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En Manchester, la prensa está más pendiente del entrenador que del rival de mañana. José Mourinho está contra las cuerdas y la última derrota ha escocido tanto que más allá del Valencia lo que interesa es el resultado final. «Las semanas de Champions son semanas grandes«, señaló el portugués. A partir de ahí, sólo se habló del futuro del entrenador.
Mourinho se pasó toda la rueda de prensa hablando de sus jugadores y de su futuro más inmediato. Con esa arrogancia que le caracteriza, aseguró que no cree que un mal resultado contra el Valencia mañana pueda poner en peligro su puesto en el banquillo y apuntó que los jugadores de su equipo afrontan la situación de distinta manera. Tiró dardos pero sin dar nombres ni apellidos. La tormenta Pogba está muy presente en Old Trafford.
El único nombre que apuntó fue el de Alexis Sánchez, del que espera más goles y más asistencias. Dentro de la globalidad señaló que los jugadores son honestos. Añadió que las victorias son de todos, al igual que las derrotas, rechazó desvelar si había hablado con el propietario del Manchester sobre la situación y apuntó que en ningún caso se considera un técnico fracasado. Incluso se le preguntó sobre si Zidane le había llamado para decirle que no quería su puesto, a lo que Mourinho respondió con una 'mourinhada' al señalar al periodista que había escrito la información.
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