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El Valencia ofrece pagarés a la plantilla porque no tiene dinero para abonar la ficha

El Valencia ofrece pagarés a la plantilla porque no tiene dinero para abonar la ficha

Inma Ibáñez expone la delicada situación del club y plantea a los jugadores que ellos sean sus propios avalistas en los pagos

H. ESTEBAN/J. C. VALLDECABRES

Lunes, 17 de agosto 2020, 20:38

Anil Murthy tiene la extraña habilidad de tropezar, a la vista de todos, con sus propias palabras y gestos. Tres días después de que el presidente del Valencia sacara públicamente pecho de la generosa labor de Meriton de acudir en 2014 al rescate del club y encabezar una carta dirigida al valencianismo con términos como «debemos ser un club serio», «responsables» y advertir además que «un club en quiebra no es un mejor club»; resulta que la sensación que le queda a la afición es que la entidad está otra vez con el agua al cuello desde el punto de vista financiero y con un futuro bastante descorazonador. La última realidad es que no hay liquidez y sin dinero en caja no se pueden pagar las fichas de la temporada pasada, en el preciso momento en el que se está tratando de poner los cimientos del próximo ejercicio. Ayer, el amargo trance de comunicar esta situación a la plantilla le correspondió a la directora del área económica, Inma Ibáñez, que en sus años de trabajo en el club ya se las ha visto de todos los colores.

La situación, que se podría entender porque ni es la primera vez que se da en una entidad deportiva y mucho menos en el Valencia, sorprende por lo extraordinario de las circunstancias que envuelven y afectan a la estridente relación entre jugadores y presidente/propietario. No le quedó otro remedio a la directora financiera que ofrecerles a los futbolistas pagarés a fecha de 1 de septiembre con los que pueden retirar el dinero que les falta para percibir la ficha restante de la campaña pasada. Conviene recordar que esta anómala temporada no finalizó el 30 de junio pero sí el 17 de julio, cuando el Valencia disputó su último partido contra el Sevilla. Casi un mes después, el vestuario, que ya se aplicó un recorte salarial con la pandemia, aún no ha cobrado lo que se le debe y por eso acogió con desagrado –algunos con más recelo que otros– esta comunicación.

El escenario que se dibujó fue tan desconcertante que según una versión del propio vestuario, Ibáñez les informó que ni la entidad ni el máximo accionista, Peter Lim, estaban en disposición de avalar esos pagarés, por lo que se llegó a proponer que fueran los propios futbolistas los que respondieran ante ellos.

Lógicamente, este planteamiento fue rechazado de pleno por el grupo, indicándole que el máximo accionista es quien tiene que hacer frente a esta delicada situación, a la que se ha llegado no sólo por la crisis del Covid-19 sino por la mala gestión financiera y deportiva de esta directiva. El haberse quedado fuera de la Champions, considerado cada inicio de campaña como una obligación para la correcta supervivencia, ha supuesto un golpe brutal en la estructura económica. Si ya estaba previsto que había que vender jugadores, entre el hecho de no entrar en Europa y la crisis general la necesidad de aliviar la asfixia aún era más necesaria. Lo que no se esperaba es que la solución de los pagarés llegara de la forma que ha llegado.

Al respecto, el club procuró casi de inmediato rebajar la gravedad de este inusual planteamiento, asegurando que se trataban de «pagarés normales» y «habituales» a los cuales el Valencia se compromete a hacer frente antes de septiembre de 2021, que es la fecha acordada con el banco. Es más, la versión oficial incide no sólo en el hecho de que los jugadores deben estar tranquilos porque cobrar van a cobrar, sino que en todo caso, la Liga de Fútbol Profesional es la que hoy por hoy responde ante situaciones que se pudieran generar en el supuesto de quiebra de las entidades.

Con ese término de la quiebra, el Valencia se mueve precisamente en una dualidad que provoca bastante tensión. Por un lado Meriton siempre insiste en recordar que la presencia de Peter Lim es suficiente garantía para dar estabilidad al proyecto pero cada vez son más las voces que crecen en la oposición que señalan no sólo las malas decisiones deportivas que ha tomado el dueño sino la realidad de unos balances que ofrecen un panorama de futuro descorazonador. La deuda, lejos de reducirse, cada año se estira un poco más allá de los 500 millones de euros.

Decía curiosamente Murthy en esa famosa y polémica carta que no ha sentado nada bien y que se decidió a toda prisa hacerla pública anticipándose a los planes iniciales, que cuando Lim llegó a la sociedad «había 48 millones de euros de sueldos impagados a los jugadores y no había efectivo en el banco». Ahora, con la plantilla más cara de la historia (183 millones de presupuesto), la fotografía del Valencia se vuelve en su contra.

El Valencia pacta en sus contratos con los futbolistas diferentes métodos de pago en función de las cantidades. Se cobra por derechos de imagen y también por los contratos federativos, tanto de manera mensual como en dos plazos: enero y junio. El último de junio se suele ingresar en los primeros días de julio, incluyendo esa nota en los balances de situación a 30 de junio.

El Valencia siempre pacta con el banco las fórmulas de pago a los jugadores y meses después, cuando llega el dinero por televisión o por Europa, se lo abona al banco con los correspondientes intereses.

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