Racic se va del Valencia y Canós jugará en Mestalla

Sergi Canós. Un nombre y un apellido que esconden la cruda, y dolorosa, realidad actual del proyecto de Meriton en el Valencia. El culebrón para traer al de Nules a Mestalla está casi finalizado pero, ahora que su llegada se está ultimando, conviene parar un momento para analizar las cosas. La entidad de Mestalla, por orden de Lim, ha tenido paralizado casi dos meses un fichaje que comenzó costando 500.000 euros y que se va a cerrar en 250.000. Y se va a hacer porque, ahora que el máximo accionista ha dado el visto bueno tras la salida de Racic, el jugador no se ha querido marchar a ningún equipo esperando al Valencia. Lo pudo hacer en julio al Anderlech, ganando más dinero, y ahora al Alavés. Es más, si este domingo no pudo hacerse oficial nada es porque el Brentford es el que ahora tiene que dar su visto bueno firmando toda la documentación. El equipo inglés estaba negociando con la entidad alavesa, puesto que el Valencia seguía dando largas, pero no hay ningún indicativo –tal y como confirmaron fuentes conocedoras de la negociación a este periódico– de que no vaya a respetar el acuerdo que lleva semanas dentro de un cajón para que el jugador cumpla su sueño de jugar en Mestalla.

La clave del desbloqueo la ha tenido la salida de Racic. El centrocampista serbio facturó este domingo las maletas desde Manises en un vuelo a Bolonia para firmar su nuevo contrato con el Sassuolo. El jugador ya no se ejercitó por la mañana con el conjunto valencianista en Paterna, como preparación al debut liguero en Mestalla de este viernes contra Las Palmas, con lo que Baraja ya no tiene a una de las piezas con las que no contaba y el Valencia se ahorra una ficha de 3 millones para la temporada que tenía firmada más el cobro de un traspaso que ronda el millón fijos más variables que pueden dejar el traspaso en 2,5 millones.

La marcha de Racic certifica un fichaje fallido por parte del Valencia. Desde su llegada, en 2018, como una de las promesas del equipo sub-21 de Serbia, nunca se ganó un hueco en la plantilla valencianista, puesto que con todos los entrenadores que ha tenido el equipo (Marcelino, Celades, Javi Gracia, Bordalás, Gattuso y Baraja) no ha acabado de ganarse el puesto. Ni siquiera cuando fue renovado en 2020 hasta 2024, con una cláusula de 150 millones. Durante su última cesión al Braga reconoció a LAS PROVINCIAS, en una escala en el aeropuerto de Belgrado donde coincidió con la expedición del Valencia Basket tras disputar un partido con Serbia, que su ilusión seguía siendo triunfar en el Valencia: «Lo que yo quiero es regresar al Valencia y triunfar allí. He estado allí tres o cuatro años y estoy contento con el club, la ciudad, la gente y la afición. Me gustaría mucho volver». Su deseó chocó con el de Baraja, con el que no ha tenido sitio desde el arranque de la pretemporada.

Si no hay contratiempo y este lunes se hace oficial la llegada de Canós, al técnico le faltarán 4 o 5 llegadas en la parte ofensiva –el de Nules puede jugar de extremo en las dos bandas o en cualquier posición de punta– para que la plantilla esté compensada según el criterio del cuerpo técnico. Así lo dejó claro el pucelano tras la disputa del pasado Trofeo Naranja y que volvió a reiterar antes del debut liguero contra el Sevilla, cuando se le preguntó sobre el mensaje que le expresaría a Peter Lim en el caso de que pudiera hablar con él: «Le diría que necesitamos reforzar el equipo y él entenderá que es así. Hay situaciones que no podemos valorar, que son económicas o de Fair Play que no nos permiten avanzar, pero el propietario sabe de las necesidades que tenemos y desde aquí las personas del club se lo hacen saber. Si hay una gestión que no puede avanzar habrá que esperar a que llegue el momento y estoy convencido que llegará. Estoy convencido que el propietario entenderá que el equipo se tiene que reforzar».

El máximo accionista, el aludido como propietario por Baraja, no sabemos si entiende que el Valencia debe reforzarse pero sí que ha dado, dos meses después, el visto bueno para hacer una operación de 250.000 euros. Nada mal, tratándose de la mayor transacción del fútbol mundial. Para los recién llegados, así se vendió a Meriton cuando fue elegido por los patronos de la Fundación. El fichaje que se ha complicado es el de Selim Amallah. Siguiendo la lógica de Canós, el Valencia deberá acelerar otra salida para esperar noticias de Singapur. Con Castillejo, aparentemente, sin prisa por decidir su futuro (tiene una de las fichas más altas del equipo y le restan dos temporadas de contrato) el Valladolid se ha cansado de esperar por el marroquí para centrarse en el grupo de jugadores que tienen su mente puesta en el objetivo del ascenso. Amallah jugó minutos en el estreno liguero pero tiene una oferta, de cesión con opción de compra, para que recale en el Osasuna. Un equipo que juega en Europa. Un detalle.

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