de Valencia.
Hay que tener siempre presente que el 3 de agosto se libera a Peter Lim de los incumplimientos que tiene esos acuerdos que englobaba la ATE. Aún quedaría el pleno de finales julio para no permitir que eso sucediera –el PP siempre ha necesitado los votos de Vox para dar salida a las fichas que dejaron listas PSPV y Compromís–, pero entonces el tren del Mundial habría partido ya, cayéndose Valencia de las candidatas. Los tiempos municipales no encajan en el calendario que tiene la Federación Española para rendir cuentas a la FIFA. De ahí que tanto María José Catalá como Juanma Badenas hayan caído en una especie de trampa, teniendo que manejarse a contrarreloj y en un escenario cargado de minas. Ambos saben que ni pueden poner en duda el pacto de gobierno (hizo falta una cumbre con presencia de Montserrat Lluis –Vox Madrid–), ni quedar al descubierto ante la afición valencianista, ni, tampoco, permitir que Valencia vea pasar de largo el Mundial. Hay mucho en juego en el pleno de hoy aunque no esté en el orden del día.
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