El antídoto contra la obsesión por la posesión

Ahora más que nunca parece que a algunos entrenadores les empieza a molestar que en la liga española haya equipos que pongan en práctica un fútbol como el del Valencia. Como si el repliegue intensivo, la renuncia a la posesión del balón y la apuesta por la velocidad en el contragolpe fueran conceptos que se los hubiera sacado de la chistera Bordalás. Este domingo en Mestalla, además de ver a Ferran vestido de barcelonista y comprobar qué opina la grada sobre él («es grandioso y aún lo será más», dijo Xavi este sábado del de Foios), se verá en teoría un partido con dos estilos claramente contrapuestos. Sólo hay que ver lo que es el Valencia estadísticamente hablando en cuanto a posesión de balón se refiere en el presente campeonato, y pensar que delante va a tener un grupo de jugadores que sabe que si hay un entrenador que ama por encima de todo el contacto con la pelota es Xavi. Baste señalar una de las reflexiones que no hace mucho tiempo hacía el propio Xavi sobre cuál es un concepto indiscutible a la hora de afrontar un partido: «Lo más importante, lo más bonito y precioso del fútbol es tener el balón e ir al ataque y dominar el partido con el balón. Mi equipo tiene que tener el balón. Hago todo lo posible para dominar el partido a través de la posesión».

Este jueves, en el Barça-Nápoles de Europa League, el equipo blaugrana cerró el encuentro con un 65% de posesión ante los italianos, una cifra que a lo largo de toda la temporada sólo la ha superado en una ocasión el Valencia de Bordalás. Fue en el partido frente al Mallorca y desde luego resultó ser toda una excepción (de poco le valió porque terminó 2-2). Ese día, los valencianistas terminaron el juego con un 73% de posesión, la cifra más alta de toda la Liga desde el punto de vista blanquinegro.

En la Copa, por aquello de ver si contra rivales de inferior categoría el dominio ha sido tan abrumador, únicamente contra el Utrillas se alzó un 75%. Frente al Arenteiro un 55% pero contra el Cartagena y Baleares, por ejemplo, fueron estos equipos los que tuvieron mayor tiempo el balón en su poder.

Eso da idea claramente de que el Valencia, por principio, prefiere dejar que sean otros los que decidan dónde mover el balón. Y más con Guedes enchufado de delantero centro y Hugo Duro inspirado. Le da igual al Valencia medirse a un Arenteiro que a un Villarreal, por ejemplo. Fue, de hecho contra el equipo de Emery en Mestalla el día que el Valencia apostó de manera más descarada por una intención ultradefensiva para sorprender al contragolpe. Ese día, ante los amarillos, se sumó únicamente un 25% de posesión. Algo que a Xavi, de ser su equipo, hubiera desesperado por completo. A quien desesperó fue a Emery, que no supo reponerse al planteamiento táctico que le puso sobre el césped Bordalás. El 2-0 final demostró que ese encuentro se ganó desde la pizarra, mucho más que desde el césped.

Un último dato es definitivo. El Valencia, en los 24 partidos de Liga que ha disputado, únicamente en cinco de ellos ha superado al rival en cuanto a porcentaje de posesión. Sólo lo tuvo más tiempo contra Granada (53%), Athletic (53%), Cádiz (68%), el mencionado Mallorca (73%) y el del Alavés en Mendizorroza (59%). Y lo que es más evidente todavía: no ganó ninguno (4 empates y una derrota).

Por eso es más que evidente por dónde puede transcurrir el encuentro de este domingo, en el que Bordalás tiene el hándicap de la ausencia de Correia por lesión y la posibilidad de variar su sistema habitual o alinear de salida a Maxi Gómez. Hasta podría apostar apostar por tres centrales. Haga lo que haga, Mestalla está entregada a la causa.

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