Javi Gracia dialoga con su plantilla sobre el terreno de juego en la sesión de trabajo de ayer. vcf

El Valencia, en su peor momento ante la crisis que supone la Superliga

El presupuesto de esta temporada es de 118,9 millones, de los cuales 89 se ingresan por televisión, una partida vital de cara al nuevo escenario

J.CARLOS VALLDECABRES

Martes, 20 de abril 2021, 01:06

A Peter Lim, y por supuesto al Valencia, le ha salido un gran nubarrón en el horizonte. Otro más. Meriton, cuando compró las acciones de la Fundación, pronosticó en sus proyecciones económicas que el equipo no se descabalgaría de la Liga de Campeones año tras año. Pretendía en aquellos momentos Lim no sólo acabar de conquistar a la opinión pública sino autoconvencerse también de que con sus conocimientos futbolísticos, sería capaz de sostener al club en la élite europea para que éste afrontara con corrección los pagos pendientes a la antigua Bankia. La realidad abofetea día sí y día también al máximo accionista, que además de contemplar cómo su equipo navega ahora en la decimocuarta posición de la tabla con justo la mitad de puntos que el líder, en estos momentos se pone en seria duda la supervivencia financiera del futuro. Y con 458 millones de euros de deuda, se permiten pocas bromas.

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La Superliga traerá la ruina a casi todos los que no son los 'elegidos' y el Valencia de hoy en día no es ni de lejos aquel que en 2004 recibió el galardón de 'mejor equipo del mundo', honor que le otorgó la clasificación que realiza la Federación Internacional de Estadística e Historia del Fútbol (IFFHS). Sólo Barça y Real Madrid habían sido capaces hasta ese momento de recibir esta honrosa mención. Por cierto, la última revisión de la clasificación actual, con fecha 18 de enero pasado, deja al Sevilla (octavo) como único club español dentro del top-10. Del Valencia ni rastro.

Para hacerse una idea de cómo ha cambiado el panorama, en el coeficiente que establece UEFA (se toman como referencia los últimos cinco cursos), el Valencia está situado en el puesto 39, justo por delante de Mónaco, Brujas, Young Boys y Braga. La pérdida de peso es más que evidente. Si se toma, por ejemplo, la clasificación de los últimos diez años (Meriton lleva siete aquí), el club de Mestalla está en el puesto 23.

Contaba Amadeo Salvo en otros tiempos que el objetivo que se había marcado Peter Lim con el Valencia «es pelear por todo, sobre todo por la Champions». En contraposición a eso, el último discurso de Anil Murthy en la junta de accionistas de finales del pasado año, dibujaba otro escenario bien distinto al de su jefe: «Al Valencia le esperan dos años difíciles y habrá ventas adicionales de jugadores».

Habrá que vender lógicamente este verano. Lim también quiere cobrar su dinero y por eso pignoró los derechos de ocho futbolistas. El problema será qué pasará después si la Superliga sigue adelante y destroza todas las previsiones. El Valencia, como el resto de clubes, se alineó de inmediato con la postura de la patronal y dio cobertura al comunicado que hizo el organismo que preside Javier Tebas.

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Cuentan en el club valencianista que en la última conversación que mantuvieron Tebas y Murthy, con motivo de la polémica suscitada por los supuestos insultos de Cala a Diakhaby, ambos presidentes no hablaron ni de pasada de esta Superliga que lleva tiempo rumiándose.

El temor al descalabro financiero es más que evidente porque hoy en día los clubes españoles sustentan sus economías sobre todo por los ingresos que se generan por la venta de derechos de televisión. El Valencia no es menos que el resto. Esta temporada, de los 118,9 millones de euros que se han presupuestado, 89 se tienen que recoger de la partida de televisión, es decir casi el 75% del pastel blanquinegro.

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Hace algunas semanas, LaLiga hizo público el reparto del dinero que los clubes generaron la temporada pasada (2019-2020) en la que el Valencia acabó como pudo sin plaza de competición europea. El club de Mestalla todavía era de los que más percibe en este sentido. En concreto, ocupaba el cuarto lugar en el ranking con 82,2 millones de euros, 3,5 incluso más que la campaña anterior. Es tan importante que el Valencia gane partidos para sus aspiraciones deportivas como que enganche a los espectadores a nivel general porque el 25% de lo que para la patronal por televisión a los clubes viene por la comparativa de las audiencias medias de cada equipo durante las últimas cinco campañas.

Y si la Superliga se pone en marcha como pretenden este mismo agosto, se hace difícil pensar que el Valencia en este futuro a medio plazo fuera alguno de esos cinco invitados que se van a hacer cada año «sobre la base de sus resultados de la temporada precedente».

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El impacto de la Superliga sería tal que salpicaría no sólo a las aspiraciones deportivas del Valencia, por ejemplo, sino también a apuntes del presupuesto de los equipos. Y sólo hay que ver el desfase que se crea cuando el Valencia juega la Liga de Campeones o cuando tiene que ver la competición por la tele. Con Champions, los pronósticos de ingresos se sitúan más allá de los 60 millones de euros, en contraposición de lo presupuestado este año que se reduce a 2,3 millones.

En los últimos balances, el Valencia fijó al estar en Europa 60,8 millones de ingresos (2019-20) y 66,2 (2018-19). Era algo más del treinta por cien de sus respectivos presupuestos.

Todo está evidentemente interrelacionado. Una competición más atractiva para el espectador puede frenar el interés en sacarse el abono y hasta ver reducida las partidas publicitarias. Hay que recordar que en el presupuesto parar el presente ejercicio, hay 7,9 millones de euros previstos por abonados. Y la pandemia mantiene los estadios vacíos. Habrá que compensarlo.

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