Mendilibar, con la Europa League. REUTERS

El Sevilla da una lección al Valencia

El equipo andaluz huye del descenso y disputará la próxima Champions tras ganar la Europa League | Mientras los de Mestalla no están salvados aún, en el Sánchez Pizjuán se vive un estado de euforia pese a que ambos clubes han tenido tres entrenadores

Marc Escribano

Valencia

Viernes, 2 de junio 2023, 02:06

Las comparaciones son odiosas. Pero hacerlas, a veces, es necesario para resaltar cosas evidentes, pero importantes. Un paralelismo que se puede analizar es el de las convulsas temporadas que han vivido Valencia y Sevilla. Ambos conjuntos han vivido una tormentosa campaña en la que por momentos atravesaban el mismo camino peleando por el mismo objetivo, y que finalmente han terminado en polos opuestos a raíz de la toma de decisiones de sus directivas.

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Para empezar, hay que dejar clara una cosa: el Sevilla tiene una plantilla infinitamente superior a la del Valencia, por lo que comparar ambos equipos se antoja complicado desde esa premisa. El fondo de armario que tiene el equipo de Nervión podría ser perfectamente titular en Mestalla. Sin ir más lejos, está el caso de Bryan Gil, que el año pasado fue una estrella en el Valencia y en el Sevilla no se ha asentado del todo como indiscutible.

Más allá de eso, ambos equipos comenzaron la temporada en polos opuestos. El Sevilla, clasificado para la Champions y con Lopetegui en el banquillo, afrontaba un nuevo ciclo tras desprenderse de varios de sus mejores jugadores en verano, especialmente sus defensas Koundé y Diego Carlos, que les habían llevado a la élite europea. Algo similar al Valencia, que había perdido a Guedes y Soler, los artífices de haber llegado a la final de Copa. Pese a que la idea del sevillismo era la de seguir con el exseleccionador, apenas duró siete jornadas tras un mal inicio liguero con el equipo en puestos de descenso. Primer bandazo de Monchi. Recuperó a Sampaoli para la causa pese a las dudas de la afición.

Mientras, en Valencia, la llegada de Gattuso tras la inesperada salida de Bordalás daba un soplo de aire fresco a un valencianismo que se llenaba de ilusión con el sueño de volver a clasificar entre los siete primeros para jugar en Europa. Cuando el Sevilla destituyó a Lopetegui, el Valencia era séptimo, su punto más alto en la tabla esta temporada. Un espejismo que duró sólo hasta la primera vuelta. Tras el parón del Mundial, el Valencia de Gattuso se cayó y el italiano salió por la puerta de atrás.

En este punto, ambos equipos de esta comparación se encontraban en una situación similar. En la zona media-baja de la tabla, acercándose peligrosamente al pozo y llegando a finalizar jornadas en puestos de descenso, cosa que hacía saltar las alarmas. Al igual que Monchi confió en un viejo conocido del club, así lo hizo también Corona. Se eligió a Voro como solución para que repitiera lo conseguido en otras etapas. No funcionó. El entrenador que iba a ser interino hasta final de temporada aguantó tres jornadas y llegó el siguiente bandazo de la directiva valencianista: recurrir a un tercer técnico, Rubén Baraja. El Pipo volvía a casa con el equipo penúltimo, mientras que el Sevilla, todavía con Sampaoli, no conseguía pasar de ronda en Champions y caía a la Europa League. En Liga, los andaluces salían momentáneamente del descenso pero seguían sin alejarse de las zonas de peligro.

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Baraja llega a Valencia en la jornada 22, a finales de febrero, mientras que el Sevilla, visto que el efecto Sampaoli se diluye, apuesta también por su tercer técnico de la temporada. En la jornada 26, a principios de abril, llega Mendilibar. Un nombre que el Valencia bien pudo tener encima de la mesa tras la salida de Gattuso y tras el intento fallido de Voro. Pero fue una opción que no se valoró ya que Meriton prefería apelar al sentimiento y a la cercanía de una leyenda de la casa. El técnico vasco trajo al Pizjuán precisamente lo que se buscaba de él: estabilidad, resultados y puntos. Con cinco jornadas invictas, entre ellas, el triunfo por 0-2 en Mestalla, sacaba al Sevilla del descenso y ponía el foco en la Europa League, la competición fetiche del club hispalense. Mientras, el Valencia conseguía rascar puntos aquí y allí pero no los suficientes para alejarse de la zona de descenso.

Mendilibar se fue cargando, poco a poco, a Manchester United, Juventus y finalmente a la Roma, para alzar el primer título europeo de su carrera. Con la salvación ya conseguida, el Sevilla jugará en Champions otro año más, con los ingresos que eso conlleva. El Valencia en cambio se la jugará en la última jornada, aunque lo tiene prácticamente hecho, para salvar la categoría. Con el futuro de ambos técnicos en el aire —Mendilibar no está claro que siga y Baraja tampoco—, la comparación es odiosa. Ambos equipos llegaron a estar en el mismo punto y han terminado con uno ganando y el otro sufriendo.

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