¿Se acuerda alguien cuándo fue el último partido que disputó Jesús Vázquez aunque fueran unos pocos minutos? ¿Y Hugo Guillamón? ¿Es normal que en el partido más importante de la temporada para el Valencia, el del Espanyol con el descenso en juego, el delantero ... estrella salga al campo a falta de ocho minutos para el final? ¿Sorprende que un futbolista como Samu Castillejo con más de 200 partidos en Primera sea precisamente el jugador descartado el día que puedes certificar la permanencia?
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Cuatro casos con diferentes matices pero que tienen un denominador común: Baraja no los ve cuando mira al banquillo. Al menos, no los ve como a ellos les gustaría y como la propia afición esperaba en un principio. La temporada toca a su fin y hay situaciones que llaman poderosamente la atención. Sin duda, el caso más llamativo es el de Cavani, por todo lo que el delantero conlleva. Ni ha convencido su aportación anotadora (5 goles, uno menos que Lino y Kluivert) ni tampoco sus actuaciones sobre el terreno de juego han sido impactantes.
Es evidente que esta temporada han habido 'dos Cavanis', uno antes del Mundial y otro después. Que no haya marcado desde el 31 de diciembre pasado en Vila-real le fuerzan a que esta 2022-23 sea una de sus peores –sino la peor– de su carrera. Hasta tal punto que fue el propio Cavani el que ya dejó claro hace unas semanas en unas declaraciones que su continuidad como valencianista no debía suponer ningún problema ni conflicto, tanto en lo que a sus intereses se refiere como a las intenciones del club. Por eso no sorprenden las informaciones que sitúan a su hermano en Valencia, punto inicial para pensar que tras el partido contra el Betis, Cavani –35 años– podría hacer las maletas de manera definitiva.
A Cavani no sólo le ha birlado la titularidad Hugo Duro, sino también Kluivert, seguramente el atacante con más influencia en el juego ofensivo del equipo. A Marcos André ni se le cuenta porque además de no participar antes, la lesión le descabalgó definitivamente de las quinielas.
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El otro futbolista que vino al Valencia para desempeñar un rol importante es Samu Castillejo. Ha ido descaradamente de más a menos. Titular más asiduamente con Gattuso, con Baraja ha pasado a ocupar un papel secundario. En tres partidos consecutivos (Celta, Villarreal y Real Madrid) ni tan siquiera jugó un solo minuto y este domingo ante el Espanyol fue la primera vez que el extremo se quedó en la grada, algo que no había pasado hasta este momento. Diego López ha entrado tan fuerte que le ha desplazado fuera incluso de la convocatoria.
Al igual que con Cavani ha habido una clara distinción entre los periodos pre y post mundialista. Fue venir de Catar y pasar casi al anonimato. Jugó cinco encuentros consecutivos con Baraja pero el empate frente al Rayo en Mestalla (1-1) marcó un punto de inflexión todavía más acusado. Desde entonces, no sólo perdió la titularidad sino que actuó 40 minutos contra el Almería y de ahí al banquillo como espectador de lujo. No ha jugado ya nada más. La irrupción de un Javi Guerra que parece plenamente integrado le ha apartado definitivamente.
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Con Jesús Vázquez el Valencia tendrá que preguntarse si valió la pena realmente no dejarle marchar al Getafe en enero. ¿Para qué se quedó si lo que realmente necesita es jugar minutos?
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