![Diakhaby, en el partido de Champions Lille-Valencia.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201910/23/media/cortadas/lille-valencia-diakhaby-kAL-U90487042168GHD-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El Valencia CF visita al Lille en la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions League, a las 21 horas en el estadio Pierre Mauroy.
Alineación del Valencia. Once inicial de Albert Celades: Cillessen; Wass, Diakhaby, Gabriel Paulista, Jaume Costa: Coquelin, Parejo, Kondogbia; Gameiro, Maxi Gomez y Cheryshev.
Alineación del Lille. Once de inicial de Christophe Galtier: Maignan; Çelic, Fonte, Djalo, Bradaric, Gabriel, Yazici, André, Soumaré, Araujo y Oshimen.
Sigue minuto a minuto el partido Lille-Valencia de la Champions en lasprovincias.es.
La Champions League no perdona: te resbalas y adiós. Incluso si cuajas un papel aceptable dentro de un grupo con Juventus y Manchester United, te puedes ir fuera por un error. Seis combates a cara de perro por estar en los octavos de final del mejor torneo posible. El Valencia patinó el año pasado sobre la hierba sintética del Young Boys y lo acabaría pagando muy caro. Aquel empate condenó al conjunto de Marcelino a la tercera plaza del grupo y la aventura continental acabaría en las semifinales de la Europa League. En el curso que nos ocupa tiene un valor incalculable el triunfo blanquinegro en Londres, tremendo botín compensado por el baile del Ajax en Mestalla. El Valencia afronta este miércoles la visita trampa de cada temporada: la de jugar en el campo del rival más débil del grupo.
No estaba Albert Celades ante el Young Boys pero sí la gran mayoría de sus futbolistas, que no olvidan aquella sensación de haber metido la pata hasta el fondo. Ayer, técnico y plantilla se desplazaron hacia Lille, designada Capital Mundial de Diseño para 2020 y una urbe que coge las pinturas de guerra cada vez que el calendario cruza a su equipo con el Lens para disputar el caliente derbi del norte francés. El Lille, con un presidente gallego (Gerard López) empeñado en rebajar la edad media de su vestuario hasta convertirse en un vivero europeo –va camino de ello– lleva en su virtud la penitencia. «Tenemos muchos jugadores muy jóvenes, les pido que jueguen sin presión y sin freno», explicó Christophe Galtier, técnico del conjunto francés. Un veinteañero, Victor Osimhen, es la gran esperanza del Lille y en estos momentos, su apuesta más fiable en ataque. El Lille lleva un mundo sin ganar en competición europea, los tropiezos en la Ligue 1 se acumulan y hoy, contra el Valencia, disponen de su última oportunidad para reengancharse a la batalla. Galtier, por cierto, no puede contar con dos de sus mejores futbolistas: Weah y Renato Sanches.
El Valencia se va a encontrar una caldera (está todo el papel vendido, casi 48.000 asientos), aunque corre el viento a favor de las buenas sensaciones del Wanda Metropolitano. Sólo las manazas de Oblak evitaron que los blanquinegros se llevaran por delante el Atlético de Madrid. Celades no tuvo la posibilidad de convocar a Rodrigo para el encuentro ni tampoco llegó a tiempo de Champions el hispano-brasileño. Los males de la selección lo han dejado en el dique seco y en principio, reaparecerá contra Osasuna. Ni Rodrigo, pese a que intentó llegar por todos los medios, ni tampoco Gonçalo Guedes pero sí Francis Coquelin, cuyos problemas físicos se han minimizado antes de lo previsto. Regresa Gayà, palabras mayores, un mes después de caer lesionado. Por decisión técnica se dejó Celades en casa a Thierry Correia, Mangala y Rubén Sobrino.
El ajetreo habitual en la pizarra de Celades deja en el aire de qué forma intentará el Valencia sumar los tres puntos en Lille. El catalán cambia prácticamente en cada partido e incluso varía el sistema a lo largo de los 90 minutos. Si apuesta por el 4-4-2, es muy probable que entre Carlos Soler por la derecha y Gameiro acompañe a Maxi Gómez en ataque con la duda de si Cheryshev se mantendrá en el once o bien apuesta por Kang In Lee, puesto que el coreano está sancionado en Liga tras la roja directa que recibió el sábado ante el Atlético.
Noticias del Valencia CF
Cuando ya acariciaba el triunfo que no merecía, el
El Lille estaba sentenciado en el minuto noventa, con su entrenador intentando buscar la explicación a tanto error. Una veintena de tiros y Cillessen y el Valencia todavía de pie. O mejor, con el botín de los tres puntos gracias a un contragolpe de manual. El triunfo tenía dos interpretaciones: la suerte, que a menudo viene a verte cuando menos te lo esperas, o la calidad individual del Valencia. Es decir, el clásico triunfo de un equipo más grande que tiene una y no te perdona. Se relamía el conjunto blanquinegro con el resultado que le igualaba en el grupo con Chelsea y Ajax, dispuesto para afrontar los últimos tres choques de tú a tú con ingleses y holandeses. Pero llegó el error de Diakhaby y los últimos estertores del Lille le bastaron para encontrar el derechazo potente de Ikoné. Por fin el gol en las redes. El tanto que obliga al Valencia a derrotar a los franceses en Mestalla y prepararse para jugárselo todo a dos jornadas con Chelsea y Ajax.
