Todo cuesta arriba para Layhoon

Layhoon recupera los mandos de una nave que bien conoce, si bien lo hace en un escenario mucho más enrevesado que el que se encontró en 2014, cuando se ganó su primera ovación cuando hizo aquel discurso de las naranjas en su niñez en la junta de accionistas. El pueblo, el mismo que se entregó a ese guiño facilón, ha endurecido ahora su actitud con todo lo que tiene que ver con Meriton. Por eso, la reelegida presidenta –negó en dos ocasiones que fuera a volver– tiene una intensa y difícil tarea por delante, muchísimo más exigente incluso que aquella primera de las grandes crisis que Meriton ha sufrido en Mestalla: la dimisión de Amadeo Salvo y Rufete, y luego la de Nuno.

Tres casos pendientes de resolver

Soler, Gayà y Guillamón

Cada uno tiene sus peculiaridades pero Soler, Gayà y Guillamón tienen en común su condición de canteranos y eso en Mestalla es un factor muy influyente. Lo que pase con el futuro de ambos marcará también el desarrollo en esta segunda etapa de Layhoon. La posible venta de Soler debe ir acompañada por una hábil campaña de concienciación popular. En el lado contrario de la escena, la renovación de Gayà inyectaría a la mano derecha de Lim una importante carga de respaldo teniendo en cuenta que la mala planificación del club dejó en el aire y en su último año de contrato a jugadores muy valorados en Mestalla por la afición. Lo de Guillamón, por su parte, es un caso difícil de explicar –joven, internacional sub-21 y unas veces fuera y otras dentro del club– y deja en evidencia la nula fluidez con la que se desenvuelve el Valencia en materia deportiva.

Maxi, Marcos André, Vallejo...

Las otras salidas

Recoger dinero, ajustar el fair play y reacondicionar una plantilla a gusto del entrenador. Lim no pone más dinero y eso obliga a hacer piruetas en un verano en el que los clubes tiran más de cesiones y jugadores libres que de otra cosa. En el Valencia hay casos de futbolistas que tienen un pie en Paterna y otro en el aeropuerto. Marcos André, Maxi, Vallejo, Koba... quedan once días para el cierre de mercado y se encara ya la parte más decisiva en el que los movimientos pueden producirse de una manera vertiginosa. La capacidad de gestionar estos casos sin perjudicar también puede afectar la opinión que se tiene de la dirigente, más aún cuando de ello depende la otra parte de la moneda: los fichajes que aún se tienen que realizar.

Fichaje o promoción interna

Otro Mateo Alemany

A Layhoon la despidió Lim del Valencia porque al dueño no le estaban convenciendo sus últimas actuaciones. De ella nadie duda su capacidad de gestión y su dedicación. Siempre se ha admitido en el propio Valencia que Layhoon era de las primeras en llegar a la oficina y la última en marcharse, con los fines de semana dedicados también en favor del club. Nada que ver pues con las maneras de Murthy. Pero la presidenta necesita rodearse de un equipo de colaboradores como el que tuvo en su primera etapa: Voro, Inma Ibáñez, Javier Solís... son empleados del club que se han mantenido firmes pese a los continuos vaivenes internos. La duda es si Layhoon apostará por fichar una figura como la de Mateo Alemany (se llevaba perfectamente con él) o si decidirá por una promoción interna. Layhoon acertó con el fichaje de Alemany pero patinó con el de García Pitarch, por ejemplo.

La herencia de Anil

Firmar la paz con las peñas

Lo intentó ya Sean Bai y ahora a Layhoon le corresponde reconstruir la relación con la Agrupación de Peñas. Su carácter no tiene nada que ver con Murthy y eso juega a su favor, pero la afición –al margen del azote del siempre vigilante Miguel Zorío– no olvida tampoco algunas de las frases más ácidas que hizo en algunos momentos la ahora presidenta.

El problema del idioma

Instituciones y estadio

A Layhoon le penaliza el castellano. Ni lo pudo aprender antes ni seguramente lo hará ahora. Eso facilitaría la comunicación. Otra cosa es reconducir la guerra que hay abierta con la Federación y la tensión con los políticos por culpa del estadio, ese sí es desde luego el gran desafío.