Una sorpresa para convertir en eterno el 28 de marzo de 1971

No hay un 28 de marzo tranquilo para José Luis Forment (31 de mayo de 1947). Ya no. En 2018, se avivó la llama por el gol más celebrado de la historia del Valencia y ni la pandemia puede frenar las ganas de celebrar aquel tanto y, sobre todo, por reconocer a aquella generación de futbolistas la felicidad que provocaron en miles de personas. Una gratitud que no siempre han recibido como merecían.

Con la mujer, la hija y el hermano de Forment como ganchos, el colectivo Últimes Vesprades a Mestalla había organizado la sorpresa perfecta por aquel tanto en el Celta en el tiempo añadido. Las restricciones sanitarias se cumplirían, pero el exdelantero de Almenara no iba a vivir un 28 de marzo como si aquí no hubiese pasado nada. Además lo iba a celebrar con viejos amigos. Vicente Guillot, los hermanos Claramunt y Antón Martínez que curiosamente, marcó el gol de la victoria una semana después, ante el Sabadell, llamaron a la puerta de la calle Mayor de Almenara donde vive el 'forner'. Era media tarde y los vecinos se asomaban para ver qué había alterado la tranquilidad típica de un domingo cualquiera.

Forment ataviado con la chaqueta del chándal del Valencia, no se sabe si se la puso ante la insistencia o no de su esposa, abrió la puerta de casa y se encontró a sus excompañeros. No pudo ni hablar. Decía que si lo hacía se le salían las lágrimas. «No se puede expresar con palabras», comentó.

Sobre las 18 horas, justo al mismo tiempo en el que Mestalla estalló también un domingo pero hace 50 años, Antón disparó la traca. Además de curiosos y familiares, hasta Almenara, se desplazaron miembros de Últimes Vesprades a Mestalla y otros aficionados como Javier Iranzo, Merchina Peris y también el cantante Cisco Fran quien no cantó como sí lo hizo en 2019 en un momento inolvidable y que se espera, que esta vez sí, en 2022, pueda repetirse. Mientras, seguirán los pequeños homenajes y las tracas en las azoteas.