El cardenal Cañizares, al Valencia CF: «Sois humildes... no como otros»

No gana partidos, por supuesto que tampoco juega pero a ella siempre se encomiendan todos los años los valencianistas, precisamente para llegar a abrazar sobre el césped trofeos como éste. La Patrona de los valencianos, la Virgen de los Desamparados, vuelve a ser después de once años la primera protagonista de una jornada protocolaria de agradecimientos antes de que empiecen las vacaciones definitivas para la plantilla. A la Basílica se dirigió la comitiva del Valencia CF, encabezada por Anil Murthy (le acompañó José Luis Zaragosí), y protegida por casi un millar de aficionados muchos de los cuales llevaban un buen rato esperando el momento.

Parejo y Jaume entraron portando el trofeo. Dentro les esperaba el arzobispo cardenal Antonio Cañizares que, a sus 72 años, ha tenido tiempo para experimentar en primera personal éxitos pasados del club. Por eso hizo mención a varias cuestiones que pellizcaron el ánimo de más de uno.

La primera, cuando verbalizó la final del 3-1 del 54 frente al Real Madrid en la que Quique se subió al larguero, como hizo esta vez Jaume Doménech en el Villamarín. «Que no sea la última», solicitó con cierto orgullo el arzobispo, que tuvo que pedir en varias ocasiones silencio por el ambiente tan exaltado que se vivió en el interior de una Basílica a reventar, tanto de valencianistas de edad avanzada como de chavales muy jóvenes.

Lo más jugoso llegó casi de inmediato, cuando Cañizares felicitó a Marcelino por haber servido de guía a los futbolistas más jóvenes del grupo. Ahí llegó el provocador mensaje que quedó flotando y que motivó casi de inmediato miradas y comentarios por lo bajo entre los presentes: «Gracias porque también sois humildes», decía dirigiéndose a los futbolistas: «Humildes al ganar... no como otros, que cuando ganan oprimen al vencido». Sin especificar el destinatario de sus palabras, eso sí. Ahí queda eso.

Hace algo de más de dos meses, las puertas de la Basílica también se abrieron para los valencianistas. En aquella ocasión con motivo del centenario y fue ese día cuando el arzobispo hizo una particular petición que este lunes recordaba. «Ese día os pedí que trajerais la Copa. Os dije: 'Si no venís con la Copa, no vengáis'».

Estaba convencido Cañizares de qué equipo iba a ser el ganador de la final de Copa. Lo tuvo claro desde el primer momento. «Cuando vi la Copa del Rey en Sevilla me llenó de emoción y dije: 'mañana es nuestra. Este triunfo es por los cien años. Merecéis el aplauso y la felicitación. Recuerdo que dije el sábado que la Virgen os iba a proteger. Le pedí ante la Virgen del Rocío que ganaseis».

Y como ganaron, tocó cumplir con la tradición. Dos capitanes valencianos como Gayà y Jaume fueron los encargados de hacer la especial ofrenda a la Patrona. Subieron el trofeo ante la ovación de todos los presentes. Fue entonces la hora de la fotografía grupal. Costó ubicar a toda la expedición pero las piezas fueron encajando poco a poco.

Si ya había costado cuando entraron los futbolistas y demás comitiva controlar las lógicas intenciones de todos los presentes, cuando llegó el posado general la gente desafió el protocolo. Fue una avalancha tanto de emociones como de cuerpos. Todos querían captar el momento. Fotos y selfis, decenas, cientos. Señoras de avanzada edad, móviles en mano, luchando codo a codo con los profesionales. No todos los días está el Valencia en la Basílica. No todos los días se ganan Copas así.