El Valencia clama ante la indefensión por Gayà

Gayà no será alineable este domingo contra el Girona (19:30 horas), ni tampoco en la visita a San Mamés de la segunda jornada, frente al Atlético de Madrid en casa ni contra el Getafe en el Coliseum. Su debut por tanto deberá ser, como pronto, en Vallecas el sábado 10 de septiembre (14 horas) en la quinta jornada. Un mes entero sin poder competir. «Estamos en una ilusionante temporada en la que nos jugamos muchas cosas, tanto a nivel colectivo como individual», lamentó ayer el capitán: «Me hubiera gustado poder empezar la temporada con el Valencia, porque es un año con importantes retos por delante. Además, a nivel de selección afrontamos el desafío más especial y único que puede tener un jugador: un Mundial. Un sueño por el que llevo trabajando los últimos cuatro años». En ese sentido, el de Pedreguer debe cuidar hasta el más mínimo detalle, pues Luis Enrique lo ha desplazado en beneficio de Marcos Alonso en las últimas convocatorias. El asturiano aludió a la falta de continuidad por las lesiones sufridas en la pasada campaña.

Gayà arrastra esta sanción debido a unas declaraciones que hizo sobre el arbitraje que el Valencia sufrió en la jornada 32 del curso pasado en Mestalla ante Osasuna: «El árbitro lo ha visto y no ha querido pitarlo. (...) Le decimos al descanso que era penalti y dice que si hubiera pitado, el VAR lo hubiese quitado porque no hay contacto. Hay que tragar. Si le dices algo, te saca amarilla. Hacen lo que quieren. Nos preocupa el arbitraje, espero que no influya en la final de Copa». Esas fueron las palabras del capitán. La decisión del TAD de mantener dicha pena ha provocado un enfado monumental en el seno del club, que se queda sin vías para recurrir y tendrá que asumir las consecuencias. Emitió en la tarde de ayer un comunicado defendiendo a su capitán, en el que se proclamaba: «El Valencia desea mostrar públicamente su total apoyo a nuestro capitán, José Gayà, y manifestar su profunda indignación por la desproporcionada e injusta sanción de cuatro partidos».

La postura del Valencia es que se considera un «grave agravio comparativo» con otros casos vistos en la Liga, como el de Iago Aspas cuando dijo: «Al árbitro solo le faltó pitar otro penalti para que lo tirase él». No le sancionaron. Tampoco hubo castigo para Gerard Piqué con sus elocuentes declaraciones señalando a los arbitrajes: «El 85% son del Madrid. ¿Cómo no van a pitar a favor del Madrid? Aunque sea inconscientemente, ¿cómo no van a tirar más de un bando que del otro?», fueron sus palabras. Dos semanas después, se le desestimó la sanción. A Johan Mojica del Elche le redujeron la sanción de cuatro a dos partidos después de que los micrófonos de televisión captasen como llamaba, literalmente, «hijo de puta» al árbitro. El TAD también retiró una sanción de cuatro encuentros a Álvaro Cervera cuando entrenaba al Cádiz tras el recurso presentado por el club andaluz al mismo organismo judicial.

Gayà, sin citar estos ejemplos pero en una clara alusión a ellos, escribió por la tarde: «Quiero mostrar mi más absoluta desaprobación... Considero la decisión de desestimar el recurso del Valencia un agravio comparativo sin ningún tipo de precedente». Y es que esta apelación por parte del club se envió a finales de junio y el TAD ha permanecido en silencio hasta menos de dos días antes de que empezase la Liga. Además, no ha tenido ni el detalle, ante esa demora, de conceder la cautelar al futbolista y pronunciarse con más tiempo para preparar un partido sin él.

«Mantenerme la sanción de cuatro partidos no creo que sea algo proporcional. No busco ninguna comparación con otros compañeros de profesión, pero creo que no se puede aplicar la normativa dependiendo del mes, año o apellido del jugador», recalcó Gayà, que recordó que este viernes hablará públicamente y proclamó: «Pese a todo y la enorme desilusión que supone esta sanción, seguiré trabajando al máximo para poder cumplir mis sueños».

La decisión tiene como telón de fondo las posiciones encontradas entre el Valencia y la Federación, sobre todo por el reparto de los ingresos de la primera Supercopa en Arabia Saudí. A efectos deportivos, ofrecerá una oportunidad de reivindicarse a Jesús Vázquez, o incluso a Lato.