Del subidón de la Copa a la dura realidad de la Liga

Tras digerir la resaca del pase logrado a la gran final de la Copa del Rey el pasado miércoles frente al Athletic de Bilbao, el Valencia de Bordalás tendrá ahora otra difícil tarea a la que hacer frente, la de desviar la mirada de La Cartuja y centrar la totalidad de sus fuerzas en el campeonato liguero de nuevo. El técnico alicantino, que no hizo más que tratar de enfocar su discurso en el partido que tendrá lugar esta tarde en Mestalla, recalcó ayer en rueda de prensa la necesidad y la obligación que le supone volver a la senda de la victoria como local en Liga.

«Rendir al mismo nivel en competiciones distintas es algo que define a los profesionales. Tenemos que centrarnos en volver ganar como local en Liga, hace tiempo que no lo hacemos. Afrontaremos el encuentro con mentalidad ambiciosa, debemos ser constantes y equilibrados, si no lo hacemos así sufriremos mucho, queda mucha competición y nos enfrentamos ante un equipo que se juega muchísimo», afirmaba Bordalás. El encuentro de esta tarde será una nueva prueba de fuego para una segunda unidad que hasta el momento, no ha sido capaz de suplir a aquellos jugadores que en condiciones normales suelen ocupar el terreno de juego desde el pitido inicial.

Las ausencias de Alderete e Ilaix por sanción, las de Gayà, Correia y Cillessen por lesión, sumadas al delicado estado en el que se encuentran Paulista y Mamardashvili, han dibujado un escenario inmejorable para que aquellos jugadores que se han mostrado incapaces de dar un paso al frente hasta la fecha, puedan aprovechar los noventa minutos del encuentro de esta tarde para redimirse y demostrarle al técnico alicantino que su aportación puede tener un impacto positivo y determinante en el futuro más próximo del Valencia en LaLiga.

«A veces hay que adaptar el sistema a los jugadores que se encuentran disponibles. Debido a la ausencia de Alderete y al estado de Paulista, es posible que tengamos que jugar con dos centrales», confesaba el técnico alicantino. El conjunto nazarí, a pesar de estar inmerso en una mala dinámica de resultados, encadenando ocho partidos seguidos sin ganar, ha incrementado la desconfianza de Bordalás, que aprovechó para recalcar el peligro que conllevan estas situaciones : «Si nuestra liga tiene una virtud es su igualdad. La clasificación no define el potencial de un equipo. Si no damos nuestra mejor versión y desconfiamos de la clasificación, no ganaremos».