El Valencia presentó esta semana sus cuentas anuales justo un mes antes de la Junta General de Accionistas. El trabajo de la firma Ernst&Young reflejó el presupuesto más alto de la historia del club de Mestalla (183,7 millones), un coste de plantilla que roza los 100 millones y también que la deuda global no deja de crecer y en estos momentos ya alcanza los 563 millones de euros. Tienen Peter Lim, Anil Murthy, Kim Koh y compañía mucho trabajo por delante para ir limando los números rojos, empezando por la impopular pero necesaria venta de futbolistas de cara a la próxima temporada por valor de 40 'kilos'. En las cuentas, además, se detalla el dinero que el Valencia todavía debe a terceros por el fichaje de futbolistas. Y en este caso la cifra tampoco ha dejado de aumentar, año a año, desde el aterrizaje de la administración Meriton.
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En estos momentos, la entidad blanquinegra adeuda 168,8 millones por el inmovilizado intangible. Es decir, «deudas con entidades deportivas e intermediarios, por la adquisición de derechos federativos y contratación de jugadores». Es habitual que los clubes asuman el gasto de la mayoría de los fichajes a plazos, pero el Valencia lo ha convertido en patrón, especialmente en los dos últimos años. De los 296 millones que han costado los fichajes del equipo blanquinegro, el club adeuda algo más de la mitad.
Es evidente que la negociación con el Paris Saint Germain por Gonçalo Guedes ha engordado considerablemente la cifra. El Valencia compró al portugués para la 2018-2019 pero, tal y como concretó en su momento Mateo Alemany, no empezó a pagar al PSG «hasta agosto de 2019». Hace tres meses por tanto el Valencia cumplió con el primero de los seis pagos que debe acometer y esos cinco restantes entran dentro de los 168 millones por asumir del club de Mestalla. Cabe recordar que además del luso, el Valencia concretó la opción de compra por Kondogbia, hizo efectiva la contratación de Jeison Murillo y asumió los fichajes de Kevin Gameiro, Mouctar Diakhaby, Piccini, Daniel Wass y Sobrino entre otros.
Producto de esas entradas subió la deuda del club con clubes e intermediarios en 73 millones respecto al ejercicio anterior. En la 2017-2018, el Valencia tenía 95 ‘kilos’ pendientes de pago. Al entonces director general Mateo Alemany no le preocupaba demasiado el constante crecimiento de la cifra puesto que siempre defendió la necesidad de invertir –y arriesgarse– para consolidar al equipo en la élite. Además, en sus veranos al frente de la planificación se preocupó por hacer malabarismos para reforzar la plantilla intentando cumplir con la caja de la entidad y ofreciendo a Marcelino las piezas que el asturiano iba demandando.
En los dos últimos años, coincidiendo con las clasificaciones para la Champions League, el Valencia ha elevado el riesgo en cuanto a la deuda con terceros. En la auditoría de 2017 quedó reflejado que el club ‘sólo’ adeudaba 41 millones, el ejercicio anterior (2015-2016) la cifra se quedó en 36,5.
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Mientras el Valencia va haciendo frente a los pagos con las entidades y los intermediarios (a corto y largo plazo), se puede encontrar con un pellizco por las famosas variables de los contratos. En la actualidad y de cumplirse el 100% de las mismas con los jugadores cedidos o traspasados, el Valencia podría recibir hasta 18,9 millones por ese concepto. El montante es muy similar, no obstante, respecto a los futbolistas que juegan en el Valencia. El club dejó firmadas variables por valor de 18,1 millones. El desfase entre el máximo a recibir y el máximo a pagar es de apenas 800.000 euros.
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