Bronco y copero. Así se define el Valencia y bajo ese lema, y al son del himno regional, pretende alzar su novena Copa del Rey. La grada ubicada justo enfrente del túnel de vestuarios ha levantado cartulinas naranjas, negras y amarillas para conformar un tifo con el que motivar a sus futbolistas mientras el resto de Mestalla ondeaba miles de banderillas naranjas.
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Hace semanas que el coliseo blanquinegro agotó hasta la última entrada disponible. Finalmente, Mestalla, en un ambiente fallero y festivo no ha podido llenarse en su totalidad ya que Conselleria de Sanitat desestimó la propuesta del Valencia de adelantar dos días la revocación de la normativa que limitaba a un 85% el aforo en los estadios deportivos abiertos. Una decisión que muchos aficionados, y no aficionados al fútbol, no han entendido ya que apenas horas antes, y desde el día uno, la plaza del Ayuntamiento se llena con miles de personas con motivo de la Mascletà sin limitación de aforo alguno. Los actuales mandatarios del Valencia fueron muy críticos con las decisiones de Conselleria en el inicio de la pandemia e incluso les llegaron a recriminar públicamente las donaciones de material sanitario.
El tifo ha sido el arranque en Mestalla de una semifinal que había empezado muchas horas antes. Alrededor de las 17 horas, la plaza del Valencia ya vivía ambiente de fútbol. Los cánticos, bengalas y banderas que empezaron a hacer acto de presencia en los aledaños del casi centenario estadio. Poco después de las 18:30 horas, la policía nacional decidió desalojar las calles colindantes a Mestalla ante la incomprensión de aficionados valencianistas, y también del Athletic, que allí estaban.
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Unos 30 minutos más tarde, la afición volvió a la plaza del Valencia, la avenida de Suecia y demás para, esta vez sí, dejarse la garganta a la espera de un autobús que llegó como antaño, como en 2019, el año de la Copa del Centenario. Y todos los años previos a la maldita pandemia.
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La afición hizo caso al llamamiento de los jugadores y estuvo, casi al completo, en el calentamiento. A las 20:57 horas de la noche salían al terreno de juego los hombres de Bordalás: «Los tenemos que llevar en volandas». Mestalla no dejó de animarlos, de cantar y de presionar a un rival dirigido por un Marcelino García Toral que fue recibido con pitos y aplausos.
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