El Valencia llegará al debut ante el Sevilla con lo puesto y sin fichajes a la vista

Y todo depende del de siempre: Peter Lim. La orden parece clara, hasta que no salgan más jugadores, no se ficha a nadie. Samu Castillejo, Uros Racic, Eray Comert y Marcos André siguen apartados por Rubén Baraja y saben que deben buscarse un nuevo equipo. Pero ahora Lim quiere que se vayan traspasados, no le vale que salgan cedidos. Un cambio de planes que altera el rumbo que tenía tomado el 'local management' del Valencia, que deberá ahora reconducir la situación del mercado.

Para el gusto del máximo accionista deben salir mínimo dos de esos cuatro jugadores apartados como condición para que llegue algún refuerzo, porque su máxima preocupación es aligerar y disminuir el coste de plantilla. Es por eso que la operación que mandaba a Marcos André a Valladolid se ha paralizado, ya que se trataba de una cesión, y Lim quiere un traspaso.

Los nombres de los fichajes que estaban cercanos ya deben conocerlos a estas alturas: Selim Amallah y Sergi Canós. Los dos futbolistas cuyas negociaciones estaban más avanzadas siguen esperando a que llegue la luz verde que les permita ponerse la camiseta del Valencia, pero los días se van tachando en el calendario y no hay novedades. El club ha seguido negociando tanto con el Valladolid como con el Brentford para llegar a los acuerdos que hagan posible estas operaciones, pero de momento están todavía lejos de poder decir que los fichajes están cerrados. Y eso provoca que los jugadores se estén empezando a cansar de esperar. Su predisposición era jugar en Mestalla, pero ya se abren a explorar otras opciones diferentes por si no se cristaliza nada.

Incluso si hipotéticamente se ficharan, no llegarían a tiempo para la primera jornada, por una mera cuestión lógica de tiempos. Un futbolista que ficha por un equipo debe pasar por un procedimiento previo antes de poder empezar a jugar con sus compañeros: llegar a la ciudad, pasar las pertinentes pruebas del reconocimiento médico y superarlas, firmar el contrato que le haga oficialmente parte del club, filmar los contenidos audiovisuales habituales para su presentación, y finalmente acudir a los entrenamientos.

Suele haber un período de adaptación, en el que tienen que asimilar los conceptos tácticos que quiere el entrenador y ponerse a tono físicamente para estar disponible en las convocatorias. Incluso cumpliendo todo eso, es extraño ver a un futbolista recién llegado, por muy necesario que sea, partir de titular en su primer partido, ya que normalmente se opta por aparecer de revulsivo.

Con todo eso en cuenta, se da por hecho que el Valencia jugará en el Pizjuán con lo puesto, es decir, con lo que hay en plantilla ahora mismo y sin ningún fichaje nuevo. En el caso utópico de que llegasen Amallah o Canós durante estos días, se presupone que estarían listos para la segunda jornada, en Mestalla ante Las Palmas.

No habrá caras nuevas en Sevilla. Los efectivos del primer equipo son los que son, y Rubén Baraja deberá echar mano a los jóvenes de la Academia para reforzar las posiciones de ataque, que son las más necesitadas. El rival, en cambio, inscribió este martes de una tacada a cuatro futbolistas, solventando los problemas que tenía Mendilibar en defensa. Ahora ya cuenta con Pedrosa, Bade y Gattoni. Como alternativa para el centro del campo ahora también tiene a Sow. Aunque se había hablado de las dificultades del Sevilla para inscribir jugadores, el director deportivo, Víctor Orta, ya había avisado por la mañana de que era un asunto que se resolvería antes del viernes: «Vamos a tener un equipo muy competitivo el viernes. Hay que reflexionar una vez más si el inicio de competición debe ir ligado al final del mercado. El 70% de los clubes españoles van a tener problemas. Son un reglas que todos tenemos que cumplir, pero se debería debatir lo estrictas que son».