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Cucurella, autor del penalti que no se pitó, derriba a Correia. irene marsilla
El Valencia explota en silencio contra el VAR

El Valencia explota en silencio contra el VAR

El tono de Celades careció de contundencia y la única voz con peso en el club en la actualidad es la de Mateo Alemany, alejado ya de su rol como director general El club se muestra indignado por el error en las claras manos de Cucurella pero prefiere no alzar la voz para quejarse en Madrid

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Viernes, 27 de septiembre 2019, 01:15

«En el vestuario estaban viendo la imágenes... no sé si lo han revisado en el VAR pero si ha sido así, habrán considerado que no eran manos». Así, con el tono sosegado que le caracteriza, se pronunció Celades después del partido contra el Getafe. Fue la versión que ofreció el entrenador de lo ocurrido sobre el terreno de juego, donde hubo esas clarísimas manos voluntarias que Cucurella protagonizó dentro del área tras remate de Rodrigo que se colaba y que, de haberse pitado penalti y haber transformado Parejo (lleva tres de tres), hubieran dado el segundo triunfo liguero del Valencia. Conforme fueron pasando las horas, el club fue aumentando la intensidad de su malestar, no sólo con Munuera Montero -árbitro del encuentro- sino sobre todo contra el equipo que capitaneaba Cuadra Fernández en la cómoda sala de Las Rozas. Cuadra, joven colegiado balear (35 años) con poco más de un año de experiencia en Primera, no vio e interpretó en el monitor lo que muchos aficionados y jugadores vieron en el mismo instante de la jugada: el contacto de la mano con el balón y el consiguiente penalti.

Ha sido la primera gran fricción que ha tenido esta temporada el Valencia con el VAR y sobre todo con el particular modo de interpretación de la acción referida. Ayer, fuentes del club expresaban su «indignación» por el «grave error» cometido que es «muy difícil de entender teniendo en cuenta la claridad de las imágenes». Es más, en el club se repasó concienzudamente la filmación de la jugada y el desasosiego por lo ocurrido fue incluso creciendo.

Ahora bien, si tiempo atrás la estrategia del Valencia cuando se sentía perjudicado era que primero se quejara Marcelino, después los jugadores y posteriormente fuera Mateo Alemany (en su momento también García Pitarch jugó ese papel) el que apretara definitivamente las clavijas (incluso Layhoon aprovechó una visita a Madrid para trasladar en persona y con foto incluida el malestar a Sánchez Arminio), ahora se ha cambiado de estrategia. El club protesta pero de un modo más conservador. De puertas para adentro se carga con dureza pero nadie se expone con rotundidad y menos aún con un mensaje directo hacia Velasco Carballo, máximo responsable del estamento arbitral.

Layhoon publicitó en su día una foto con Sánchez Arminio después de trasladarle una queja

Ni el entrenador acertó a la hora de la fuerza del mensaje, ni calaron las manifestaciones de Jaume y Maxi («es muy claro, no hay duda») ni por supuesto se cuenta con la voz de Mateo Alemany, alejado definitivamente de su papel como director general, a la espera simplemente de que Lim resuelva su contrato. Ante este panorama, el único en el Valencia que puede hacerse escuchar en Madrid de manera algo más formal es Murthy y el presidente, por ahora, ha decidido mantener una actitud más conservadora.

Lo que tiene claro el Valencia es que esta estrategia puede cambiar en el momento que se vuelva a producir un patinazo de este calibre. Si el VAR volviera a fallar, pronostican que sí levantaría alguien la voz. El problema es el perfil en el que se mueven hoy por hoy los principales responsables valencianistas, tanto en el área directiva como en el cuerpo técnico. A Marcelino, sólo por citarlo como anécdota, le enseñaron el año pasado cuatro cartulinas amarillas y una roja. Casi más que muchos defensas de Primera. De momento es difícil imaginar a Celades con las expresiones y gestos que solía hacer Marcelino.

Celades, por ahora, todavía mantiene un déficit importante. Estar en lo alto en lo que a goles recibidos se refiere (11) es como profanar el legado de Marcelino. Nada más llegar al Valencia, el asturiano admitió que su principal objetivo era cortar la hemorragia en defensa. Ahora, con el cambio de sistema y pese a la alegría por ver el espectacular estreno como titular de Kang In -la gran esperanza-, el Valencia se desmorona en defensa.

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