Se han ido tres que ni sumaban ni restaban por la puerta de atrás y han venido otros tres, a préstamo, que por poquito que ... hagan (de momento Aarons aún no se ha estrenado) van a tener fácil superar el listón de los que se han marchado. En tierra de nadie se queda finalmente Rafa Mir, cuyo nombre estuvo hasta ultimísima hora en el punto de Fiorentina, que llegó incluso a presentar una propuesta por el delantero cartagenero pagando parte de su ficha aunque el Valencia decidió rechazarla. Más o menos lo mismo que ocurrió cuando primero el agente y después el Oporto llamaron para ver qué posibilidades había de llevarse a Almeida, aunque en este caso la oferta superaba al parecer los diez millones de euros.
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El Valencia, penúltimo clasificado, decidió hacerse fuerte con lo que cree que le puede aprovechar, tras cerrar antes la llegada del mediapunta malagueño Iván Jaime (26-9-2000). Se pone así punto final a un mercado de fichajes de invierno que deja unas sensaciones un tanto extrañas. El pánico al descenso hizo que por primera vez desde Singapur se autorizara a reaccionar a tiempo, pero con perspectiva y aún con cierta prudencia se puede decir que al Valencia le ha faltado un poco más de empeño y dinero para borrar con más determinación las pifias deportivas del verano. Aún así, el hecho de no abrirle la puerta a Almeida es significativo pese a la tentativa económica.
Desde luego, nada que ver con lo que pasó el año pasado, cuando Peter Lim dejó a Baraja –el equipo iba séptimo– sin Rafa Mir (más por tacañería que por visionario), aunque desde que por aquí desfilaron los Cutrone, Oliva y Ferro siempre se puede esperar cualquier cosa. Carlos Corberán, que desde que vino ofrecía apuntes de que el club no iba a quedarse de brazos cruzados y dejarlo en la misma estacada que a la mayoría de sus antecesores, ha conseguido quitarse lastre. Eso sí ha quedado claro. Ni quería entre otros a Caufriez, ni a Germán Valera ni a Dani Gómez. Los tres ya son historia en el Valencia. La casi milagrosa incorporación de Diakhaby compensa la nula aportación de Caufriez, el primero al que se le pudo encontrar acomodo. Sin embargo, la salida de los dos últimos se gestó este mismo lunes por la tarde/noche y su destino fue la Segunda, lo que descubre el déficit importante que cometió el Valencia en sus incorporaciones. El primero en aligerar esta agitada última jornada de mercado fue Germán Valera, que repitió el camino que emprendió este verano para ponerse la camiseta del Elche. Con contrato como valencianista –aunque parezca sorprendente– hasta 2028, se marcha cedido con una opción de compra que dependerá del ascenso.
Luego, ya cerca de la medianoche, se oficializó lo de Dani Gómez al Zaragoza. El Zaragoza se lo queda ya en propiedad por lo que resta de temporada y dos más, guardándose todavía el Levante un pellizco sobre él, con la esperanza de que el delantero remonte algún día el vuelo.
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Para dar más opciones de ataque a Corberán aterrizaba Iván Jaime, cedido por el Oporto y sobre el que tiene el Valencia una opción de compra por 7 millones más otro millón en «función de objetivos colectivos e individuales», según indicaba el Oporto.
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