El Valencia, a tirones hacia la Champions

El Barça. Las rotaciones desmedidas para completar uno de los peores partidos del año ante el Getafe. La falta de acierto en Vigo. Un punto de los últimos nueve posibles ha enfriado al Valencia CF imponente que se exhibió en la Liga desde su clara victoria en el derbi ante el Levante por 3-1. A Marcelino García Toral y sus futbolistas se les quedó limpio el calendario por la eliminación en la Copa del Rey y supieron sacar provecho del revés. Se vino arriba el Valencia para convertirse en el equipo más en forma de la Liga en febrero y marzo. En total, nueve partidos con ocho victorias y un sólo empate, ante el Athletic en San Mamés. Entre tanto, hubo un 0-2 en el Sánchez Pizjuán clave: el que aparecía como rival más peligroso para pelear por la Champions quedaba casi descartado. Y hasta Marcelino, en la previa de esta última jornada en Balaídos, reconoció que la victoria en Sevilla dejó entrar la relajación en el vestuario de los blanquinegros.

«Convertimos en un accidente la derrota que sufrimos ante el Getafe», defendió el técnico tras sacar un punto contra el Celta. Es cierto que el Valencia perdonó al conjunto vigués -Guedes y Ferran desperdiciaron dos ocasiones muy claras- pero el empate final deja otra racha negativa para los blanquinegros. La tercera que sufren en la presente temporada. Cuando el Valencia perdió por primera vez en Liga (3 de diciembre) el nuevo proyecto ya había dado sobradas muestras de fiabilidad. De las doce jornadas iniciales, el conjunto blanquinegro sólo permitió tres empates (Real Madrid, Atlético y Levante), todo lo demás fueron victorias.

Cayó el Valencia en la trampa de Damián Suárez y compañía, «en un escenario impropio de Primera División», como Marcelino definió el estado del césped del Coliseum Alfonso Pérez, y desde ahí sufrió una pájara que duró cinco partidos. En ese tramo, el Valencia sólo ganó al Celta en casa, empató en Mestalla contra el Barcelona y perdió ante el Eibar y el Villarreal. Los nervios no aparecieron y el equipo se repuso con dos victorias consecutivas: Girona y Deportivo.

Por el camino se había deshecho sin problemas el Valencia del Zaragoza en la Copa del Rey, pero las siguientes eliminatorias aún le costarían varios disgustos en Liga. Entre ese partido larguísimo en Vitoria, prórroga y penaltis incluidos, y la durísima prueba del Camp Nou la enfermería ganó unidades de forma alarmante y la plantilla, corta por consenso, se resintió.

El segundo serio traspiés en Liga se produjo entre el 20 de enero (con la incomprensible derrota en Canarias) y el 4 de febrero, cuando los blanquinegros caían en el Wanda Metropolitano (1-0) justo después de ver cómo el Real Madrid se llevaba el triunfo en Mestalla por 1-4. El Valencia se despidió de su sueño de disputar la final de la Copa del Rey el 8 de febrero y, hasta llegar a este trío de encuentros (Barcelona, Getafe y Celta), fue un auténtico huracán durante ocho jornadas. Con Levante, Málaga, Real Sociedad, Betis, Sevilla, Alavés, Leganés y Espanyol como víctimas, los de Marcelino incluso opositaron al subcampeonato aunque perdieron el paso cuando mejor estaban. Durante ese tirón (desde la jornada 24 a la 30) y el colchón del primer tercio de competición acumuló el Valencia la mayoría de los puntos que le va a llevar a la Champions 2018-2019.

Aún aspira Marcelino a batir el récord histórico que comparten Rafa Benítez y Nuno (77 puntos) pero para ello debe ganar los cuatro partidos que quedan, empezando por la visita del Eibar a Mestalla. Luego, dos salidas complicadas (Vila-real y Girona) y la última parada contra el Deportivo de la Coruña.