Avales, garantías, compromisos. Machaconas palabras que los políticos han vociferado para darle credibilidad al proyecto de Meriton para el nuevo estadio. Hasta la fecha sólo florecía humo. Ni un papel, ni un proyecto. Sólo la exigencia de que le alargaran el plazo de la ... ATE. Pero la presión social (los aficionados se han cansado de promesas incumplidas) y la política, además del maná tras el acuerdo de LaLiga con CVC han obligado a los hombres de Peter Lim ha presentar a la Generalitat un nuevo diseño del estadio combinado con un plan de financiación. El grueso del dinero para pagar las obras (115 millones es el total) llegará del fondo de inversión. 80 millones que darán el impulso inicial. Pero necesita más y en la sala de máquinas del Valencia se apuntan varias opciones de garantizar el pago. Una de ellas es la contratación de un préstamo ante un banco o un fondo de inversión. Otra es la venta de los terrenos del viejo estadio. Esta misión ha sido imposible de concretar en los años anteriores (ADU se convirtió en flor de un día), pero desde el club se espera que se anime la situación ante el avance en las obras del nuevo coliseo. Luego está el terciario del recinto de la avenida de Suecia y, por último, la zona comercial de Cortes Valencianas. En este último aspecto la batería de ideas es constante. Son 40.000 metros cuadrados convertidos en el alimento necesario para sobrevivir. Fruto de la importancia que tiene fue la presencia del director de mercadotecnia del Valencia, Jorge García, en la reunión con los consellers de Economía y Política Territorial. Debía exponer cuánto se puede ganar con el nuevo campo y todas las opciones que puede ofrecer a inversores.
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En la carpeta que portaba bajo el brazo Anil Murthy a su entrada al Palau de la Generalitat destaca la presencia de dos torres en las esquinas del coliseo. Una de ellas dedicada a oficinas y la otra para un hotel, para el que ya se han recibido ofertas. El objetivo es que el recinto deje de ser sólo un campo de fútbol. Los estadios de Estados Unidos están abiertos todos los días y casi a todas las horas. Y cada quince hay partido. En el primer diseño de Juan Soler incluso se planteaba un columbario para poder depositar urnas con las cenizas de fallecidos. También había una sala para que el presidente pudiera ver las ruedas de prensa. Aires de grandeza que se vinieron rápidamente abajo. Pero en esta ocasión sí hay opciones para obtener recursos. El alquiler de oficinas en la torre y el hotel, así como la explotación de los palcos, el naming del estadio y la zona comercial y de ocio del interior del recinto deportivo.
Con todo el dinero que se obtenga se completará la cantidad que aporta CVC y, además, se dará un empujón final de 15 o 20 millones para dotarlo de todas las comodidades posibles. Esto ocurriría ya con el estado en funcionamiento. Porque Murthy anunció que su deseo (siempre que las licencias lo permitan) es comenzar las obras en verano de 2022 y plantea su finalización dos años después. En ese momento se podrá jugar a fútbol y el aforo irá de las 43.000 a las 55.000 localidades. En estos momentos los abonados del Valencia son 32.000 y la entidad pretende ajustarse en un primer momento e ir ampliando si la presión de nuevos abonados se impone. Podría llegarse hasta los 60.000 asientos (15.000 menos de los que proyectó en su día el fantasioso estadio de Juan Soler). Irían en el primer y el tercer anillo, ya que el segundo estará casi copado por restaurantes y 'hospitalities' (lugares de ocio), aunque también contará con algunas filas de localidades delante de estos recintos.
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Pedro M. Campos Dubón
La nueva tecnología será el denominador común del estadio, como sucede en todas las nuevas construcciones (un ejemplo es el nuevo Santiago Bernabéu). Conexiones 5G, wi-fi y otra serie de instalaciones digitales son de obligado cumplimento. Además, en el caso del recinto de Cortes Valencianas, el objetivo final es contar con una cubierta que tape todas las gradas, aunque en una primera fase una de las opciones es que sólo cubra Tribuna. Y por encima de la cúpula el Valencia se aprovechará del sol que la mayor parte de los días del año alumbra la ciudad. Por eso se ha planteado situar placas solares con la colaboración de un socio tecnológico. No sólo generarán electricidad, también el dinero necesario que aportaría el capitalista para financiar el techado del nuevo estadio del Valencia.
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