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Cuando un jugador cedido tiene una opción de compra y, en el campo, da un gran rendimiento en cualquier club de fútbol del mundo se ... hacen números para estudiar la mejor estrategia para retenerlo. Pasa también en el Valencia, aunque la entidad de Mestalla sigue teniendo el condicionante de que las grandes decisiones se toman en Singapur. Ahora de forma más clara puesto que es allí donde reside el actual presidente Kiat Lim. Algo, lo de que el presidente no resida en territorio valenciano, inédito en una entidad que cumplió este martes 106 años de historia. Eso y el dato de que desde que fue nombrado en el cargo no ha realizado ninguna manifestación sobre el proyecto.
En ese contexto es donde debe moverse tanto la dirección general, con Javier Solís al frente, como la deportiva de Miguel Ángel Corona. Lo que todos los responsables tienen claro, incluyendo al entrenador Carlos Corberán, es que tanto el rendimiento de Sadiq como su comportamiento y relación con el grupo merecen hacer números para intentar acometer su fichaje. Obviamente con un Valencia en Primera. En otro escenario, directamente es imposible ni siquiera la idea. El actual acuerdo entre la Real Sociedad y la entidad valencianista es de una cesión hasta final de la presente temporada por la cual se pagará un máximo de 1,5 millones por el préstamo. Los primeros 500.000 son fijos mientras que las otras dos partes, de medio millón también cada una, se reparten entre el objetivo de mantenerse en Primera y el rendimiento deportivo del delantero. De momento, con cinco goles, esa parte también la está cumpliendo a estas alturas.
A partir de esa fotografía inicial comienzan los asteriscos. La opción de compra del jugador, no obligatoria, es de 9 millones aunque ese aspecto no sería problema puesto que si Peter Lim autoriza el pago es una cláusula donde el conjunto vasco no puede revertir el acuerdo. El problema es que, además, el Valencia tendrá que negociar un contrato con Sadiq puesto que ese acuerdo entre clubes no está adjuntado, como informó ayer Radio Valencia SER y pudo confirmar este periódico, las condiciones del contrato que percibirá Sadiq en el caso de que se ejecute la opción de compra. En el caso de que Meriton autorice a hacerlo, el Valencia tendrá que negociar un contrato con el delantero con lo que la última palabra será del jugador nigeriano.
La Real Sociedad le firmó un contrato largo, que finaliza en la temporada 27-28, por que aún le restan por cobrar algo más de 15 millones brutos. Si el jugador no renuncia a ese dinero, proyectando un contrato de tres años en el Valencia, el coste anual para la entidad sumando salario y amortización se elevaría a 8 millones por curso. En un contrato a cuatro años, si lograran convencer a Sadiq de cobrar ese sueldo pero en un año más, el cálculo sería de 6,75. En la actualidad, el jugador de más coste en la cada vez más reducida masa salarial es Gayà, con un 5,8 millones brutos. Es decir, incluyendo un escenario donde el delantero renunciara a dinero para quedarse en el Valencia, Lim tendría que autorizar una operación que superara el actual tope salarial. Es cierto que en el último movimiento, el de los banquillos, Meriton se saltó lo establecido en los últimos años de desinversión para dar luz verde a una operación que se elevó en una horquilla de 11-12 millones entre el finiquito de Baraja, que tenía blindados dos años más además de la actual temporada, y la cláusula de salida de Corberán desde el West Bromwich Albion. Una operación que, por cierto, ni la anterior presidenta, Layhoon Chan, ni el actual presidente, Kiat Lim, han explicado cómo encaja en un contexto de reducción de gastos.
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