El Valencia se queda a medias

Este equipo blanquinegro, al menos, es reconocible. Sale envuelto en el ADN que siempre le ha bendecido. Bravo, luchador, insistente y fluido por momentos. Hubo jugadas de seis o siete toques en acciones verticales, mientras se resguarda atrás con solvencia. Y si todo falla siempre aparecerá Mamardashvili, el hombre que todo lo arregla. Ayer tampoco tuvo que estirarse demasiado. En los instantes finales sí tuvo que estar más atento porque apareció sobre el tapate Budimir. Un delantero, a lo Muriqi, que es complicadísimo de parar. Con el croata en el campo, Osasuna tiene claro cómo jugar. Acciones por bandas y centros. Las remata todas. Así fue, aunque siempre molestado por los defensas locales

Noticia relacionada

Baraja: «Hacer cuatro de seis puntos es un cambio de dinámica»

Lourdes Martí

El Valencia tenía claro cómo debía plantarse ante los futbolistas de Vicente Moreno, que optó por realizar alguna rotación para dosificar esfuerzos. Ordenados, con presión alta y lanzados en ataque en cuento se pudiera. Así transcurrió buena parte de la primera mitad y la totalidad de acciones de ataque fueron blanquinegras. Al poco de comenzar el choque la tuvo Pepelu con una volea que se marchó fuera. El de Dénia ha ganado libertad en ataque con la presencia de Barrenechea a su lado. Se complementan bien. Uno sube, el otro resguarda la zona. Y al revés. Además, las bandas estaban activadas. Diego López se lanzaba sin red y Rioja tenía momentos destacados por su calidad y velocidad. Pero todos los centros se quedaban en eso, nadie remataba. En dos ocasiones pasó el balón por el área sin que nadie pudiera respirarle cerca. Luego llegó el penalti claro a Dani Gómez y ya a punto de irse a vestuarios la tuvo André Almeida a pase de Rioja, pero el luso remató con el interior y el balón se esfumó.

Noticia relacionada

Empate a nada en Mestalla

Marc Escribano

La segunda mitad fue un calco de la primera. Nadie tenía un dominio clarísimo aunque al peso vencía el Valencia. Y el que más aparecía era Dani Gómez. Todavía fríos tras el refrigerio y se atrevía con un taconazo a centro de Thierry. Nada. Tras un acercamiento de Osasuna por medio de Pablo Ibáñez, con un remate casi infantil, llegó la opción más clara del Valencia con el chut a bocajarro del delantero cedido por el Valencia que desvió el portero. Tenía ganas el delantero de volver a tomar el escudo valencianista. A partir de ahí llegó el fluir de cambios a ver si alguien le daba un vuelco al partido. Regresaba Fran Pérez tras la lesión en la espalda y aparecía Javi Guerra, al que ya en dos ocasiones ha citado Baraja en rueda de prensa. En la primera le apretó, demandando de él mayor presencia, y en la segunda advirtió de que debe mantenerse tras el buen partido frente al Girona. Pero su juego no le valió para ser titular.

Con el acceso al campo de Budimir y de Bryan Zaragoza, Osasuna se estiró más y al Valencia le empezó a pesar el partido. Muchos centros al área pero todos repelidos con seguridad por los defensas valencianistas. Incluso uno de ellos, Foulquier, se lanzó al ataque en la última ocasión antes de irse todos a casa, pero su remate se fue alto. Nadie salió contento pero nadie se marchó disgustado. El punto le vale más a Osasuna y no tanto al Valencia, que debe sumar de tres en tres. Esta vez se quedó a medias.