El Valencia gana el pulso por Maxi

Se acabó el sainete. El Valencia le ha ganado el pulso por pericia y casi en el descuento al West Ham y ya tiene nuevo delantero, seguramente para las próximas cinco temporadas. Maximiliano Gómez González (14-8-1996) se va a convertir en el séptimo fichaje (contando a Cheryshev y Salva Ruiz) que se sube al proyecto de Marcelino este año, con la intención de poner remedio a la ceguera anotadora de los delanteros que quedan en nómina (a la espera de ver lo que pasa con Rodrigo). Trabajo tiene por delante el uruguayo tras protagonizar el folletín del verano. Un día amanecía siendo del Valencia y apenas unas horas después se daba por hecho que ponía rumbo a la Premier. Así se ha estado la última semana, con el intento por parte valencianista de preservar el acuerdo al que había llegado ya con el futbolista -y con el Celta- mientras el West Ham quería hacer valer su mayor músculo financiero hasta el punto de anunciar su intención de pagar la cláusula de rescisión de 50 millones de euros y romper de manera paralela la fidelidad del delantero hacia el club de Mestalla. Uno de los matices que se supieron fue el intento del West Ham de negociar con el Celta el pago -aplazado- de esos 50 millones. Los vigueses, flirteando con unos y otros (el 20% del traspaso se lo lleva el club de origen del jugador, el Defensor) pero vivamente interesados en Santi Mina, apagaron esa vía.

Para hacerse una idea del desgaste que ha supuesto este fichaje para el Valencia tan sólo hay que fijarse en lo que ocurrió en la jornada de ayer. Después de que el lunes el propio Anil Murthy pidiera «paciencia» ante las preguntas sobre Maxi, este martes por la mañana el presidente le daba una vuelta de tuerca al asunto deslizando de manera oficiosa que el Valencia se había puesto en marcha para buscar otras alternativas y que sólo quería en la plantilla a jugadores que de verdad expresaran una posición de compromiso. Mensaje para Maxi Gómez.

La reflexión la hacía el dirigente en la ciudad deportiva de Paterna mientras a esa misma hora, Mateo Alemany preparaba lo que iba a ser la cumbre definitiva. En las oficinas del club se iba a reunir con los miembros de la agencia de representación del jugador (Stellar Group). Hay que recordar que estaba ahí el principal punto de fricción. Con Maxi ya estaba todo acordado; con el Celta también desde hace varios días (14,5 millones, otros 1,5 en variables, Santi Mina en propiedad del club vigués y la cesión por dos años de Jorge Sáenz) pero faltaba cerrar la cantidad de comisión de sus agentes. Y ahí el West Ham -que estuvo en Vigo la semana pasada para cerrar el asunto- tenía todas las de ganar, hasta el punto de filtrar que ofrecía el doble de salario al delantero y esos 3 millones de euros que reclamaban sus representantes (pagaron más de un millón para que rompiera con el anterior). Los apuros del West Ham eran evidentes. Había enviado a China a Arnautovic por un jugoso pellizco (24 millones) y a Pellegrini sólo le queda como delantero el mexicano Chicharito.

Fue en ese cónclave en las oficinas valencianistas, en el que también estuvo Pablo Longoria, donde acabó por desatascarse la operación aunque el asunto, para seguir en la dinámica, se prolongó más de la cuenta. De hecho, al abandonar la sede, Luis Alonso (miembro de Stellar Group) confirmaba que sólo restaban unos flecos para el acuerdo definitivo e incluso la confirmación por parte del propio Maxi, todavía disfrutando de vacaciones tras participar con su selección -no jugó ni un minuto- en la Copa América. El club optó por la prudencia y prefirió no anunciar el acuerdo hasta tener la verificación definitiva.

Se asegura ahora el Valencia un futbolista que a sus 22 años tiene margen de mejora (hizo 13 goles en la 2018-19). Un rematador fuerte de 1,86 y que viene a suplir las carencias de un Santi Mina que ha estado muy gris esta campaña pasada. Con Rodrigo en la puerta de salida, hará falta otro delantero.