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Aritz Aduriz aterrizó en el Valencia sin hacer excesivo ruido. Y eso que tenía, junto a Roberto Soldado, el reto de hacer olvidar a dos figuras como Villa y Silva. El Valencia, que se tenía que apretar el cinturón, pagó cuatro millones de euros al Mallorca por el fichaje del delantero vasco. Tenía 29 años. Y mucho hambre. Su presentación oficial en el Castillo de Xàtiva supuso el punto de partida de una historia corta, ya que duró dos temporadas, pero intensa. Su compromiso, su casta y su instinto goleador le permitieron cautivar a la grada de Mestalla. El club blanquinegro le abrió las puertas de Europa y la selección española. La madurez le sentó de maravilla. Sin embargo, lo mejor de su carrera deportiva todavía estaba por llegar. Y lo alcanzó con su regreso al Athletic, donde ahora se despide del fútbol habiendo alcanzado la categoría de leyenda. Se ganó el respeto y afecto de compañeros y rivales. Deja un vacío en la Liga.
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Dice adiós a los 39 años. Una lesión de cadera ha precipitado los acontecimientos. El más veterano de la Liga, el jefe del área, pone fin a su reinado. Otro viejo rockero como Soldado, quien fue compañero y competencia de Aduriz en Mestalla, le agasaja. «Coincidí con él en el Valencia y guardo la amistad a lo largo de los años. Sin duda es de los mejores compañeros que he tenido. Siempre tenía una palabra de apoyo o de cariño. Creo que su carrera describe lo que ha hecho. Es un grandísimo jugador y una gran persona. Aunque en el Valencia los dos éramos delanteros nuestra relación fue genial, de respeto y admiración. Se va un señor del fútbol», afirma el actual delantero del Granada.
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Durante el verano de 2010, Aduriz descubrió el interés del Valencia a través de David Navarro, con quien había coincidido en el Mallorca. «Me llamó para decirme que alguien del club me llamaría esa tarde. Debo reconocer que le envié a la mierda», comentó en LAS PROVINCIAS Punto Radio. La amistad entre el ariete y el central de Puerto de Sagunto se consolidó en Mestalla.
Aduriz cayó de pie en el Valencia. Sus goles en la Liga y en Europa desembocaron en su debut con la selección española el 8 de octubre de 2010. Con la camiseta blanquinegra exhibió su poderío rematador y rubricó un total de 23 goles, aunque su protagonismo fue decreciente. La competencia de Soldado y Jonas resultaba dura. Además, le marcó un fallo en los octavos de final de la Champions frente al Schalke 04 en marzo de 2011. Perdió parte de la confianza de Unai Emery.
Así, en 2012, fue traspasado al Athletic por 2,5 millones. Los capítulos más dorados de su historia aún estaban por escribirse. Hizo de la edad una anécdota. Ese deportista que de niño fue subcampeón de España de esquí de fondo y que ha vibrado surcando las olas con su tabla de surf o jugando a golf con Sergio García ha enamorado al mundo del fútbol. Y se va recogiendo aquello que sembró.
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