El Valencia había saltado por saltar a la hierba del Pierre Mauroy. Ha convertido sus primeras partes en un peligroso banco de pruebas. Le ocurrió contra el Atlético de Madrid y otra vez en Francia. Mal negocio. Parejo se empeñaba en ser el Parejo iniciático del Wanda Metropolitano, un futbolista excesivamente tranquilo en la salida de balón, a quien los decibelios de la grada y las carreras del Lille no parecían impresionar. No se enchufó el capitán a la Champions ni siquiera pertrechado como estaba por Kondogbia y Coquelin, esta vez escorado a la banda derecha. De hecho, fue autor intelectual y colaborador necesario en varios de los balones perdidos que enfurecieron a Cillessen.
¿Y el Lille? Exigido como nadie dentro del grupo, supo pronto que sus opciones pasaban por atosigar al Valencia, de mayor talla en cuanto a calidad pero más flojo físicamente. Todos buscaban al chico de oro, Victor Osimhen, quizás hasta el abuso, pero en el primer acto fue Yazici el encargado de darle algo de sentido al precio de la entrada. Alguna asistencia sin mirar, un caño a
Celades admitió con sus actos que el 4-4-2 es el dibujo que mejor interpretan sus futbolistas -aunque sea por pura repetición- pero siguió empeñado en dos hombres de contención más Parejo. El propio partido le quitó la razón, así que su primera decisión para sacar el pecho de una vez por todas en Lille fue meter a Carlos Soler para dejar en el vestuario a un irreconocible (ya no sorprende) Kondogbia. El equipo de Christophe Galtier, el de los 12 tiros a puerta en la primera mitad, acusó el desgaste y, pese al dominio, se vio sorprendido por un par de contraataques que le advirtieron del peligro que conlleva dejar pensar con campo abierto a Gameiro y Cheryshev. Dos especialistas del contraataque cuyo entendimiento no aprovechó Maxi Gómez para batir a Maignan.
Lille
Maignan, Çélik, José Fonte, Tiago Djaló (Bamba, m.87), Bradaric, Gabriel, Yazici (Rémy, m.72), André, Sommaré, Luiz Araujo (Ikoné, m.65) y Osimhen.
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Valencia
Cillessen, Wass, Gabriel Paulista, Diakhaby, Jaume Costa, Coquelin, Parejo, Kondogbia (Carlos Soler, m.46), Cheryshev (Garay, m.87), Gameiro (Kang In Lee, m.65) y Maxi Gómez.
GOLEs: 0-1, m.63: Cheryshev. 1-1, m.95: Ikoné
ÁRBITRO: Deniz Aytekin (Alemania). Amonestó por el Lille a Çelik, Luiz Araujo, Gabriel y Tiago Djaló y por el Valencia a Maxi Gómez. Expulsó al valencianista Diakhaby por doble amonestación (m.84).
ASISTENCIA: Partido de la tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones (grupo H), en el estadio Pierre Mauroy ante cerca de 50.000 espectadores.
A falta de media hora, esta vez sí, la conexión entre Parejo y los hombres de ataque puso el 0-1 en el marcador. La lectura en ese momento del encuentro era obligatoria: estaba ocurriendo, salvando las distancias, lo mismo que en el Wanda Metropolitano. Allí espabiló el Valencia en la segunda mitad hasta acorralar al Atlético de Madrid. Teniendo en cuenta que el Lille no es ni una sombra del equipo de Simeone, al conjunto de Celades le debería haber bastado la ventaja para ser listo, controlar la tensión y juguetear con los nervios del Lille. La salida de Kang In Lee no cambió nada y el llenazo en las gradas del campo francés dotaba de energía extra a los de Galtier.
El empujón definitivo del Lille era esperable, la forma de gestionarlo del Valencia, no. Diakhaby vio dos amarillas en menos de cinco minutos, incontestables, y Aytekin le mandó a la caseta obligando a Celades a meter a Garay. Paulista estaba con problemas físicos y el equipo, en general, fundido. Si contra el Atlético se vivió el final en la portería de Oblak, en la Champions fue al contrario. El balón revoloteando una y otra vez por la parcela de Cillessen hasta que el Lille cobró su pieza. Un mal despeje y la irrupción de Ikoné para fusilar al guardameta holandés. El empate era, como mínimo, lo justo, así que al Valencia le queda aprender que si juegas con fuego cada día, lo normal es quemarse.
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