El Valencia y Baraja avanzan en la renovación hasta 2026

El técnico pucelano es consciente de que esa ampliación de contrato que está negociando no es un vaso comunicante con un compromiso de Lim de mejorar la plantilla para la temporada 24-25 pero sí que es cierto que avanzar en esas negociaciones lo que lleva aparejado es que el club –entendiendo como tal los ejecutivos que trabajan en Valencia– está escuchando sus demandas. En esta primera semana de trabajo, Baraja no se ha centrado en su futuro sino en la plantilla de la que va a disponer el próximo curso. Ahí, en privado, su discurso ha sido calcado al último en expresar en público, en su última rueda de prensa en Paterna antes de encarar el partido contra el Celta con el que se cerró la campaña: «Al final lo que todo entrenador quiere es estabilidad y que dentro de lo posible se tenga continuidad en la plantilla y en los jugadores importantes, y que en las posiciones que se pueda mejorar, se mejore. A pesar de que la afición entiende que estamos en una travesía por el desierto de la historia del Valencia, quieren tener la sensación de que su club, a pesar de que tiene una dificultad importante a nivel económico, está buscando ilusionarlos a ellos». El entrenador asume que este verano es el de la salida de Mamardashvili y es por ello que ya se ha llegado a un acuerdo con Dimitrievski para que cambie Vallecas por Mestalla. En ese aspecto, Baraja no quiere que con ello se termine la foto de la portería puesto que reclama otro refuerzo más. En los jugadores de campo, las prioridades para el técnico son las de un mediocentro de ida y vuelta, dos extremos (la demarcación más desatendida en los últimos mercados) y un delantero. Todo ello partiendo de un escenario sin ventas de jugadores titulares en esas demarcaciones, como Javi Guerra, Pepelu o Hugo Duro.