El Valencia continúa un gradual viraje hacia el mercado de Estados Unidos. Tras el acuerdo de financiación con Goldman Sachs, donde se encarriló un segundo tramo del préstamo de entre 200 y 220 millones que negociaron los ejecutivos del club en Florida, ahora se ha firmado un acuerdo con la firma Wassermann para la expansión de marca del club en Estados Unidos, Canadá y México. El acuerdo, tal y como confirmaron fuentes conocedoras de la operación a este periódico, sustituye a uno anterior suscrito con LaLiga North America, y con el mismo el Valencia se asegura la creación de contenidos o acciones con influencers individualizadas para la marca de la entidad de Mestalla.
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Es decir, de forma paralela la entidad ha llegado a un gran acuerdo financiero con una de las entidades más influyentes en la inversión en el mundo del deporte y, por otra, se ha firmado otro acuerdo con una multinacional americana de contenidos para expandir la imagen del Valencia precisamente en el mercado donde opera la entidad financiera. En un mundo global, y donde la comunicación se maneja al instante, será el medio y largo plazo el que determine si en algún momento se produce algún vaso comunicante.
La curiosidad del acuerdo entre el Valencia y Wassermann es que se trata de una multinacional americana con la que la entidad de Mestalla intentó una operación que, de haberse producido, hubiera cambiado el tablero del club en aquella época. Durante el viaje que el Valencia realizó a Estados Unidos en el verano de 2013, para jugar partidos en los torneos que organizaba LaLiga, el club aprovechó la estancia en Nueva York para reunirse en la sede central de Wassermann con una idea clara, que era conseguir la financiación para la terminación del nuevo Mestalla –parado cuatro años antes– a cambio de un acuerdo donde se ofrecía la explotación comercial del estadio, una de las áreas de negocio de la multinacional donde, por ejemplo, llevaban en aquel momento la cuenta del flamante MetLife Stadium de de Nueva Jersey. En aquella reunión participaron por parte del Valencia el entonces presidente Amadeo Salvo, el consejero Manuel Peris, el vicepresidente de la Fundación, Salvador Belda, y Pedro Malabia, que entonces trabajaba en el departamento de marketing del club. Finalmente la oferta, donde se buscaba una financiación de unos 140 millones de euros, fue rechazada por Wassermann aunque, como es lógico, ese dossier del nuevo Mestalla aún estará en el cajón de la multinacional.
Casi doce años después de aquel contacto con la empresa que también está especializada en la representación de jugadores, con estrellas NBA es su agenda, la situación financiera del Valencia le llevó a firmar una primera operación el pasado noviembre con Goldman Sach de 186 millones, donde 121 millones fueron de una línea de crédito corporativa a largo plazo y 65 de un préstamo puente a corto plazo destinado a la financiación de la construcción del nuevo estadio, que sigue con la fase de adecuación de la obra.
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