El Valencia se defiende y trata de poner calma sobre los aspectos más técnicos que envuelven a su futuro estadio, cifrando incluso en un 1% del valor total de la obra el coste que puede suponer el acondicionamiento de la estructura actual. Después de ... que los especialistas del colectivo Últimes Vesprades a Mestalla salieran en tromba a lanzar públicamente una serie de graves advertencias sobre el peligro que existía en el armazón que ya hay construido en el nuevo campo, el club ha decidido mover ficha para intentar anular el golpe de efecto que lograron los ingenieros que participaron en aquella explosiva charla pública.
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Allí, en el mismo Colegio de Arquitectos y con diferentes colectivos valencianistas presentes y hasta con la asistencia de los dos máximos representantes de la oposición política en el Ayuntamiento de Valencia (Papi Robles por Compromís y Borja Sanjuán por el PSPV), los expertos dieron un exhaustivo repaso al plan de ejecución de obra que había aportado el Valencia para el estadio. Además, y en medio de una sensación de cierta angustia que dejaron entre los presentes, sumaron de postre las consecuencias económicas tan terribles que amenazarán la estabilidad financiera de la entidad a futuro con los nuevos préstamos que se han solicitado.
100 Durabilidad
años es la durabilidad que esgrime el club para la cubierta y la estructura en general, aunque admite que «hay discrepancias que serán corregidas». Y es que, como denunciaron los ingenieros, en el plan presentado por el Valencia en su momento se señalaban 50 años.
El Valencia no quiere que siga expandiéndose la idea de cierto desbarajuste que quedó plasmada en las diferentes exposiciones. Por eso, desde el despacho de arquitectos responsables de la obra se insiste en dejar claro que la «subsanación de patologías conformará un capítulo específico del proyecto», incluyendo también «los informes de inspección antes y durante la obra, las campañas de caracterización y la valoración presupuestaria detallada imposibles de hacer en tan corto plazo y sin un equipo de trabajo permanente con las obras en marcha». Ese espacio tan corto de tiempo se refiere a los tres meses que transcurrieron desde que se aprobaron las fichas hasta que se terminó el plazo para la presentación de la documentación, cuestión que algunos expertos indican que lo habitual es hacerlo entre seis y nueve meses.
Pero lo más importante es qué se van a encontrar los obreros cuando entren el 12 de enero. «El estado de conservación de la estructura no es ni mucho menos tan grave como se explicó en el debate», afirman con determinación, reiterando que ese 1% destinado a esa partida es porque se trata de un edificio de grandes dimensiones, expuesto a condiciones meteorológicas exteriores durante casi 16 años.
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Juan Carlos Valldecabres
Una de las cuestiones que más sorprendieron fue la denuncia que se hizo sobre la durabilidad de la cubierta. En el coloquio señalaron 50 años, algo que se niega tajante, cifrándolo en 100 años, aunque sí se admite en cambio que en la memoria «hay una discrepancia que será corregida en la edición definitiva», apunte este último que cuanto menos resulta curioso tratándose de algo tan formal y de tanta relevancia.
Pero además se apuntó en su momento que la cubierta y la estructura de hormigón no cumplían con la normativa actual (están fechados entre marzo y junio 2020), cuestión que también es rechaza de pleno. «Se ha calculado con la normativa actual y el equipo de ingenieros que lo firma –Schlaich Bergermann Partner– son un referente mundial en cubiertas de estadios. Tampoco es correcto que se tenga que recalcular la estructura de hormigón. Esto ya sucede en algunos de los principales estadios de España», refiriéndose en este caso al Santiago Bernabéu, Camp Nou y Metropolitano.
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Otro de los puntos de evidente discordancia se centra en la versión que apuntaba que la estructura había sufrido una degradación acelerada. «Falso». Y lo es según la versión de los autores porque «el equipo de aparejadores (SIGMA) e ingenieros (MC2) expertos en rehabilitación de edificios sí han estado en las diversas inspecciones en el estadio y sí han elaborado los informes y sí son responsables de sus afirmaciones, y ellos indican lo contrario». Lo llamativo de todo es que se haya generado este debate tan significativo cuando dentro justo de un mes (12 de enero) deben reiniciarse las obras.
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