Soler se alista para la Liga

Sin poder borrar la sonrisa, debajo de la mascarilla, cansado pero muy feliz. Así llegó anoche Carlos Soler a la estación Joaquín Sorolla, uno de los tres héroes valencianos de plata que conquistaron la medalla con España en el torneo de fútbol de los Juegos. Con la presea colgada al cuello y varios gritos de «¡Campeón!» por parte de algunos pasajeros que compartieron con él el trayecto en tren desde Madrid, el canterano se mostró dispuesto a ponerse a las órdenes de Bordalás en cuanto obtenga el resultado negativo de la PCR, preceptivo para la vuelta al trabajo. Incluso para jugar el viernes contra el Getafe en Mestalla si el entrenador lo considera oportuno y no tiene ningún problema físico. Se llama compromiso. «Bien, estoy bien», contestó cuando fue preguntado por si se veía para iniciar la Liga: «Un poco cansado del viaje porque llevamos casi 24 horas viajando. He dormido bastante en el avión, allí son siete horas más y ahora mismo se me cierran los ojos», confesó Soler antes de volver a darle importancia a la medalla conseguida en Tokio: «Una plata es muy importante y es histórico porque muy pocos futbolistas españoles la tienen. Estoy muy contento, fue una pena no ganar el oro pero es un logro que quedará para la historia».

El valenciano, que reconoció que más que los mensajes que le mandaron sus compañeros lo que tiene son ganas de volver a estar con ellos en el vestuario, se despidió con una última sonrisa a descansar. El de ayer fue un día agotador para toda la expedición con lo que el futbolista, que seguirá siendo uno de los capitanes del equipo, sólo pensaba a su llegada en descansar y ayudar al grupo.

En un verano sin parones, los jugadores olímpicos de las selecciones de fútbol se han tomado el torneo como una pretemporada especial, compitiendo en partidos oficiales al mismo tiempo que sus clubes lo hacían en partidos amistosos, conscientes de que el calendario diabólico les iba a dejar a las puertas del inicio de las competiciones en el caso de llegar a las rondas finales. Es por ello que Carlos Soler venía ya mentalizado a no tener vacaciones después de los Juegos. Al no participar en la Eurocopa, el centrocampista paró nada más terminar la temporada y comenzó la concentración con España para la disputa de la cita de Tokio en la misma horquilla temporal del arranque del trabajo en Paterna.